Optimista informe de la ONU sobre pobreza

A pesar de la crisis financiera, la tasa mundial de pobreza caerá a la mitad en los próximos cinco años respecto de 1990, según el Informe 2010 sobre los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, presentado este miércoles por el secretario general Ban Ki-moon.

Esto quiere decir que 920 millones de personas que ahora viven por debajo de la línea de pobreza mejorarán su condición.

"El crecimiento económico ha sido lo suficientemente robusto como para garantizar que todas las regiones sigan camino a las metas referidas a pobreza", dijo Francesca Perucci, jefa de la Sección de Planificación y Desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Sin embargo, los progresos son desiguales en África subsahariana, Asia occidental y algunas partes de Europa oriental.

El informe indica que el número de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día cayó de 1.800 millones en 1990 a 1.400 millones en 2005, y el índice de pobreza bajó de 46 a 27 por ciento. Estas mejoras fueron en parte impulsadas por India y China, junto a algunos países de Asia oriental, que experimentaron fuertes reducciones en la pobreza.
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Los Objetivos del Milenio son una serie de compromisos asumidos por gobiernos en septiembre de 2000, y van desde potenciar el papel de las mujeres hasta reducir la mortalidad infantil. El plazo para alcanzarlos es 2015.

El informe será usado como herramienta para preparar una cumbre de alto nivel sobre los Objetivos del Milenio en septiembre próximo en Nueva York.

El trabajo indica que la asistencia al desarrollo sigue creciendo, pero alerta que el flujo de financiamiento ha sido desigual y sólo cinco países donantes, Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Noruega y Suecia, cumplen la meta fijada por la ONU de destinar 0,7 por ciento del producto interno bruto a la ayuda exterior.

La demora en ciertas metas se debe en parte a que no están entre las prioridades presupuestales de muchos países, "pero también a las dificultades objetivas de los gobiernos que no son capaces de financiar y sostener todos esos cambios a largo plazo", dijo Perucci a IPS.

"Podría haber cambios si hay una fuerte voluntad política de ambas partes, los donantes y los gobiernos nacionales de los países en desarrollo", añadió.

Perucci además indicó que los progresos más rápidos se han producido en metas que no requieren grandes cambios de infraestructura, como el combate al sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades.

La disponibilidad de medicamentos antirretrovirales y de tratamientos ha crecido rápidamente en el caso del VIH y la malaria. Los países donde la malaria es endémica han experimentado también un incremento de la ayuda, de 100 millones de dólares en 2003 a 1,5 millones en 2009.

Sin embargo, otras metas clave, como el empoderamiento de las mujeres, siguen distantes. La inseguridad laboral y la falta de beneficios para las mujeres son problemas propagados, y se exacerbaron por la crisis financiera, alerta el informe.

Proveer saneamiento para las 2.600 millones de personas que carecen de él también ha sido una meta difícil de alcanzar. Sólo la mitad de la población en el Sur en desarrollo cuenta con este elemento clave.

"La buena noticia es que países tan pobres como diversos, como Etiopía, Ghana, Kenia, Mozambique, Malawi, Nepal y Tanzania, han experimentado aumentos en la matriculación escolar primaria tras la eliminación de las cuotas de ingreso", destacó Olav Kjorven, administrador asistente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Para Nepal, éste es sólo uno de sus varios logros en sus esfuerzos hacia los Objetivos del Milenio. Junto al PNUD, el gobierno ha provisto de energía limpia a unas 250.000 personas que viven en aldeas ubicadas a más de un día a pie de la carretera más cercana.

Aunque el acceso a la energía moderna no está explícitamente incluido en los Objetivos del Milenio, es algo que sí favorece esfuerzos en otros frentes, recalcó Kjorven.

Casi la mitad de la población mundial tiene acceso nulo o limitado a electricidad, según el PNUD. La iniciativa de Nepal podría servir como modelo para otros países.

La creación de una pequeña planta hidroeléctrica generó empleos e ingresos para muchos nepalíes, así como una mayor matriculación escolar y más oportunidades para las mujeres. Estas ahora pueden dedicar menos tiempo a la recolección de madera y de agua. También han dejado de usar cocinas a leña que ponían en riesgo su salud.

El proyecto es original porque "es parte de un programa de desarrollo comunitario", dijo a IPS el representante permanente nepalí en la ONU, Gyan Chandra Acharya. También ayudó a activar el espíritu empresarial entre las mujeres y otros habitantes rurales, destacó.

El administrador de proyectos del Programa de Desarrollo Rural de Nepal, Kiran Man Singh, contó a IPS el caso de una mujer que ahora dirige su propia unidad agro-procesadora, moliendo granos para otras comunidades. Aunque las inversiones públicas ayudaron a dar inicio al programa, para sostenerlo se necesitan pequeñas inversiones privadas.

La mayoría de las decisiones y el control sigue en manos de la comunidad, y los precios de la electricidad continúan siendo accesibles, pero el gobierno ha contratado a privados para la construcción y para acceder a los equipos necesarios.

"Contamos con las condiciones generales que protegen la comunidad y que también permiten que los empresarios hagan algo, así que todos ganan", dijo Olav.

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