AGUA-MALAWI: Una seca realidad detrás de las estadísticas

Los resultados de una nueva investigación ponen en cuestión la afirmación del gobierno de Malawi de que casi toda la población urbana de este país tiene agua potable y saneamiento.

Un estudio del no gubernamental Instituto Internacional de Ambiente y Desarrollo (IIED, por sus siglas en inglés), divulgado en agosto, concluyó que más de la mitad de los habitantes urbanos carecen de agua corriente.

En las zonas rurales es común ver a mujeres y niñas cargando baldes de agua sobre la cabeza, pero la práctica ahora se extendió a grandes ciudades como Lilongwe, Blantyre y Mzuza.

La investigación del IIED indicó que Malawi está lejos de alcanzar la meta de acceso al agua potable y saneamiento, contenida en el séptimo de los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones para el Milenio (ODM): garantizar la sostenibilidad ambiental para 2015.

Las cifras oficiales son engañosas y generan confusión, arguyen los investigadores.
[related_articles]
El estudio del IIED, patrocinado por el gobierno de Escocia, uno de los principales donantes de Malawi, revela que el acceso al agua y al saneamiento es totalmente inadecuado en los asentamientos urbanos hacinados, donde vive alrededor de 60 por ciento de la población de las ciudades.

Las autoridades, por su parte, sostienen que casi todos los habitantes de las ciudades gozan de esos servicios.

El informe de Malawi sobre los ODM de 2007 señalaba que el acceso urbano al agua había mejorado mucho, pasando de 47 por ciento, en 1992, a 75 por ciento, en 2006.

Martha Kaliwo, residente del asentamiento de Ntandile, en las afueras de Lilongwe, señaló que la situación no mejora desde hace años.

"Los grifos están secos, y la gente se ve obligada a deambular por las calles buscando agua. De hecho, nos sorprende cuando el servicio funciona tres días seguidos. Nos vemos obligados a depender de fuentes poco confiables y la mayoría de las veces tenemos que caminar largas distancias hasta encontrar agua que sea potable", explicó Kaliwo, de 54 años.

LARGAS COLAS

Las mujeres suelen ocuparse del suministro de agua. Las que tienen trabajo, invariablemente llegan tarde.

"Estamos cansadas de buscar agua temprano en la mañana y nuestra productividad baja", se lamentó Kaliwo.

Muy pocas viviendas tienen baño. Los pocos que hay suelen ser compartidos entre varios hogares. "Hay grupos de unas ocho familias que usan la misma letrina en el asentamiento donde yo vivo", relató Kaliwo.

Alrededor de 42 por ciento de los hogares vuelcan sus excrementos en pozos cavados en sus terrenos, según el estudio de IIED, 21 por ciento los desechan en caminos o ríos y nueve por ciento los tiran en basureros.

Las autoridades no colocan contenedores para desperdicios y los pocos que hay están en zonas inaccesibles para los camiones recolectores.

En los nueve asentamientos estudiados por el IIED, sólo uno de cada cuatro hogares está conectado a la red de suministro de agua. La mitad tienen que ir a buscar el líquido a los quioscos expendedores y 13 por ciento lo compran a los vecinos que tienen servicio.

Los quiscos de agua comunales no siempre funcionan, suelen abrir alrededor de tres horas de mañana y tres en la tarde y permanecen cerrados durante la noche.

Es común que se formen largas colas en los quioscos y las mujeres pierden mucho tiempo, se lamentó Boyd Kalumo, residente del asentamiento de Ndirande.

"De noche no tenemos agua. Tenemos que almacenar. Es un gran inconveniente", indicó Kalumo, de 52 años.

SUMINISTRO ESCASO

La irregularidad del servicio obliga a las personas a buscar agua insegura, como en pantanos. "Mucha gente construye baños fuera de su vivienda porque ya no pueden usar los que tienen cisternas", indicó Kalumo.

Alrededor de 10 por ciento de los habitantes de la meridional ciudad de Blantyre y ocho por ciento de los de Lilongwe residen en viviendas con saneamiento. En Mzuzu, al norte de la capital, directamente no hay infraestructura, según investigadores del IIED.

Las conclusiones del estudio contradicen las estadísticas oficiales que sostienen que el país ha realizado importantes avances para alcanzar la meta del milenio sobre agua y saneamiento.

"Es claro que las estadísticas oficiales no se hicieron en base a la misma definición de saneamiento manejada en el texto de los ODM", que, por cierto, es ambigua, explicaron los investigadores.

El texto del compromiso, firmado por la comunidad internacional en 2000, señala que una de las metas es "reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento".

Si por "servicios básicos de saneamiento" se entiende letrinas elementales compartidas por varios hogares y sin mantenimiento, entonces Malawi podría alcanzar esa meta en las ciudades.

La poca claridad de las cifras oficiales no impide que el gobierno se dé cuenta de que tiene que mejorar el acceso al agua y ampliar la infraestructura de saneamiento.

En la presentación del presupuesto nacional para 2009-2010, el ministro de Finanzas, Ken Kandodo, prometió que el gobierno se asegurará de que el suministro de agua potable sea más efectivo.

Habrá que ver si las autoridades cumplen, o no, con su promesa. Por ahora los grifos siguen secos.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe