La obesidad también es un problema en África

La obesidad ya no es un problema confinado a las naciones ricas. En África, un creciente número de personas también sufren esa enfermedad. Según investigadores, la tendencia va en detrimento de las frágiles economías del continente.

Zandile Mchiza, del Consejo de Investigación en Ciencias Humanas (HSRC), de Sudáfrica, descubrió que tanto la falta como el exceso de alimentos son evidentes en comunidades pobres africanas, y que ambos fenómenos están interrelacionados.

"La obesidad puede causar toda suerte de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, la artritis, los problemas cardiacos y varios tipos de cáncer. Esto puede tener varias implicaciones en las economías de los países", explicó Mchiza.

La experta encabezó un proyecto de investigación que estudió el alcance del problema de obesidad en África.

"Un trabajador agrícola obeso no será tan productivo como uno con un nivel de peso saludable. Esa persona no será capaz de trasladarse largas distancias o quedarse parado en un lugar por un periodo largo de tiempo mientras desempeña tareas. La falta de productividad debido a la obesidad puede por tanto dañar la economía de un país", dijo.
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La enfermedad también puede causar ausentismo laboral, indicó. "Si eres obeso, probablemente irás al médico más seguido comparado con las personas sanas, especialmente si sufres de enfermedades relacionadas. Esto también va en detrimento de la productividad, y afectará la economía si ocurre a gran escala", señaló.

Para determinar si alguien es obeso o sufre de sobrepeso se emplea el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por su talla física en metros cuadrados.

Generalmente se considera que una persona tiene sobrepeso cuando pesa más de 25 kilos por metro cuadrado, y obesa cuando su IMC supera los 30 kilos por metro cuadrado.

Una alta prevalencia de la obesidad puede ejercer presión extra sobre los ya recargados sistemas de salud pública del continente, alertó Mchiza. Muchas naciones africanas sufren escasez de personal médico y de dinero para hospitales y clínicas.

"Si más personas utilizan el ya sobrecargado sistema de atención de salud pública debido a problemas relacionados con la obesidad, los gobiernos podrían verse forzados a gastar más en tratamientos de enfermedades prevenibles. Esto podría llevar a que haya menos dinero disponible para vivienda, educación y otras prioridades", según Mchiza.

No se sabe exactamente el número de africanos obesos, ya que no se han realizado muchas investigaciones al respecto.

"La mayor parte de la información disponible tiene que ver con la situación en Sudáfrica. Esto se debe a la buena calidad de la infraestructura de las comunicaciones y de la tecnología de ese país, y a cómo se organizan los diferentes departamentos del gobierno", indicó.

"Éste no es el caso en la mayoría de otros países, donde es difícil obtener información sobre obesidad", añadió Mchiza. Su investigación, realizada en 2008 y 2009, se basó principalmente en una revisión de las encuestas sobre demografía y salud en los países africanos publicadas entre 2003 y 2007.

Mchiza descubrió que la obesidad era más común entre las mujeres y las adolescentes. "Son mucho más vulnerables a ser obesas, ya que los cuerpos grandes son asociados con la belleza y con el estatus en muchas culturas africanas", explicó.

Según la información disponible, Egipto es el país africano con mayor problema de obesidad (afecta a 35,7 por ciento de las mujeres adultas), seguido por Sudáfrica (27,4 por ciento), Swazilandia (23,1 por ciento), Mauritania (16,4 por ciento), Lesotho (16,1 por ciento) y Namibia (11,7 por ciento).

Más abajo se ubican Ghana (9,3 por ciento), República del Congo (7,5 por ciento) y Zimbabwe (7,2 por ciento).

Los crecientes niveles de obesidad tienen parcialmente que ver con el cambio de los patrones de vida ante la influencia de la cultura occidental, como la opción por la llamada "comida chatarra" por sobre platos tradicionales.

Los precios de los alimentos también son un factor importante. "Un plato de papas fritas es por lo general más barato que una comida equilibrada", dijo Mchiza. "Los africanos se han alejado de las dietas tradicionales para volcarse a los alimentos de conveniencia (los de fácil preparación) y la comida rápida".

Uno de los países donde la obesidad es un problema, a pesar de no encontrase en la lista de Mchiza, es Botswana.

Según un estudio de la Universidad de Botswana, alrededor de 20,3 por ciento de los adolescentes de ese país, de entre 11 y 19 años, son obesos o tienen sobrepeso.

"Aproximadamente 21,5 por ciento de los estudiantes clasificados como obesos o con sobrepeso eran mujeres", dijo Segametsi Maruapula, conferencista en el Departamento de Educación en la Economía del Hogar de la Universidad y directora de la investigación. "Apenas 18 por ciento eran hombres", añadió.

La industria alimenticia es parcialmente responsable del problema en Botswana, explicó Maruapula. "La gente hoy come alimentos más refinados que son ricos en grasas y azúcares. No estamos hablando sólo de comida rápida como hamburguesas y perros calientes, sino también aperitivos salados y alimentos de conveniencia".

"La mitad de los jóvenes que entrevistamos nos dijeron que consumían comida rápida regularmente. Alrededor de 26 por ciento señalaron que la comían una vez al día y 18 por ciento lo hacían una vez a la semana. El problema con la comida rápida y los alimentos de conveniencia es que son muy accesibles, promocionados y baratos", añadió.

Maruapula arguyó que la industria de la comida rápida debería asumir la responsabilidad por la abrumadora obesidad en la fuerza laboral. "La industria necesita trabajar más de cerca con profesionales de la salud para ver cómo hacer que sus productos sean más saludables", indicó.

"La salud no es solo una tarea para trabajadores del sector. También es responsabilidad de la industria alimenticia", afirmó. Mchiza reconoció que la comida rápida era un factor del problema, pero no el único.

"Es el consumidor el que elije. Compañías como McDonald’s han presentado nuevos productos más saludables, pero muchas personas prefieren los más grasosos", indicó.

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