La mortalidad materna en África es una «tragedia monumental» y requiere atención urgente de los gobiernos del continente, alertan expertos en salud.
"De todas las embarazadas del mundo, las que están en peor situación son las de este continente. El riesgo que tiene una mujer africana de morir durante el ciclo reproductivo por causas vinculadas al embarazo o el parto es de más de siete por ciento", señaló Ebenezer Durojaye, investigador nigeriano en asuntos de salud y derechos humanos.
La situación en Sierra Leona es peor, dijo a IPS Durojaye, quien trabaja en la sudafricana University of Free State.
"Allí, el riesgo de sufrir muerte materna es de 12,5 por ciento. En países como Singapur, por ejemplo, la cifra es de 0,03 por ciento", remarcó Durojaye en el XIX Congreso Mundial de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), que se celebra desde el domingo hasta este viernes en esta austral ciudad sudafricana.
Más de 2.000 obstetras, ginecólogos y especialistas en salud de todo el mundo llegaron a Ciudad del Cabo para participar en el encuentro.
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"La situación en África es una pesadilla total y una tragedia monumental", advirtió Durojaye.
La presidenta de FIGO, Dorothy Shaw, señaló que algunas naciones africanas registraron avances en los últimos años, pero la situación sigue siendo grave.
"Lamentablemente podemos decir que no mejoró la situación general en África subsahariana respecto de la mortalidad materna", dijo a IPS Shaw, refiriéndose al Informe sobre Salud de las Mujeres 2009 de FIGO, presentado en el congreso.
"De las 529.000 muertas maternas que hay en el mundo por año, la mitad corresponde a África subsahariana", añadió.
El cuarto de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, que apunta a mejorar la salud materna, se propone reducir la mortalidad en tres cuartos entre 1990 y 2015. El informe de FIGO muestra una disminución en la región, pero sólo de 0,1 por ciento entre 1990 y 2005.
Hay muchas razones que explican la alta mortalidad materna en África, como la falta de acceso a centros de atención médica, donde se brinda asistencia obstétrica, y escasez de personal calificado.
En Etiopía, hay 133 ginecólogos, 147 cirujanos, 569 parteras y unas 5.000 enfermeras para atender a unas 80 millones de personas, según un estudio divulgado este año por el Ministerio de Salud de ese país, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
"Cuatro por ciento de los hospitales están equipados para hacer cesáreas y dos por ciento preparados para hacer transfusiones sanguíneas", explicó Muna Abdullah, especialista en salud reproductiva de la oficina del UNFPA en Adis Abeba.
"Ninguna clínica está equipada para ofrecer ese tipo de atención obstétrica", añadió.
El informe también muestra la distribución desigual de los centros de salud y del personal médico. "En las zonas rurales, donde vive la mayoría de la población, sólo hay tres hospitales y 94 clínicas", señaló Abdullah.
"Si queremos que las mujeres vivan, tenemos que brindarles los servicios médicos necesarios. El derecho a la salud es para todas, no para unas pocas. Esas desigualdades son una flagrante violación a los derechos humanos", remarcó.
No hay suficiente voluntad política para asignar fondos al cuidado de la salud materna. "Muchos gobiernos prometieron mejoras, pero no se han traducido en acciones ni en más recursos. Así nunca van a mejorar las estadísticas", subrayó Shaw.
Otro de los factores que inciden en la mortalidad materna es la discriminación de género, sostuvo Daisy Mafubelu, subdirectora general de salud familiar y comunitaria de la OMS.
"En África, muchas mujeres tienen un estatus inferior al de los varones", dijo Mafubelu a IPS.
"Por ejemplo, en Nigeria, una mujer necesita permiso de su pareja para parir en el hospital. Así, muchas permanecen alejadas de clínicas y hospitales. Estas desigualdades de género deben ser atendidas, por gobiernos, sociedad civil y población, si queremos salvar vidas", añadió.
El gobierno de Nigeria "no hace lo suficiente para proteger los derechos de las mujeres, desde el derecho a la vida, pasando por la salud y hasta la dignidad", señaló Durojaye, quien añadió que el riesgo de sufrir muerte materna durante el ciclo reproductivo es de 5,5 por ciento en su país.
"Si los hombres murieran en masa, ¿el gobierno se quedaría de brazos cruzados como ahora? No creo", exclamó.
El cuidado obstétrico en África no se necesita sólo para evitar muertes, remarcó Shaw. "Miles y miles de mujeres sufren incapacidades y secuelas a raíz de complicaciones del embarazo o del parto. Un ejemplo es la fístula obstétrica".
La fístula se produce en el trabajo de parto, cuando éste es prolongado y hay una excesiva presión de la cabeza del bebé sobre el delicado tejido de la pelvis de la madre.
"El tejido celular muere al interrumpirse el flujo de sangre, se desgarra y se abre un agujero entre la vagina y el recto o entre aquélla y la vejiga", explicó Shaw.
"Esto provoca que las mujeres pierdan el control de esfínteres, y por eso son marginadas y sus maridos las abandonan. Debemos pensar en sus derechos humanos", remarcó.