Aunque es relativamente fácil de prevenir, la fístula obstétrica sigue teniendo efectos devastadores sobre las vidas de millones de mujeres en el mundo, particularmente en África.
La fístula obstétrica es causada por una presión extendida de la cabeza del bebé contra el tejido blando de la pelvis materna durante el parto.
El tejido termina muriendo por falta de irrigación sanguínea, y entonces se crea un orificio, o bien entre el recto y la vagina o bien entre la vejiga y la vagina.
Según el médico Odongo Odiyo, experto en salud reproductiva, la fístula hace que la mujer no pueda controlar el flujo de orina o de heces.
"Estas mujeres están estigmatizadas en sus comunidades. A menudo sus esposos y familias las abandonan. No pueden trabajar y tienen que depender de una familia que las rechaza", explicó.
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Los factores que contribuyen con la fístula se originan en la desigualdad que afecta a las mujeres. Las muchachas muy jóvenes y las niñas son las que enfrentan más riesgos de padecer este mal, porque sus cuerpos no se han desarrollado totalmente. Además, los matrimonios precoces, comunes en muchas partes del continente, y la frecuente falta de planificación familiar, aumentan el riesgo.
"La fístula obstétrica es esencialmente una carga para la niña. Privada de su derecho a la educación básica y a una nutrición adecuada, la inocente niña es precipitada hacia un matrimonio arreglado para el que no está ni física ni mentalmente preparada", dijo Odiyo.
El bajo estatus de las mujeres significa que la decisión de gastar dinero en pagar servicios médicos, o incluso el transporte hasta el centro de salud más cercano, se posterga lo máximo posible.
Muchas mujeres de África dan a luz en sus hogares, y la falta de personal calificado que asista en los partos aumenta el riesgo de que no se adviertan las señales de obstrucción en el trabajo de parto, por lo que no hay nadie que tome las medidas de emergencia adecuadas.
Odiyo dirige programas de salud familiar y reproductiva en la Comunidad de Salud de África Oriental, Central y Austral, una organización que promueve y alienta la cooperación en esta materia en las tres regiones. La entidad estima que solamente en las áreas rurales de Etiopía hay por lo menos 100.000 mujeres con fístula, y que muchas de ellas desarrollan la enfermedad a una edad temprana.
Según Odiyo, en Uganda, donde la distancia promedio hasta un centro de salud es de 20 kilómetros, la falta de carreteras en buen estado significa que las mujeres no pueden recibir atención médica cuando la necesitan.
Otro factor trágico que causa la fístula es la violencia sexual, por ejemplo en las zonas de conflicto de la República Democrática del Congo o la que tuvo lugar durante la agitación post-electoral de 2007 en Kenia.
Cada año se producen por lo menos entre 50.000 y 100.000 nuevos casos de fístula. Los datos confiables escasean debido a la vergüenza y al estigma que implican para quienes la padecen, pero el mal es más común en las comunidades pobres de África subsahariana y Asia, donde es limitado el acceso a servicios médicos durante el embarazo y el parto.
Antes del siglo XX, la fístula también era común en Europa y Estados Unidos. Actualmente casi no se escucha sobre esta enfermedad en los países ricos o en aquellos donde la atención ginecológica está ampliamente disponible.
La Comunidad de Salud de África Oriental, Central y Austral formuló un documento con políticas regionales para abordar las causas de la fístula. El texto será presentado ante los ministros de Salud previo a la cumbre que los reunirá en octubre en Zimbabwe.
"El objetivo general de la política regional sobre la fístula es brindar un marco para el liderazgo y la coordinación de las respuestas de los países" a este mal, dijo James Watiti, de la organización.
Odiyo dijo que la continua incidencia de la fístula expone los defectos existentes en el sistema de atención a la salud. Se espera que la nueva política oriente a los gobiernos sobre qué debería hacerse para prevenir el problema.
El documento exige a los gobiernos centrarse en la construcción de carreteras para garantizar que las personas puedan llegar a los hospitales fácilmente. Los centros de salud deben contar con los fármacos y los equipos necesarios, además de con suficiente personal calificado.
También urge a los gobiernos a asegurar que haya información adecuada para educar al público sobre la importancia de buscar atención médica entre trabajadores calificados. Y plantea que se debería ilegalizar prácticas culturales como los matrimonios precoces y la mutilación genital femenina.
Además, se alienta a los países a asignar fondos especiales a la salud reproductiva e infantil.
Los gobiernos también tendrán que centrarse en los pobres y en la desnutrición. Aunque existe una cirugía correctiva para quienes padecen fístula, la Comunidad de Salud de África Oriental, Central y Austral recomienda que se preste más atención a abordar sus causas.
El ginecólogo y obstetra Iteerswaree Thacoor, quien trabaja para el Ministerio de Salud de Mauricio, dijo que los gobiernos deben abordar los problemas que obligan a las mujeres a dar a luz en sus casas, como la falta de educación de las niñas y la mala alimentación.
"En Mauricio tenemos un buen desempeño en relación a la salud materna porque la mayoría de las mujeres dan a luz en el hospital. Esto se debe a que el gobierno se ha concentrado en acercar los centros de salud a la población", dijo Thacoor a IPS.
"El tratamiento que reciben las embarazadas y sus bebés recién nacidos es 100 por ciento gratuito en los hospitales públicos. El gobierno también alienta a las corporaciones a aportar por lo menos dos por ciento de sus ganancias a emprendimientos sociales, particularmente en el sector de la salud", agregó.
El documento político también pide a los gobiernos abordar la violencia con base en el género y los abusos sexuales infantiles, porque esto también conduce a la fístula.