CAMBIO CLIMÁTICO: Copenhague se hunde

Conforme se agota el tiempo para la más importante conferencia internacional sobre cambio climático, los gobiernos procuran evitar un cada vez más probable fracaso de las negociaciones presentando planes y ofertas para repartir responsabilidades por las emisiones de gases invernadero.

La Unión Europea (UE) acordó este viernes una oferta para ser presentada en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 15), en la que se procurará, entre el 7 y el 18 de diciembre en Copenhague, delinear un tratado de reducción de esas emisiones, causantes del recalentamiento planetario.

El tratado reemplazaría al Protocolo de Kyoto, único instrumento internacional contra el cambio climático, que expirará en 2012.

Los líderes de la UE acordaron este viernes ofrecer un paquete de 74.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países del Sur en desarrollo a adaptarse a los efectos del recalentamiento planetario.

No obstante, aclararon que la oferta no significaba un "cheque en blanco", sino que dependería de que las naciones beneficiadas cumplieran con determinados compromisos ambientales.
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El bloque europeo concluyó que el Sur necesita unos 147.558 millones de dólares anuales para afrontar el cambio climático. De esa cantidad, unos 74.000 millones deberían proceder de financiamiento público internacional, y el resto de los propios recursos de los países en desarrollo así como de los ingresos producidos por el llamado mercado de carbono.

Sin embargo, la organización internacional Oxfam consideró que el paquete ofrecido por la UE era insuficiente.

Mientras, el Consejo Consultivo Alemán sobre Cambio Climático (WBGU, por sus siglas en alemán), insiste en la necesidad de repartir entre toda la población lo que llama "presupuesto mundial de emisiones de gases invernadero".

El WBGU sostuvo que se debía establecer un límite de 110 toneladas de emisiones de dióxido de carbono por persona en las próximas cuatro décadas para impedir las irreversibles e incontrolables consecuencias del recalentamiento planetario.

El portavoz del WBGU, Benno Pilardeaux, dijo a IPS que fijar un tope por habitante tanto en los países del Norte industrializado como en los del Sur en desarrollo es fundamental para avanzar en las negociaciones internacionales para un nuevo acuerdo.

"Probablemente Copenhague no tenga éxito en ratificar el tratado, y sólo establecerá un marco para una mayor conferencia, probablemente en marzo", dijo Pilardeaux.

En conferencia de prensa en Londres la semana pasada, el secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Ivo de Boer, dijo que la reunión en la capital danesa no logaría ratificar ningún nuevo tratado para reducir las emisiones de gases invernadero.

"Si usted mira el limitado tiempo que queda para Copenhague, debemos concentrarnos en qué puede hacerse y cómo puede enmarcarse en forma realista", señaló De Boer.

Pilardeaux dijo que, dado el actual estado de los preparativos para Copenhague, "las negociaciones deberán ser aplazadas, y se deberán establecer los pasos a seguir". Uno de esos pasos podría ser seguir la propuesta de WBGU.

El consejo consultivo alemán señaló que "sólo hay una posibilidad realista de limitar el recalentamiento planetario (de dos grados Celsius) si se establece un limite sobre la totalidad de lo emitido (de gases invernadero) mundialmente a partir de hoy y hasta 2050", y llamó a ese total "presupuesto mundial de dióxido de carbono (CO2)".

El WBGU maneja este presupuesto global como el principal parámetro para determinar un tope individual de emisiones de CO2, válido para todo el mundo.

El presupuesto global de CO2 debe estar "a la vanguardia (de las negociaciones) hacia un nuevo tratado climático mundial", aconsejó el WBGU.

"Combinado con fundamentales conceptos de equidad, el enfoque del presupuesto provee cifras concretas para cada una de las metas de emisiones, que todos los países tendrán que aceptar para impedir la desestabilización del sistema climático del planeta", añadió.

Hans Joachim Schellnhuber, principal autor del informe y consejero ambiental de la administración de la canciller (jefa de gobierno) alemana Angela Merkel, sostuvo que las emisiones de aquí a 2050 no deberían superar las 750.000 millones de toneladas métricas de CO2, aunque este límite dependería de la variables del recalentamiento planetario.

En cualquier caso, sólo una pequeña cantidad de CO2 podrá ser liberada en todo el mundo después de 2050. "Por tanto, la era de una economía conducida por combustibles fósiles definitivamente tendrá que llegar a su fin en la primera mitad de este siglo", sostuvo el WBGU.

"Si se dividen las 750.000 millones de toneladas de CO2 entre la población total mundial, tenemos el presupuesto permitido por habitante hasta 2050 de unas 110 toneladas de CO2", explicó Schellnhuber, director del Instituto de Potsdam para Investigación sobre Impacto Climático, y ganador del Premio Ambiental Alemán de 2007.

Según este presupuesto global, América del Norte (especialmente Estados Unidos), Europa occidental, Australia y Japón "muy pronto habrán traspasado los límites" o quizás lo han hecho "hace tiempo", dijo Schellnhuber. En base a las emisiones de 2008, China agotará su presupuesto en la década de 2030, y Alemania habrá agotado el suyo en 10 años.

Schellnhuber dijo que un límite individual de emisiones para cada uno de los habitantes del mundo "constituye un principio elemental de justicia ambiental". "¿Por qué a un ciudadano alemán se le debería permitir emitir más CO2 que a una persona en Bangladesh? La regla debe ser dividir con justicia la cantidad total de CO2 que el mundo puede liberar hasta 2050 entre toda la población mundial", señaló.

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