Antes de develarse el resultado de la COP-15, organizaciones sociales latinoamericanas discutieron sus estrategias de cara a la próxima cumbre climática, que se celebrará dentro de un año en México.
«El primer desafío es profundizar, expandir, ampliar, fortalecer nuestra capacidad y nuestras articulaciones en la región. En estos momentos hay distintos movimientos, distintas redes, y nuestro reto es articular esos esfuerzos», dijo a IPS/TerraViva la coordinadora internacional de Jubileo Sur, Beverly Keene.
Jubileo Sur es una red de movimientos populares y organizaciones sociales de América Latina, el Caribe, África y Asia, nacida hace 10 años para luchar «contra la dominación de la deuda financiera» en los países en desarrollo.
Keene expuso en una de las sesiones del Klimaforum, el encuentro de la sociedad civil paralela a la COP-15 (la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que finaliza este viernes, donde se discutió el camino a seguir hacia la COP-16, en diciembre de 2010 en la capital mexicana.
«Sinceramente no espero nada (de la COP-15). Hemos sido bien claros en decir que es mejor ningún acuerdo a uno que sólo va a reforzar las falsas soluciones contra las cuales ya veníamos luchando», dijo a IPS/TerraViva en otra sesión del Klimaforum la brasileña Camila Moreno, integrante de la red Amigos de la Tierra Internacional.
Muchos activistas coinciden en señalar que en el último año se robusteció el movimiento internacional por la justicia climática.
Uno de sus principales logros fue la primera audiencia del Tribunal Internacional de Justicia Climática, celebrada en octubre en la oriental ciudad boliviana de Cochabamba, en la que participaron organizaciones no gubernamentales de todo el mundo.
«La invitación es a caminar hacia México 2010. Esta vez la COP estará en nuestra casa (América Latina) y debemos empezar la movilización», dijo Lyda Fernanda Forero, del secretariado de la Alianza Social Continental, que reúne a más de 60 redes de América, incluyendo Canadá y Estados Unidos.
Para Nicola Bullard, de Climate Justice Now (CJN), una red de organizaciones y movimientos mundiales, llegó la oportunidad de vincular con más fuerza las luchas que la sociedad civil estaba dando contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras instituciones multilaterales con el cambio climático.
«La destrucción ambiental está unida a la desigualdad social», sostuvo en la misma sesión en la que participó Keene.
Es necesario transformar el cambio climático en un problema político, que cuestione el modelo de desarrollo capitalista, y no dejar que los gobiernos y las corporaciones trasnacionales aren el camino hacia un «capitalismo verde», bajo en emisiones de gases de efecto invernadero, pero con la misma arquitectura financiera, coinciden los activistas.
Amparo Miciano, de la Marcha Mundial de las Mujeres, destacó el hecho de que durante las dos semanas de desarrollo de la COP-15 y el Klimaforum gente del Norte industrializado y del Sur se unieron para enfrentar la crisis climática.
«Yo he visto a la sociedad civil bastante movilizada. Vengo de Porto Alegre, donde nació el Foro Social Mundial (FSM), y lo que ha sucedido acá me recuerda mucho al primero de esos encuentros que se realizó allá. Es como un gran evento de educación pública», coincidió Moreno.
«Hay un antes y un después de Copenhague», apuntó la feminista procedente de la capital del meridional estado brasileño de Rio Grande do Sul.
A juicio de Bullard, de CJN, la opinión pública mundial está mayoritariamente a favor del concepto de «justicia climática», y es necesario aprovechar ese apoyo.
Por su parte, el brasileño Diego Azzi, responsable del proyecto de integración regional de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas, adelantó que los sindicalistas latinoamericanos tendrán una mayor presencia en México.
«Estamos trabajando para abrir las mentes de los sindicalistas latinoamericanos sobre estos temas ambientales, a través de lo que llamamos la auto-reforma sindical, que tiene que ver con la visión de los sindicalistas sobre el modelo de desarrollo, productivo y de consumo», dijo a IPS/TerraViva.
En los próximos días, las organizaciones reunidas en Copenhague definirán un calendario de acciones para 2010, pero ya están claras algunas prioridades: trabajo de base, sensibilización pública y presión sobre los gobernantes.
Una de las propuestas más concretas hasta ahora es multiplicar sesiones, audiencias y tribunales de justicia climática para presentar los casos abordados en esas instancias en México.