Inversiones amenazan biodiversidad de los Cárpatos

Cuando el mes pasado el gobierno de Eslovaquia abrió el Parque Nacional de los Tatras a las firmas constructoras, no consultó ni a los expertos ni al público. Éste y otros sitios protegidos en Europa central y oriental son señalados como vulnerables.

Complejo residencial amenaza una reserva biológica. Crédito: Claudia Ciobanu/IPS
Complejo residencial amenaza una reserva biológica. Crédito: Claudia Ciobanu/IPS
Situados entre Eslovaquia y Polonia, los Tatras son los montes más elevados de los Cárpatos, mayor cadena montañosa de Europa, que se extiende por siete países.

En ellos vive un tercio de las especies vegetales europeas y más de la mitad de la población de osos marrones, linces y lobos del continente.

El Parque Nacional de los Tatras, en el norte de Eslovaquia, alberga variedades únicas de gamuzas y marmotas, y constituye un hábitat fundamental para muchas especies de aves —como los urogallos— y de pinos endémicos.

Por su rica biodiversidad, este parque de 738 kilómetros cuadrados fue nombrado reserva de la biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y es parte de la red de protección ambiental Natura 2000, de la Unión Europea (UE).
[related_articles]
No obstante, a fines de abril el gobierno eslovaco propuso redelimitar el área del parque. Según la nueva propuesta, 9.000 hectáreas del mismo tendrán un menor grado de protección, lo que significa que en esas tierras estarán permitidas la silvicultura, la caza e incluso la construcción de infraestructura turística.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el gobierno formuló ese planteo sin solicitar la evaluación de ningún experto ni del público.

A fines de abril, cientos de ambientalistas organizaron protestas en Bratislava, instalando tiendas de campaña en la central plaza del Levantamiento Nacional Eslovaco.

Unas 10.000 personas firmaron una petición en contra de la nueva delimitación del parque. Entre ellas, toda la Academia Eslovaca de Ciencias, según Erik Balaz, de la organización ambientalista Vlk.

Aunque el lugar es parte de la red Natura 2000, Balaz dijo a IPS que cree que la Comisión Europea (rama ejecutiva de la UE) puede hacer poco por impedir el plan de redefinición del área del parque.

La UE se ha comprometido a frenar la pérdida de biodiversidad en Europa para 2020. Pero parece que las instituciones del bloque han limitado su influencia sobre los estados miembro a este respecto. La Comisión puede iniciar procedimientos por incumplimiento de normas e incluso dejar de financiar proyectos que sean perjudiciales para el ambiente.

"La Comisión Europea puede ser una herramienta a la hora de proteger el ambiente. Pero hay caos en que el dinero de la UE daña los proyectos de conservación de la naturaleza de la UE, y dentro de las instituciones hay un continuo conflicto entre los intereses ambientales y de desarrollo", dijo a IPS Andreas Beckmann, director del Programa Danubio-Cárpatos, de WWF.

"Esperar demasiado de la UE es un error común en la región. La Comisión es responsable de vigilar a Natura 2000, pero depende de los gobiernos nacionales para su implementación", dijo Beckmann.

La Comisión Europea ha reprendido a Bulgaria por la destrucción de hábitats de aves mediante el turismo y la construcción de infraestructura, así como por violar legislación ambiental.

Sin embargo, este mes, la Corte Administrativa Suprema de Bulgaria permitió la construcción de nueva infaestructura dedicada al esquí en la montaña Vitosha, en las afueras de Sofía.

En efecto, el tribunal revocó una decisión del Ministerio de Ambiente que impide más construcciones en Vitosha, el parque nacional más antiguo de los Balcanes y una importante fuente de agua dulce.

Vitosha, como los Cárpatos, es hogar de importantes especies endémicas de flora y fauna. Entre ellas, 150 de aves amenazadas. También fue designada reserva de la biosfera por la Unesco y es un sitio Natura 2000.

Pero las presiones son considerables. La firma Vitosha Ski Ltd planea construir infraestructura dedicada al esquí por 70 millones de euros (87,5 millones de dólares). Parte de la misma conectará barrios de Sofía con las laderas montañosas.

La iniciativa aspira a generar importantes ganancias económicas y darle a Bulgaria la posibilidad de organizar los Juegos Olímpicos de invierno.

Pero "los posibles beneficios económicos del proyecto no pueden compararse con lo que el ecosistema de Vitosha brinda a la población de Sofía, como aire limpio, agua potable para algunos suburbios y el valor de los hábitats naturales preservados", sostuvo Konstantin Ivanov, de WWF Bulgaria.

"La administración del Parque de Vitosha publicó un informe que sugiere que, si las obras siguen adelante, se talarán 33.000 árboles y algunos hábitats de Natura 2000 se verán seriamente afectados", dijo Ivanov a IPS.

El sueño de los Juegos Olímpicos de invierno también acosa a la vecina Rumania. Un nuevo centro de esquí con tres grandes hoteles, piscinas, infraestructura carretera y cañones de nieve está en planes en Padina-Pestera, muy cerca del Parque Nacional Bucegi, en los Cárpatos.

El gobierno del condado de Dambovita, que administra este proyecto, sostiene que el mismo no afectará a ninguna de las áreas protegidas. Pero Florentina Florescu, una coordinadora de Natura 2000 en Rumania, dijo que las obras se acercarán peligrosamente a las reservas de naturaleza.

"En todo el mundo hay presiones para construir, pero en los países post-comunistas no se aplican mecanismos de control para contenerlas", dijo Beckmann.

"Tenemos legislación ambiental en los papeles, pero ninguna voluntad de Poder Ejecutivo para implementarla. Los gobiernos de la región se comprometieron con Natura 2000 sin saber qué conlleva", agregó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe