Autoridades africanas de la salud comenzarán a estudiar la mejor forma de introducir la nueva vacuna contra el paludismo dentro de unos dos años, tras casi 25 de investigaciones.
La fase tres de fabricación comenzó con la vacunación de 16.000 niños y niñas de siete países africanos. El producto podría estar listo para su uso masivo en 2013.
Más de 750.000 personas murieron a causa de la enfermedad en África en 2008, el último año del que la Organización Mundial de la Salud tiene datos. La mayoría fueron menores de edad.
El paludismo (malaria) es responsable de la muerte de uno de cada cinco niños y niñas que pierden la vida en África. Los que sobreviven corren el riesgo de sufrir anemia, lo que afecta un crecimiento y desarrollo saludable, según Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
La vacuna RTS,S se dará a los sectores más vulnerables de la población. Se inocularán bebés de entre seis y 12 semanas y de entre cinco y 17 meses para fortalecer su resistencia a la enfermedad hasta que cumplan los cinco años.
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La Iniciativa para una Vacuna contra la Malaria trabaja con el laboratorio GlaxoSmithkline para crear el producto que puede cambiar de forma radical la situación en África.
Las pruebas realizadas hasta ahora en Burkina Faso, Gabón y Tanzania muestran que la vacuna tiene más de 50 por ciento de efectividad en la prevención de la enfermedad, señaló David Poland, oficial de comunicaciones del no gubernamental Programa sobre Tecnología Apropiada en Salud, que gestiona la Iniciativa para una Vacuna contra la Malaria.
VACUNACIÓN
Hay que tener varias cosas en cuenta para administrar una nueva vacuna. Es importante conocer la incidencia de la enfermedad y considerar los plazos en los que se suministrará.
Los países que introducen una nueva vacuna deben considerar los requisitos para mantener la cadena del frío y capacitar al personal que la maneja.
El especialista Ahmadu Yakubu, asesor en inmunización regional de Unicef para África oriental y austral, ilustró el desafío que tendrán las autoridades con la que pasó con la vacuna del neumococo en Ruanda en 2009.
«Al principio se distribuyó en jeringa de vidrio, casi 58 centímetros cúbicos por dosis. La inoculación de niños requería de tres, una cantidad mucho mayor que otras», explicó.
Eso marca una gran diferencia respecto del espacio necesario para almacenar la vacuna con seguridad.
«Por suerte eso cambió, el volumen de la dosis se redujo a 48 centímetros cúbicos», indicó Yakubu.
A LA MEDIDA DE ÁFRICA
RTS,S pertenece a una nueva generación de vacunas concebidas principalmente para el Sur, en que se prevén las necesidades de gestión específicas a los países en los cuales se aplicará.
La falta de recursos hace que las medidas para asegurar la cadena del frío se implementen cuando la vacuna ya está lista para ser distribuida. Pero se incentiva a los países a que lo hagan con antelación dentro de las posibilidades que permiten los fondos disponibles.
«Cuando se planifica la introducción de una vacuna, se trata de limitar lo más posible la cantidad de veces que la madre debe llevar a su hijo al centro de salud. El nuevo producto debe ajustarse lo más posible a los planes de inmunización existentes», explicó Yakubu.
La RTS,S se aplicará mejor con otras vacunas infantiles, como las que previenen la poliomielitis y la difteria, señaló Tsiri Agbenyega, investigador principal del sitio de prueba de la ciudad ghanesa de Agogo.
La vacuna formará parte de una estrategia de prevención del paludismo, señaló Agbenyega.
«La idea no es que lremplace otros controles», remarcó. «Queremos aplicarla junto con otras medidas», añadió.