Por primera vez en más de 80 años, una nueva vacuna contra la tuberculosis ha ingresado en la etapa de pruebas de eficacia. Sus responsables se muestran optimistas, pero expertos en salud pulmonar recomiendan más cautela a la hora de esperar los resultados.
El bacilo de Koch, "que causa la tuberculosis, es tramposo, dado que la gente puede contagiarse la enfermedad más de una vez, a diferencia de otras como el sarampión", dijo Anthony Harries, director del Departamento de Investigaciones de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Pulmonares, con sede en París.
"Esto hace que desarrollar una vacuna que proteja a las personas durante toda su vida sea mucho más difícil que crear vacunas contra otras enfermedades" que se contraen una sola vez, explicó.
La razón que hay detrás del desarrollo de una nueva vacuna contra esta enfermedad es que la BCG (Bacilo Calmette-Guérin), creada en los años 20, demostró no ser efectiva en la protección de adultos.
"La BCG sí protege a los niños, impidiendo que desarrollen formas serias de tuberculosis activa, pero solamente hasta los 15 años. Después de eso, la persona ya no está protegida", dijo Harries.
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"El problema con la BCG es que no se puede administrar una segunda dosis luego que caducó el efecto de la primera", explicó.
Quienes desarrollaron la nueva vacuna "se las han arreglado para aislar el gen del bacilo de la tuberculosis, que estimula una respuesta inmune general", continuó.
"Eso es maravilloso, pero pienso que deberíamos esperar y ver cómo siguen los ensayos clínicos antes de saltar de alegría", agregó.
La vacuna contra la tuberculosis que se está probando en Worcester, 120 kilómetros al nordeste de Ciudad del Cabo, fue desarrollada por la Iniciativa Sudafricana para la Vacuna contra la Tuberculosis, con apoyo de la Fundación Global Aeras para la Vacuna contra la Tuberculosis, una organización que se dedica a investigar la relación entre esta enfermedad y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.
"Quienes dudan del potencial de la nueva vacuna en desarrollo están equivocados. Ésta ha ingresado en la última etapa de la Fase II, lo que significa que el fármaco no es tóxico y se ha encontrado que es efectivo", dijo Jerry Sadoff, presidente de la Fundación..
"Reconocemos que es más difícil desarrollar una vacuna para la tuberculosis que para enfermedades como la hepatitis, dado que se puede contraer tuberculosis más de una vez", declaró Sadoff a IPS.
"Por lo tanto se necesita desarrollar un fármaco que dispare una reacción diferente del sistema inmunológico", continuó.
"Ahora necesitamos averiguar cuál es la dosis requerida", agregó.
El anuncio de las pruebas de la nueva vacuna contra la tuberculosis tuvo lugar en la Quinta Conferencia sobre Patogénesis, Diagnosis y Tratamiento del VIH, que se realizó del 19 al 22 de julio en Ciudad del Cabo.
Las pruebas en humanos tienen tres fases. La primera aspira a ver si el fármaco es seguro para su uso en personas, e involucra a un pequeño grupo de entre 20 y 50 voluntarios.
La segunda busca determinar si el medicamento está funcionando, y en ella participan varios cientos de voluntarios. A menudo se divide en dos etapas. La fase "II a" evalúa la eficacia de la vacuna, y la "II b" se centra en qué cantidad de ese producto debería administrarse al paciente.
La tercera fase, que es la final, es la evaluación definitiva de la potencial nueva vacuna. Compromete a muchos más voluntarios, a veces varios miles, que se dividen en dos: un grupo recibe el fármaco real y el otro un placebo.
Para que a un potencial fármaco se le dé luz verde puede llevar hasta 20 años.
La nueva candidata a vacuna contra la tuberculosis comenzó a desarrollarse hace ocho años, y será probada en unos 2.700 niñas y niños pequeños en los próximos años.
"Si todo va según el plan, la vacuna estará disponible en 2016", dijo Sadoff.
Su precio será de entre ocho y 10 centavos de dólar por dosis, señaló. "Esto es comparable al precio de la actual vacuna BCG" añadió.
En África, son principalmente los adultos y jóvenes quienes desarrollan la tuberculosis, a menudo debido a que también están infectados con VIH.
Como sus sistemas inmunológicos están deprimidos, las portadoras de VIH son más propensas a contraer tuberculosis.
"Se estima que quienes son VIH positivos tienen 10 por ciento (más) de posibilidades anuales de desarrollar tuberculosis", destacó Harries, agregando que en las personas sin ese problema sanitario ese guarismo es igual pero en relación a toda su vida.
Según el informe 2009 sobre tuberculosis difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2007 hubo casi 9,3 millones de nuevas infecciones con esta enfermedad, y que en todo el mundo murieron de tuberculosis 1,7 millones de personas, 456.000 de las cuales estaban infectadas con VIH.
La tuberculosis, que se transmite por la tos o el estornudo de un paciente infectado, es una enfermedad que ataca en especial a los pulmones y en menos casos a los sistemas nervioso central, linfático, circulatorio, genitourinario y gastrointestinal. Los síntomas más comunes son la flema, a veces con sangre, sudoración, mareos y pérdida de peso.
En Sudáfrica, uno de los países con mayor prevalencia de la tuberculosis, 336.000 de los 461.000 casos registrados ese año correspondieron a personas portadoras de VIH. Y de las 112.000 que fallecieron de tuberculosis, 94.000 eran seropositivas al virus cusante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Pese a la enorme dimensión del problema de la tuberculosis en África y en el mundo en desarrollo en general, los científicos apenas comenzaron a buscar una nueva vacuna apneas ocho o nueve años atrás.
"Luego de su introducción, la BCG demostró ser efectiva en Europa y la prevalencia se redujo rápidamente", dijo Sadoff.
"Por lo tanto, en Occidente se consideró que la enfermedad había sido derrotada, así que no se desarrollaron nuevas vacunas, pese a que la tuberculosis regresó para vengarse en el mundo en desarrollo, especialmente entre quienes viven con VIH", agregó.
"Esencialmente, fue reconocida como una enfermedad de los pobres, así que no hubo mucho interés. Las cosas cambiaron con el surgimiento de la tuberculosis resistente a múltiples fármacos (MDR) y la de extrema resistencia a los fármacos (XDR), considerada una amenaza mundial que no está relegada a África", señaló.
La variedad MDR es resistente a los dos principales fármacos utilizados contra la enfermedad, y la XDR lo es a la vasta mayoría de medicamentos de primera y segunda línea. En 90 por ciento de los casos, la XDR es fatal.
Ambas formas de resistencia pueden ocurrir cuando los pacientes tuberculosos no cumplen con sus tratamientos de primera línea, que tienen que seguirse durante hasta seis meses.
"Para impedir que la gente muera de tuberculosis —tanto la normal como las variedades resistentes a los fármacos—, necesitamos esta vacuna más que nunca", dijo Sadoff.
Y es posible "que estemos muy cerca de tener una", añadió.