La población en la capital de la República Democrática del Congo (RDC) necesita unos 700.000 metros cúbicos de agua por día, pero la Dirección de Distribución de Agua (Regidesco, por su acrónimo en francés) provee solamente 425.000.
Grandes barrios como Kitokimosi y Mpasa casi no reciben nada. La situación en otras partes del país es igual, si no peor.
"En total, sólo 22 por ciento de los congoleños tienen acceso a agua potable, mientras que el promedio en África subsahariana es de alrededor de 60 por ciento", dijo Frank Bousquet, del Proyecto Urbano para el Suministro de Agua Potable (PEMU, por su acrónimo en francés), del Banco Mundial.
"La falta de agua potable supone una significativa amenaza a la salud pública, y son los pobres los que pagan el precio más alto por un servicio ineficiente. Pagan siete veces más por un litro de agua de lo que costaría si los servicios fueran operados en forma adecuada", explicó.
Jean-Pierre Kajangu, del programa de economía de la salud en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Kinshasa, alertó que la situación es grave. "No se trata sólo de la salud de los residentes de Kitokimosi y Mpasa, sino que toda la población de Kinshasa está en riesgo", añadió.
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"El agua de los pozos y ríos nos causa muchos problemas de salud a nosotras las mujeres", dijo Sophie Nkeyi, quien vende pescado en el mercado de Kitokimosi, "porque la usamos para bañarnos, cocinar y lavar nuestras ropas, que ni siquiera podemos planchar por falta de electricidad".
Ella y su hija de 10 años visitan al médico regularmente. "Nos receta antibióticos y medicamentos contra las infecciones y parásitos intestinales, a los que nos exponemos en el agua de ríos y estanques", dijo a IPS.
Lydia Panzu, de 16 años, dijo que sufre dolores de espalda desde hace tres años porque se ve obligada a ir a recoger el agua. "Problemas de espalda, de cuello, porque voy y vengo dos o tres veces al día, bajo el valle hacia el río y regreso, cada vez con unos 20 litros de agua sobre mi cabeza", contó.
FALTA DE RECURSOS
Los departamentos técnico y de finanzas de Regidesco señalan que la mala distribución se debe a que la infraestructura es anticuada.
"Un ejemplo clave son las instalaciones de Lukunga, con capacidad para 48.000 metros cúbicos al día, y que benefician a un millón de residentes en dos distritos de Kinshasa. Fue construida en 1939 por las potencias coloniales, y no ha sido sustancialmente restaurada hasta hoy", dijo el director de explotación en Regidesco, David Ekwanza.
La falta de mantenimiento es una consecuencia directa de la escasez de recursos financieros. "Y esta falta de financiamiento se debe principalmente al hecho de que los departamentos del gobierno, que son los mayores consumidores, no pagan mensualmente sus cuentas", señaló por su parte el jefe de finanzas de la empresa estatal, Polycarpe Kabangu.
"Esos departamentos son oficinas de gobierno, residencias oficiales de ciertos políticos bien ubicados, empresas públicas que deben unos 2,5 millones de dólares mensuales, lo que representa 40 por ciento del negocio, causando enormes dificultades financieras que hacen imposible reconstruir la infraestructura y el suministro en toda la ciudad de Kinshasa, así como pagar los salarios a los funcionarios", agregó.
El PEMU propone incrementar en forma sostenible el acceso al agua en áreas urbanas, mejorando la efectividad técnica y financiera de la compañía.
El proyecto se concentrará en "la restauración de la viabilidad financiera, la creación de condiciones para una administración dinámica, que convertirá a esta empresa pública en una entidad social diseñada para aumentar la autonomía gerencial, así como la remoción y adaptación de la infraestructura en tres centros donde es más probable que se generen las ganancias necesarias para restaurar el equilibrio y ayudar a respaldar a los centros secundarios".
La activista por los derechos humanos Louise Yemba está cansada de escuchar promesas de que el agua llegará Mpasa. "Creo que necesitamos un proyecto mejor que los otros lanzados por el Banco Mundial en la RDC, y cuyos efectos se limitaron a la publicidad" de ese organismo multilateral, afirmó.
Yemba duda que el proyecto sea efectivamente ejecutado. O, en última instancia, "será mal implementado debido a la mala calidad de la gobernanza en este país y la parálisis de la sociedad civil congoleña, que debe tomar conciencia de su papel en la presión al Banco Mundial y al gobierno para que atiendan a todos los congoleños que no tienen acceso al agua", afirmó.
Patrice Musoko, coordinadora de la Asociación Congoleña de Consumidores de Productos Alimenticios, coincidió en que la acción social es la clave.
"La sociedad civil debe ejercer una efectiva presión sobre el gobierno para que reduzca esos atrasos y pague sus cuentas, permitiendo que Regidesco mantenga su infraestructura y suministro en los barrios de Kinshasa que aún no reciben suministro. La sociedad civil debe también hacer un seguimiento para asegurar que el dinero sea efectivamente usado con esos fines", indicó.
Pero en un país que aún sufre los efectos de una serie de conflictos armados, no será una tarea fácil.