PESCA-ZAMBIA: Descomposición en el río Zambeze

En las dos décadas que lleva navegando por el río Zambeze, el pescador zambiano Darius Wamulume nunca vio nada igual al pez descompuesto con profundas úlceras que sacó este año, al que no podrá vender ni comer.

Pescador en la ciénaga de Lukanga. Crédito: D Brian Wilson/Wikicommons.
Pescador en la ciénaga de Lukanga. Crédito: D Brian Wilson/Wikicommons.

«La primera vez que lo vi me dio miedo hasta de tocarlo. Nunca había visto un pez podrido y vivo a la vez en el agua. Me aterró su aspecto y recé por que sólo fuera uno», relató. Pero sus deseos no se hicieron realidad.

Wamulume no es el único pescador que atrapó un pez contaminado.

Más de 700.000 personas dependen del río Zambeze para vivir. Desde hace años, las comunidades pesqueras observan una disminución de ejemplares debido a los inadecuados métodos de captura empleados.

Pero la aparición del síndrome ulcerante epizoótico (SUE), causado por un hongo, es una nueva amenaza que se cierne sobre el río de 2.700 kilómetros que nace en Zambia en la frontera con República Democrática del Congo, entra en Angola y regresa a este país, donde es la frontera natural con Namibia y Zimbabwe, y sigue hasta su desembocadura en el océano Índico en Mozambique.
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Antes de que apareciera el SUE en Zambia, en 2008, Wamulume, padre de 10 hijos, ganaba más de 20 dólares en un buen día de pesca. Era rico en este país donde más de 70 por ciento de la población vive con menos de un dólar al día. Pero este año, la situación cambió.

Con la pesca ya en declive, el problema de la contaminación le impidió mandar a cuatro de sus hijos a la escuela secundaria. Los tres más pequeños están al cuidado de unos parientes. Por primera vez en la vida, su familia «conoció el hambre», se lamentó.

«Al principio noté que tenía que alejarme e ir a aguas más profundas para pescar. Además, los peces son cada vez más pequeños. Entiendo que es por la pesca excesiva y el cambio climático, pero esa enfermedad es una maldición», añadió.

SÍNDORME ULCERANTE EPIZOÓTICO

Se especuló que el SUE se había originado por la mayor calidez del agua, causada por cambios ambientales.

Fue observado por primera vez en Namibia en 2006 y luego en la cuenca del Zambeze, donde aparecieron peces muertos y unas 20 variedades estuvieron amenazadas, entre ellas la tilapia, alimento básico de la población de este país.

La enfermedad también supone una amenaza para otros siete países de la cuenca: Angola, Botswana, Malawi, Mozambique, Namibia, Tanzania y Zimbabwe, también miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC).

Pero Zambia, donde el río recorre más kilómetros, es el más perjudicado por el SUE. La alimentación de millones de personas del valle del Zambeze está en peligro porque muchas comunidades rurales viven de la pesca, que además es una fuente barata de proteínas, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La pesca representa 3,8 por ciento de la economía nacional y es el sector que genera más empleo, después de la minería, la agricultura y la explotación forestal.

La demanda de pescado superó hace tiempo la oferta, según un informe sobre el sector pesquero realizado por el Centro Jesuita de Reflexión Teológica. La producción se ubicó entre 80.000 y 85.000 toneladas al año entre 2000 y 2007, muy por debajo del consumo estimado en 120.000 toneladas.

El impacto devastador del SUE profundizará la brecha entre la oferta y la demanda, según ese documento, que reclama una intervención urgente del gobierno.

RESPUESTA LIMITADA

Pero el pronóstico no es bueno. Primero, la investigación está acotada por el pequeño presupuesto otorgado a la industria pesquera. Funcionarios del Ministerio de Pesca señalaron que reclamaron varias veces fondos urgentes, pero nunca ocurrió.

De hecho, el presupuesto se redujo de 1,9 millones de dólares, en 2008, a 851.000 dólares, este año.

«Es triste cómo se ignora a la industria pesquera pese a su gran potencial para combatir la pobreza y el hambre. Nunca hay suficiente dinero para implementar políticas y leyes que la protejan ni para mitigar las consecuencias del cambio climático», señaló Peter Mhango, funcionario jubilado del Ministerio de Agricultura que tiene un barco pesquero en el Zambeze, en la provincia Noroccidental de Zambia.

Además, controlar el SUE en grandes extensiones de agua, como ríos, es prácticamente imposible, señaló el secretario permanente del Ministerio de Pesca, Isaac Phiri.

«Tratamos de probar tratamientos, pero aun si lo encontramos, ¿cómo abarcar tanta cantidad de agua?», indicó. «Si ocurriera con la acuicultura sería mucho más fácil minimizar o evitar la propagación porque se puede aislar el líquido para mejorar su calidad. Pero estamos hablando de la cuenca del Zambeze», subrayó.

El SUE es estacional, suele aparecer en la temporada de lluvias. Los pescadores deben atenerse a otro brote, advirtió.

Cuando apareció el primer brote se creyó que el SUE surgía cuando los peces nadaban en las aguas profundas y frías, donde hay menos oxígeno.

«Pero es mera especulación, ahora pensamos que puede tener que ver con el recalentamiento global, pero todavía hay que averiguarlo. Si ni siquiera podemos identificar la causa, ¿cómo vamos a esperar tener un tratamiento?», remarcó.

Es imposible erradicar la enfermedad «ahora que está en un ambiente natural», señaló el biólogo Ben van der Waal, del proyecto de Gestión de Recursos Pesqueros del sistema de los ríos Zambeze/Chobe, cuando apareció el SUE en 2007.

Llevará muchos años adaptarse a la enfermedad y, mientras, las pérdidas serán «descomunales», advirtió Van der Waal, tomando en cuenta lo que ocurrió en Asia con el mismo problema, donde salir del grado endémico insumió 20 años.

CONTENER EL IMPACTO

Expertos de la SADC tratan de crear programas para controlar la enfermedad y mitigar sus consecuencias en función de los protocolos de la comunidad sobre aguas compartidas, explicó Phiri.

«Tratamos de trabajar con colegas de Namibia y de otros países vecinos afectados por el SUE para encontrar soluciones que contengan el impacto» de la enfermedad, añadió.

Pero la mala situación de la pesca se debe a otras razones, señaló la veterinaria Martha Ngumbo.

«El SUE es sólo uno de los problemas», puntualizó. «Son más graves el agotamiento del recurso, las malas prácticas, el cambio climático y el incumplimiento de las leyes que rigen la pesca», explicó.

«Tenemos que cambiar el foco. Esperemos que pase la enfermedad, pero mientras busquemos otras alternativas de pesca», añadió Ngumbo.

Zambia tiene 15 millones de hectáreas de lagos, pantanos, ríos y arroyos, que representan más de 45 por ciento del recurso hídrico de la SADC.

Con un recurso natural tan importante, este país «puede convertirse en un enorme exportador de pescado. Tenemos que aprovecharlo», insistió Ngumbo, quien propuso aumentar las inversiones en acuicultura, reforzar la infraestructura comercial para cubrir la demanda local, mejorar las técnicas de pesca artesanal del cultivo y construir estanques.

Wamulume sostiene que los pescadores como él deberían recibir préstamos o créditos para poder construir estanques y sobrevivir durante la veda que se tendrá que decretar.

«No puedo esperar hasta que se encuentre una solución. Necesito comer ya y mis hijos tienen que ir a la escuela ahora», arguyó.

* Este artículo es parte de una serie producida por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales) para la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).

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