Sudáfrica no disminuirá mortalidad infantil para 2015

Cuando Thandi Khumalo llevó a su bebé de siete meses al hospital infantil de la Cruz Roja en esta meridional ciudad sudafricana, ya no se había nada para hacer.

La niña tenía diarrea aguda y una grave deficiencia de proteínas y calorías, y murió a los pocos días de su internación.

Khumalo, portadora del VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), decidió no amamantar a su bebé, quizá porque el personal de salud no le explicó la importancia de la lactancia exclusiva para reducir el riesgo de transmisión de la enfermedad.

Tampoco pudo comprar leche de fórmula para lactantes porque estaba sin trabajo.

Khumalo alimentó varios meses a su hija casi sólo con té, el que carece de los nutrientes necesarios. Además, el agua con la que lo preparaba estaba contaminada.
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Su caso no es único. Sudáfrica no podrá cumplir los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM) en 2015, respecto de los indicadores de 1990, debido al deteriorado estado de su sistema de salud pública, lo que perjudica en especial a la población infantil, según especialistas.

El VIH/sida, infecciones en las vías respiratorias bajas y diarrea son las principales causas de muerte en menores de cinco años, según el Indicador sobre Infancia de Sudáfrica 2009-2010, realizado por el Instituto Infantil la Universidad de Ciudad de Cabo.

Sudáfrica no pudo disminuir la mortalidad infantil en las últimas dos décadas, según el estudio publicado el 27 de julio. Este país no podrá cumplir el cuarto de los ODM: reducir la mortalidad infantil en dos tercios.

Tampoco se registraron avances en otros como reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre y el de luchar contra la expansión del VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades. Se obtuvieron pequeños logros en materia de saneamiento, educación primaria e igualdad de género.

"Niños y niñas mueren sin razón alguna en Sudáfrica", alertó el profesor Haroon Saloojee, director de la división de pediatría comunitaria de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, y uno de los autores del estudio.

El deteriorado estado de salud de niños y niñas genera un círculo de pobreza y muerte que repercutirá en las próximas generaciones.

La desnutrición impide el correcto desarrollo cognitivo, que, a su vez, es responsable del bajo rendimiento escolar y disminuye las posibilidades de que entren en el mercado laboral cuando sean adultos y, por lo tanto, de salir de la pobreza.

"Si no atendemos la situación del sistema de salud mantenemos a los menores en un círculo de enfermedad y pobreza", alertó Lori Lake.

"Es muy importante romper cuanto antes el círculo", alertó Lake, editora del Instituto Infantil. Los indicadores del estudio son "extremadamente preocupantes", añadió.

"Debe haber una acción concertada entre los distintos organismos, encabezada por el Ministerio de Salud", apuntó. "Sabemos que estamos en problemas desde 2000, pero la salud infantil sigue sin ser prioritaria", se lamentó.

El gobierno debe "priorizar la salud infantil en su agenda nacional de desarrollo" y garantizar acciones concretas en todos los ámbitos de gobierno, sostuvo el profesor Louis Reynolds, especialista de la Universidad de Ciudad del Cabo.

"Tenemos que destinar fondos a la asistencia primaria, pero también al saneamiento, a la educación y a la creación de puestos de trabajo", añadió.

"Hay que renovar el compromiso en materia de atención infantil", reconoció el ministro de Salud, Aaron Motsoaledi, si queremos reducir la mortalidad.

Pero no se trata sólo de destinar más fondos, sino de la correcta gestión de los que ya existen y de los recursos humanos, indicó Saloojee.

El Ministerio de Salud debe fijar normas y estándares claros para que los centros de salud se hagan responsables de su labor.

ALGUNOS DATOS DEL ESTUDIO

Los menores de cinco años representan más del 80 por ciento de las personas que mueren en Sudáfrica.

Dos de cada tres niños y niñas sudafricanos viven en 40 por ciento de los hogares más pobres.

Uno de cada tres menores no dispone de agua potable ni saneamiento.

Uno de cada cinco niños y niñas tiene algún tipo de discapacidad.

La falta de fondos lleva a la escasez de medicamentos y de personal. Más de 36 cargos profesionales del sector público estaban vacantes en 2008.

El sector privado concentra 60 por ciento del gasto en salud, pero sólo atiende al 15 por ciento de los menores.

Cuarenta y cinco por ciento de los niños y niñas con VIH tienen tuberculosis.

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