En su medio siglo de vida en el este de Kenia, el agricultor Peter Kivuti nunca confió en las predicciones meteorológicas. Pero cambió de opinión hace tres años, cuando las lluvias en la región comenzaron a ser menos predecibles.
Como otros agricultores de la aldea de Rwanguondu, Kivuti se basaba en los métodos tradicionales de predicción del tiempo usados por sus antepasados por siglos.
"Desde que yo era un muchacho sé que llueve mucho el 25 de marzo de cada año. Esto significaba que todas las granjas teníamos que estar preparadas con todo lo necesario para sembrar el 26", comentó,
Esta tendencia había sido observada en todo el distrito de Embu por siglos, hasta hace tres años cuando los patrones de lluvia comenzaron a ser variables.
En 2007, las precipitaciones llegaron el 20 de marzo, cinco días antes de lo esperado, por lo que muchos agricultores perdieron sus siembras.
"Nosotros estábamos totalmente desorientados. Por el tiempo en que plantamos era demasiado tarde. La lluvia menguó antes de que nuestros cultivos fueran resistentes, lo que provocó pérdidas ese año", explicó Kivuti.
Un nuevo informe publicado el 6 de este mes por el Instituto Internacional para el Manejo del Agua (IWMI, por sus siglas en inglés), con sede en Sri Lanka, advirtió que los cambios en el tiempo y las condiciones climáticas pueden inclusive empeorar.
El documento señala que las lluvias irregulares relacionadas con el cambio climático amenazan aún más la seguridad alimentaria y las economías de muchos países, particularmente en África y Asia.
Mientras la Agricultural Market Development Trust, una organización que trabaja con granjeros en Kenia a nivel de las bases, ha aconsejado a los agricultores prepararse para sembrar antes en el mes debido a los cambios en los patrones de las precipitaciones, según el informe de IWMI esto no puede ser una solución a largo plazo.
El remedio, dice el informe, es que países, organizaciones e individuos aumenten sus inversiones en las diversas formas de almacenamiento de agua.
"Así como los consumidores modernos diversifican sus participaciones financieras para reducir los riesgos, los pequeños agricultores necesitan una amplia gama de cuentas de agua para amortiguar los impactos del cambio climático", dijo Matthew McCartney, el autor principal del informe, en una nota de prensa publicada junto al reporte.
"De esta manera, si una fuente de agua se seca, ellos tendrán otras a las cuales recurrir", agregó McCartney, también experto en hidrología del IWMI.
IWMI es una organización de investigación científica enfocada en el uso sostenible de los recursos del agua y la tierra en la agricultura, para el beneficio de las personas en situación de pobreza en países en desarrollo. La entidad es apoyada por el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional.
El informe aparece justo cuando el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas está implementando en Kenia un plan conocido como Food For Assets (FFA).
El plan tiene a campesinos de zonas áridas y semi-áridas del país recolectando y almacenando agua para uso doméstico y agrícola. La recolección es realizada cuando llueve. El agua es dirigida a embalses y acumulada.
A través del programa, los beneficiarios están obligados a hacer algún trabajo orientado a aumentar la seguridad alimentaria de su comunidad.
"En la Provincia Oriental, elegimos la construcción de presas como un proyecto para paliar la pobreza, porque el agua siempre era el problema", dijo Jacobus Kiilu, de ActionAid Kenya, la organización ejecutora del FFA en la zona.
Como resultado, los vecinos todavía tienen acceso al agua que recogieron en las fuertes lluvias que amainaron hace más de cinco meses. "Este es el periodo más largo que hemos quedado con agua de lluvia gracias a los embalses", dijo Mwende Kisilu, uno de los beneficiarios de la aldea Kyuso en el este de Kenia.
En África subsahariana, según el informe de IWMI, hasta 94 por ciento de los agricultores dependen de la agricultura de secano, aún cuando las precipitaciones son altamente impredecibles en la región.
"La falta de predicción en la cantidad y el tiempo de las lluvias hace que la agricultura de secano sea extremadamente difícil", dice el texto.
Esto se debe a que a los agricultores les resulta difícil elegir cuándo plantar. "Si usted siembra antes de tiempo puede correr el riesgo de que las semillas no germinen en caso de que las precipitaciones decaigan. Y, cuando plantamos demasiado tarde en 2007, las lluvias menguaron antes de que las siembras maduraran, provocando pérdidas" dijo Kivuti.
Pero si los gobiernos, especialmente de África y Asia, las organizaciones y los individuos tomaran inmediatamente medidas para aumentar la inversión en diversos métodos de almacenamiento de agua, se estima que 500 millones de personas en África e India se beneficiarían de una mejor gestión de este recurso en la agricultura, indica el reporte.
Aunque gobiernos de países en desarrollo con economías de rápido crecimiento han invertido fuertemente en grandes presas durante la actual década, el estudio de IWMI dice que el mayor énfasis se debe poner en una gama de opciones de menor escala, bien planificadas para mejorar la seguridad alimentaria.
El informe cita evidencia de Zimbabwe, donde dichos métodos han aumentado los rendimientos de maíz, con o sin lluvias. En Níger, también han impulsado en gran medida la producción de mijo.
En el noreste del estado indio de Rajasthan, la construcción de cerca de 10.000 estructuras de recolección de agua ha hecho posible irrigar cerca de 140 kilómetros cuadrados de campos agrícolas, beneficiando a cerca de 70.000 personas.
No obstante, sin la planificación adecuada de las instalaciones de almacenamiento de agua, los beneficios conseguidos pueden fácilmente convertirse en una carga.
"Depósitos mal pensados no sólo desperdician dinero sino que también empeoran los efectos negativos del cambio climático, por ejemplo, generando hábitats para la reproducción de mosquitos que transmiten la malaria", advierte el informe.