El centro materno Gaspard Kamara, en la capital senegalesa, no está especialmente colmado, pero el personal médico parece desbordado. Parteras, enfermeros y ginecólogos corren en todas las direcciones para atender complejos trabajos de parto.
Adentro hay unas 15 pacientes y familiares ansiosas esperando junto a la puerta. Una de ellos, Khady Wade, del barrio de Pikine, en Dakar, dice que su hija experimentó complicaciones hacia el final de su embarazo, y que apenas entonces accedió a ir al centro de salud.
"Este centro recibe a muchas pacientes enviadas por complicaciones desde otras clínicas, porque aquí tenemos un quirófano", explica la partera Ndiaya Kassé Thiam.
"Ellos nos envían las enfermas pero no las sábanas, y mucho menos las camas" necesarias, agrega.
Que el personal de esta maternidad esté tan atareado revela la escasez de centros de este tipo en Senegal. Según un documento del Programa Comunitario para la Salud Materna, Neonatal e Infantil, apenas uno de cada 10 puestos de salud del país ofrecen cuidados obstétricos y neonatales de emergencia.
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Hay una gran brecha entre las condiciones de las clínicas en las principales ciudades y en las áreas rurales. Dakar tiene, por lejos, la mayoría de los centros de salud y del personal calificado.
Apenas 26 de los 76 centros de salud cuentan con una sala de operaciones para tratar esas emergencias en las zonas rurales.
"Se estima que en Senegal se producen 510 muertes maternas por cada 100.000 nacimientos de bebés vivos. Estamos lejos de cumplir el Objetivo de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio de 120 muertes por cada 100.000 nacimientos exitosos para 2015", señala el médico Cheikh Tidiane Niang, de la división de salud reproductiva del Ministerio.
Frente a una modesta casa de Pikini, las mujeres esperan sentadas su turno para ver a Aminata Sanogo, quien goza de cierta celebridad en el vecindario.
Oumou Fall, embarazada de siete meses, dice que el precio es accesible: entre 40 y 60 centavos de dólar. "Aquí me siento segura, y ella está muy atenta a nuestras necesidades. Por eso prefiero hacerme las revisaciones y dar a luz aquí", añade.
Fatim Ndiaye, otra paciente, recuerda: "Casi morí en mi primer parto en el hospital. El personal me trató con desprecio, sin preocuparse por mis necesidades o mi sufrimiento: éramos dos en la misma cama, fue horrible".
Niang, del Ministerio de Salud, admitió esto. "Es un problema vinculado al propio sistema de salud y a la calidad del servicio que se ofrece. Nos dijeron muchas veces que las mujeres son mejor tratadas en sus casas que en las clínicas", dijo.
"El parto debe estar rodeado de fuertes cuidados. Eso es lo que está faltando en los centros de salud, y las mujeres prefieren dar a luz en el hogar, en condiciones muy peligrosas", agregó.
La Asociación Senegalesa para la Salud Familiar lleva a cabo campañas de información que alientan a las embarazadas a hacerse chequeos, así como a difundir la reducción de costos de los servicios obstétricos y la importancia de la planificación familiar.
"Hay falta de información y de conciencia sobre la importancia de estas visitas", dijo Hassane Yadarou, de la Asociación.
Pero el no disponer de suficientes centros de atención a la salud y la poca calidad del servicio son factores que se traducen en una elevada mortalidad materna y neonatal, agregó.