Los esfuerzos de Zambia para mejorar y ampliar el sistema educativo no servirán de mucho si las autoridades de la enseñanza no logran mantener un plantel docente calificado.
Caroline Chisenga, profesora de matemáticas con 10 años de experiencia, siempre tiene en mente la posibilidad de irse del país para ganar más dinero.
El sueldo promedio de un profesor con título es el equivalente a 400 dólares al mes, además de una partida adicional de 100 dólares por vivienda, entre otros. Pero el monto no alcanza ni para mantener a una familia pequeña debido a la inflación y al elevado costo de vida de este país, en especial en Lusaka y la provincia de Copperbelt.
Chisenga se fue de Zambia después de siete años de dar clases en la ciudad de Ndola, la más poblada después de la capital.
"Me fui a trabajar un año a Botswana porque quería ganar más. No pude firmar un segundo contrato, pero logré ahorrar dinero y me volví", relató En ese país, Chisenga ganaba 1.500 dólares al mes.
[related_articles]
Los profesores de matemáticas y de ciencias son los que más se van del país en busca de mejores condiciones laborales, dejando un vacío enorme en las escuelas públicas.
Las autoridades tienen grandes dificultades para encontrar profesores que se hagan cargo de los más de los 25.000 millones de estudiantes de secundaria que hay en el país.
El promedio es de un profesor cada 60 alumnos.
El personal "formado por el Estado se va a otros países", indicó Chisenga. "La situación es grave y atenta contra la enseñanza, en especial la secundaria. Sigo pensando en irme porque puedo ganar más", apuntó.
La escuela South End tiene 600 alumnos y necesita por lo menos cinco profesores de ciencias y otro tanto de matemáticas, pero sólo pudo conseguir dos para cada materia, según el director de la institución, Patrick Nyambe.
"Hay pocos profesores. Existe una carrera de dos años para maestros, quienes terminan enseñando ciencias por la gran necesidad de profesores. Tendría que haber un programa de formación acelerado para capacitar a más personas y cubrir los faltantes", añadió.
Un periódico informó hace poco que en un distrito rural había un profesor que sólo había completado hasta séptimo grado de primaria. El rendimiento de los estudiantes en matemáticas y ciencias refleja cómo la falta de personal docente afecta la calidad de la educación.
Este país tiene 15 centros de formación docente estatales, además de la Universidad de Zambia.
La carrera de profesor de arte o de inglés en la estatal Universidad Evelyn Hone es de tres años y cuesta unos 10.000 dólares, y todavía más en la Universidad de Zambia.
El Estado da becas a muchos estudiantes de profesorado, pero no tienen obligación de trabajar en las escuelas públicas después de recibirse. La mayoría tiene expectativas de buscar trabajo fuera de país.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), diezmó a una generación docente.
Cuarenta por ciento de los profesores tienen VIH, según el Consejo Nacional para el Sida. El año pasado murieron 1.000 personas.
El Ministerio de Educación designó más de 20.000 profesores en los últimos dos años para reemplazar a los que emigraron o murieron.
Pero no basta con capacitar más profesores, según Miriam Chinyama, directora de la Coalición para la Educación de Zambia. Es necesario mejorar rápidamente las condiciones laborales, añadió.
"Analizamos la proporción de estudiantes por profesor y no es buena. Tenemos que hacer todo lo posible por retener a los pocos que nos quedan", remarcó. El problema no es sólo económico, la gente está desmotivada porque faltan materiales y equipamiento, apuntó.
"Las autoridades deben implementar condiciones competitivas para mantener a los profesores dentro del sistema. Hay muchas formas de motivarlos", indicó.
"El gobierno creó un programa mediante el cual entrega paneles de energía solar a los profesores de distritos rurales para que tengan electricidad. Son iniciativas pequeñas, pero importantes que deben mejorarse, además de la cuestión salarial", añadió Chinyama.
Las autoridades "abren una escuela, pero sin el material necesario para que los profesores de ciencias disfruten de su trabajo y entonces se frustran", coincidió Nyambe.