Los iraquíes, a los que se les prometió desarrollo tras el derrocamiento de Saddam Hussein y la llegada de las fuerzas de Estados Unidos en 2003, sufren la falta de infraestructura como nunca antes, sobre todo en el sistema de suministro eléctrico.
Tras más de siete años de ocupación estadounidense, la mayoría de los habitantes de Iraq carecen de electricidad, lo que ha motivado manifestaciones en pueblos y ciudades de todo el país.
"Los grandes problemas comenzaron en 2003, con la ocupación de Iraq", dijo a IPS el bagdadí Hashim Mahdi, de 61 años. "Los ocupantes destruyeron todas las instituciones y la infraestructura del país, incluyendo las centrales de energía. Más de siete años después, no hay mejoría", afirmó.
Mahdi reconoció que había problemas de infraestructura aun antes de la ocupación, debido a la guerra con Irán en los años 80 y los bombardeos de Estados Unidos en los 90, que afectaron las plantas de energía.
Pero después de esos ataques, el régimen de Saddam Hussein fue capaz de restaurar el suministro.
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Desde 2003, los problemas sólo empeoraron.
"¿Por qué todavía el gobierno no ha reformado las centrales de energía? Creo que el comando estadounidense en Iraq aprovecha la crisis para presionar a los líderes iraquíes", sostuvo Mahdi.
Este hombre atribuye el problema a la corrupción en el sistema político.
"Los ministros de Electricidad designados durante la ocupación no tienen experiencia ni son competentes. Permiten que funcionarios corruptos en el departamento roben fondos destinados a importar generadores y reparar redes de transmisión", sostuvo.
La falta de iniciativas de reconstrucción y reparación de la infraestructura iraquí de energía y agua ha devastado tanto a agricultores como a habitantes de las ciudades.
Ahmed Jihad, de 35 años, es propietario de un generador de energía en Bagdad.
"El problema de la electricidad ha existido desde que comenzó la ocupación del país, pero espero ahora poder ayudar a las personas a tener su propio suministro diario. No obstante, nos afecta el aumento del costo del combustible", señaló.
El ingreso familiar promedio en Iraq es de entre 200 y 300 dólares mensuales, y cada hogar debe destinar unos 80 al mes para pagar el suministro de energía pública que rara vez llega.
Los que poseen generadores propios también sufren problemas.
"Es difícil traer combustible porque hay muchos puestos de vigilancia y controles en las entradas de las ciudades y de los barrios. Las fuerzas de seguridad iraquíes pueden dificultarnos las cosas, cobrando coimas para dejarnos pasar", señaló Jihad.
"Además, el combustible es de mala calidad y puede dañar los generadores", agregó.
Otros se quejan del precio de la electricidad. Durante el gobierno de Saddam Hussein (1979-2003), "los costos eran muy bajos", contó a IPS Um Taha, de 30 años, madre de cuatro hijos. "Pero, tras la llegada de Estados Unidos, nadie puede pagarlos".
Abdul Wahab es jefe ingeniero técnico de una estación distribuidora de electricidad en el noreste de Bagdad.
"Desde (que comenzó) la ocupación estadounidense hemos sufrido falta de repuestos para reparar y actualizar los equipos caducos", dijo Wahab a IPS.
"Todo lo que el gobierno da son falsas promesas", afirmó.
Las continuas amenazas a la seguridad complican las obras de reparación. "Nuestros equipos de mantenimiento afrontan problemas de acceso debido a los bombardeos, los cierres de carreteras, el caos del tráfico y las murallas de concreto", explicó.
El 14 de junio fue el día más caliente registrado en Iraq, con una temperatura máxima de 52 grados en la sudoriental ciudad de Basora. En todo el país, los habitantes sufrieron por la falta de equipos de aire acondicionado, de refrigeradores y de ventiladores.
Dos iraquíes fueron asesinados por la policía en Basora en junio mientras protestaban por los cortes de luz. Las muertes y las continuas manifestaciones durante el verano boreal derivaron en la renuncia del ministro de Electricidad, Karim Waheed.
"Dado que los iraquíes no son capaces de ser pacientes en su sufrimiento, que sería aliviado por los proyectos que como mencioné eliminarían los cortes de electricidad, y dado que este tema se ha politizado, declaro ante ustedes, con coraje, mi renuncia", dijo Waheed en un discurso televisado el 21 de junio.
(*Abdu, nuestro corresponsal en Bagdad, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, especialista en Iraq que ha viajado extensamente por Medio Oriente).