La adolescente ugandesa Jacinta Okello y sus compañeras de clase lo llaman «tener malos modales». Pero cuando se le pregunta qué sabe sobre sexo, esboza una tímida sonrisa y mira para abajo.
A los 13 años, Okello debería estar en la escuela secundaria, pero, al igual que miles de adolescentes de Uganda, empezó tarde.
Cuando las adolescentes están en primaria no reciben educación sexual porque no entran en el rango de edad "apropiado", según las pautas sobre VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), del Ministerio de Educación.
La política no cubre las necesidades en materia de salud sexual y reproductiva de la próxima generación y expone a los jóvenes a varios riesgos, señalan numerosos críticos. Activistas de derechos humanos reclaman cambios para incorporar educación sexual en la enseñanza primaria.
Hay que difundir los contenidos importantes para cada edad, no en función del grado escolar, señaló Henry Ntale, del Centro Naguru de Salud e Información para Adolescentes.
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"El Ministerio asume que todos los alumnos de primaria son pequeños y no tienen relaciones sexuales y brindan información en función de ese supuesto", indicó.
"Nos preocupa que los adolescentes que están en primaria no reciban los conocimientos necesarios por esa política", añadió.
El centro trabaja con una población de entre 10 y 24 años. Unos 85 adolescentes se realizan chequeos médicos y 40 análisis del VIH, a diario, de los cuales 60 por ciento están escolarizados.
Uganda tiene la mayor cantidad de embarazos adolescentes de África, con 25 por ciento de los casos. Además, es la principal causa de abandono escolar.
Cincuenta por ciento de las adolescentes que están en primaria dejan de estudiar, según el estudio "Embarazos no planificados y abortos inducidos en Uganda: causas y consecuencias", divulgado en 2006 por el Instituto Guttmacher.
El programa de educación sexual de primaria sólo contiene información adecuada para niños y niñas de entre seis y 12 años.
"No es el mismo contenido en los primeros años de primaria que en los últimos", indicó el portavoz del Ministerio de Educación y Deporte, Aggrey Kibenge.
"Queremos que los niños pequeños adquieran ciertos valores sociales como compartir. Pero a medida que avanza la escolaridad, se empiezan a tratar asuntos más complejos, como lidiar con el estigma y la discriminación o compasión por los enfermos de VIH/sida", apuntó.
Pero con la gratuidad de la enseñanza primaria en 1997, muchos niños y niños mayores se incorporaron al sistema educativo, modificando las típicas edades de los estudiantes.
Es común que en una clase de primaria haya alumnos de 17 años. Más de 433.500 estudiantes ingresaron en primer grado con siete años, 78.000 con nueve y 516 con 12, según el Resumen de Estadísticas Educativas de Uganda.
Pero son cifras insignificantes comparadas con los 7,5 millones de niños y niñas que están en primaria, indicó Kibenge. Las políticas no pueden crearse basándose en la necesidad de una minoría, añadió.
"¿Cuál es la opción que tenemos en términos del énfasis que tenemos que dar al contenido en la enseñanza primaria? ¿Tenemos que tratar a los adolescentes como la excepción?", preguntó. ¿Vamos a diseñar políticas sobre la base de la excepción?, añadió.
"Recomendamos información adecuada según la edad del estudiante sin importar el grado. Es mejor darles información y habilidades para permanecer sanos", señaló Ntale.
"Los jóvenes son demasiado jóvenes para saber, pero también demasiado jóvenes para morir. Es mejor que sepan que dejarlos morir", indicó.
El Ministerio de Educación ofrece el contenido adecuado al grupo correspondiente en el momento justo, insistió Kibenge. Eso incluye programas de capacitación docente y la distribución de libros sobre diversos temas para mejorar los conocimientos sobre VIH/sida, añadió.
Okello tendrá que esperar a llegar a la secundaria el año próximo para recibir la información adecuada a su edad. Su madre, Jovita Okello, sostiene que su hija debería conocer más los cambios de su cuerpo, y ella no sabe cómo enseñarle a su hija.
"Mi hija comenzó a menstruar a los 12 años. No sé cómo explicarle los cambios del cuerpo. Sólo le digo que no tiene que dejar que nadie le toque el cuerpo porque podría quedar embarazada o contraer VIH", dijo a IPS.
Jovita espera que la enseñanza primaria dé a su hija de la información sexual necesaria, en una sociedad donde es tabú hablar de sexo.