Nunca hubo en la historia un mejor momento que éste para impulsar el desarme nuclear. El deseo de librar al planeta de las 23.300 ojivas actualmente acopiadas en los arsenales atómicos ha sido manifiestado en oportunidades recientes tanto por líderes mundiales como por agrupaciones de la sociedad civil, escribe Dimity Hawkins, directora de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) (http://icanw.org/).
En abril pasado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró en un discurso en Praga su intención de "buscar la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares". En abril próximo Washington y Moscú firmarán un nuevo acuerdo bilateral en reemplazo del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 1991, que reducirá sus arsenales nucleares en 25%. Puesto Estados Unidos y Rusia poseen el 96% de los arsenales nucleares, este acuerdo, aunque llega con largo atraso, es muy bienvenido.
Para una creciente corriente de opinión el completo desarme nuclear no puede ser alcanzado sólo con algunas iniciativas en tal sentido sino fundamentalmente a través de un marco amplio y abarcador. Para ello, las organizaciones de la sociedad civil y un número cada vez mayor de gobiernos están uniéndose a un llamamiento a favor de un Convenio sobre Armas Nucleares (NWC).