Médicos del central distrito malauí de Dowa se esfuerzan por vacunar a niñas y niños asustados y aferrados a sus padres, bajo la mirada atenta de policías armados.
China está lejos de reconocer los derechos de las prostitutas, pero la decisión del gobierno de prohibir que sean humilladas en público por la policía muestra un cambio de actitud.