Los cambios del clima están obligando a la población de África austral a modificar sus costumbres. Para el granjero Bongani Phakathi, de Swazilandia, es todo un desafío practicar una agricultura de conservación.
Tradicionalmente, el ganado en ese país pasta en el invierno austral, y come lo que queda de las cosechas de maíz y otros cultivos. Pero Phakathi procura preservar su pequeño terreno, ubicado a unos pocos kilómetros de la capital, Mbanane.
"No permito que mi ganado paste en mi campo porque degrada el suelo, comiendo todos los tallos de maíz y dejando la tierra descubierta y aplastada" dijo Phakathi a IPS.
Para alimentar a sus vacas, Phakathi corta parte del maíz y lo mezcla con pasto. El resto lo convierte en mantillo (abono conformado en su mayor parte por materias orgánicas en fermentación) para así, ante la falta de lluvias, ayudar a preservar la humedad y la fertilidad de su parcela.
Sus vecinos quedan desconcertados al ver que deja su terreno abierto lleno de comida para el ganado, y no dudan en enviar a sus animales allí para que pazcan. "Siempre estoy en alerta para que no entren en mi campo", señaló.
[related_articles]
El sistema de pastoreo en Swazilandia es bastante problemático, según el director de Servicios Veterinarios del Ministerio de Agricultura, Ronald Dlamini. El funcionario coincidió con Phakathi en que dejar libre al ganado en los campos no sólo arruina el suelo, sino que hace que los animales coman todo el forraje disponible en poco tiempo.
"Ahora le aconsejamos a los agricultores que preparen heno (hierba segada y seca) y alimenten con él su ganado en forma sistemática para así contar con suficiente comida por un periodo más largo de tiempo", indicó Dlamini.
"En Lowveld (área rural de África austral), donde no han habido buenas lluvias por más de 10 años, están acostumbrados a hacer heno porque no tienen campos de maíz", añadió.
Pero un desafío para los que han asumido esta práctica son los incendios de matorrales.
"Éste es un grave problema en el país. Muchas personas todavía queman los arbustos de la forma en que les place", dijo Dlamini. "Los fuegos fuertes terminan por destruir las casas y los campos, y dejan sin pasto al ganado".
Dlamini sostuvo además que se necesita una clara política de uso de tierras si se quieren resolver los problemas de pastoreo en Swazilandia, ya que buenos campos están siendo vendidos para construir viviendas. "En este momento nos estamos quedando si lugares de pastoreo debido a que las personas construyen casas en áreas antes reservadas para el ganado", explicó.
En diversos lugares de la región existen modelos efectivos de administración de grandes terrenos en condiciones de sequía, por ejemplo en Namibia. Los mejores sistemas consisten en controlar cuidadosamente el número total del ganado y rotar las manadas para evitar la degradación del suelo o el agotamiento del pasto.
El consejero agrícola zimbabwense Tobias Takavarasha dijo que era importante reconocer que los diversos sistemas de pastoreo en la región son un reflejo de las diferentes condiciones ambientales y culturales de cada lugar.
Por ejemplo, los hacendados namibios por lo general tienen más espacio para alimentar en forma sostenible al ganado sólo con pasto, y en Swazilandia los productores son renuentes a vender sus animales, ya que no sólo tienen un valor comercial sino que también les confieren un estatus social.
El experto señaló que hay métodos adecuados para cada situación.
"Donde no hay pasto suficiente, un agricultor puede alimentar el ganado con maíz y granos orgánicos", dijo Takavarasha.
Bongani Phakathi espera que el mensaje llegue a sus vecinos pronto, no sólo por el bien de su propio suelo, sino por el de todos.