La Unión Europea (UE) está desarrollando ideas estratégicas para enfrentar los desafíos que plantea la globalización. Tenemos varias estrategias sectoriales para nuestras políticas internas. También han sido desarrolladas estrategias intersectoriales. La denominada estrategia 2020 cubre todas las áreas de políticas internas relacionadas con el funcionamiento económico de Europa.
En nuestras relaciones externas tenemos una serie de estrategias para los diferentes países y regiones del mundo. En el terreno de las políticas de cooperación contamos con el documento estratégico 2007 sobre el Consenso Europeo sobre el Desarrollo.
Habiendo comenzado ahora la implementación del Tratado de Lisboa hemos elaborado estrategias más integrales para nuestras políticas externas. Por ello propuse el 14 de junio pasado, en la Reunión Ministerial de la UE en Luxemburgo, que la Unión formule una estrategia global.
De acuerdo con las disposiciones del Tratado de Lisboa tenemos que crear coherencia entre las diferentes áreas de relaciones externas y las otras políticas de la UE. Ya que nuestra estrategia global debe responder a los crecientes retos de la globalización, debemos hallar los medios para proteger y acrecentar nuestras sociedades del bienestar en la siempre tensa competencia mundial y simultáneamente cooperar en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes de la humanidad.
Nuestra estrategia global debe basarse en nuestros valores e intereses comunes. Tenemos que preguntarnos qué clase de mundo intentamos construir, cuáles son nuestras metas.
La UE ha sido a menudo descripta como un gigante económico y un enano político. No es verdad.
La UE es líder mundial especialmente en tres áreas clave: el comercio y las políticas de desarrollo y ambientales. En esos campos, la política de relaciones exteriores está de varios modos vinculada con las políticas internas, incluyendo las políticas agrícola, ambiental y energética. Los acontecimientos externos y las soluciones para encararlos tienen un impacto en nuestra economía, en nuestra competitividad industrial y en materia de ocupación.
Tenemos que modelar una estrategia global integral de la UE paso a paso. Daré un ejemplo de lo que puede hacerse en materia de política de desarrollo.
Un ejemplo de un enfoque intersectorial que cubre tanto las políticas internas como las externas se da en una reciente publicación de la Comisión Europea: Cómo las políticas agrícolas y de desarrollo de la UE concuerdan entre sí. En efecto, el documento demuestra que las políticas agrícola y comercial de la UE están en línea con nuestras políticas de desarrollo.
Ahora debemos dar un paso adelante y concebir una estrategia integrada de seguridad alimentaria en la cual nuestras políticas de desarrollo y comercial apoyarían los objetivos de la Política Agrícola Común (PAC) y viceversa. Ello sería posible si usáramos eficazmente nuestros fondos para la cooperación económica para apoyar la producción de alimentos en nuestros países socios para su demanda doméstica y para el crecimiento de los mercados en el marco del comercio Sur-Sur. La estrategia de seguridad alimentaria de la UE debería servir de guía para las futuras reformas de nuestra PAC e inspirar nuevas iniciativas en las negociaciones sobre el comercio y las políticas de desarrollo globales.
La estrategia 2020 se propone fortalecer la economía de la Unión. Desafortunadamente, la dimensión externa es mencionada sólo brevemente en el documento estratégico. Esta es una razón para preparar una estrategia de política comercial europea en el marco de una más amplia estrategia de relaciones económicas exteriores.
Las políticas para mitigar el cambio climático y su financiamiento implican una carga para nuestras industrias y nuestros ciudadanos. La UE aporta cerca del 60% de toda la Asistencia Oficial para el Desarrollo (ODA) y la mayor parte de otros fondos para el desarrollo. Hemos otorgado preferencias comerciales a países del Sur como parte de nuestra política de desarrollo. Todo esto debería considerarse en la formulación de nuestra política económica externa global.
Nos estamos preparando para una posible revisión del Consenso Europeo sobre el Desarrollo de 2005. Esta nueva estrategia de la UE debería basarse en el enfoque integral adoptado en la Conferencia de la ONU sobre Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro en 1992. La UE debe apuntar a la efectiva erradicación de la pobreza y a promover el desarrollo sostenible en todo el mundo. Con estas metaas nos comprometimos en el Tratado de Lisboa.
La política moderna de desarrollo abarca a todos los países -en vías de desarrollo y desarrollados- e incluye todos los aspectos de la vida y todas las áreas. En este contexto, estaremos en mejores condiciones para afrontar cuestiones sensibles de seguridad, de buen gobierno, de imperio de la ley, de democracia y de derechos humanos. La paz y la estabilidad son una condición esencial para el crecimiento económico y el desarrollo. Con un enfoque más integral podremos promover más eficazmente el desarrollo sostenible.
Esta estrategia integral puede ser la piedra angular de una política global de la UE cuya formulación estará a cargo del Consejo Europeo, de la Comisión y del Parlamento comunitarios.
Al crear una estrategia global integral la UE puede influir eficazmente en el desarrollo mundial. Nuestros valores e intereses básicos están muy cerca de los de Estados Unidos. Por esta razón, Estados Unidos es nuestro socio estratégico más importante.
Hemos ya lanzado una cooperación transatlántica intensificada para el desarrollo sostenible. Sobre la base de nuestra estrategia global integral y la paralela reforma estratégica de Estados Unidos podemos profundizar ulteriormente nuestra cooperación en beneficio de toda la humanidad. (FIN/COPYRIGHT IPS)
(*) Paavo Väyrynen, ministro de Comercio Exterior y Desarrollo de Finlandia.