GRIPE-INDIA: Contener el pánico, más que el virus

La influenza A/H1N1 no se ensañó con India, pero sí sometió a una dura prueba al atribulado sistema de salud pública.

El malestar se suscitó en la occidental ciudad india de Pune el 3 de este mes tras la muerte de Reeda Shaikh, de 14 años, a raíz de un mal diagnóstico realizado en un hospital privado.

El hecho motivó críticas contra el gobierno por no tomar las medidas necesarias para contener la propagación del virus de la popularmente conocida "gripe porcina".

La reacción inicial de las autoridades ante la propagación de la influenza A/H1N1 fue recomendar a todas las personas con posibles síntomas de la enfermedad que concurrieran a los centros de salud estatales, lo que generó pánico y caos y la consiguiente saturación de los servicios.

En Pune, donde se registraron 12 de las 21 muertes ocurridas desde que se detectó el primer caso en este país el 13 de mayo, la gente comenzó a comprar mascarillas y antivirales.
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La confusión invadió Pune tras la decisión del gobierno de dar marcha atrás a su orden inicial de concurrir a los centros de salud y de que muchos hospitales privados comenzaran a negarse a atender pacientes con síntomas de gripe.

Pero la situación de Pune no es única en el país. En varias ciudades indias, el pánico y la confusión, sumados a la falta de antivirales como el Tamiflu, se replican de la mano de lacónicos informes periodísticos difundidos por los canales de televisión.

No pasó mucho tiempo antes de que el gobierno fuera acusado de retirar antivirales del mercado y de hacer el juego a los fabricantes de genéricos y de dispositivos para hacer análisis clínicos.

"El gobierno debió darse cuenta de que los pocos centros de salud designados en un principio no iban a poder hacer frente a la demanda de análisis y tratamiento", señaló Amit Das Gupta, del no gubernamental Foro Científico de Delhi. "Aun en Estados Unidos se recomienda a los enfermos permanecer en sus hogares mientras no necesiten atención especial".

"Para poner en perspectiva la cantidad de personas infectadas y fallecidas por la actual cepa de la influenza, hay que recordar que en Estados Unidos mueren unas 36.000 personas al año de gripe común y complicaciones derivadas" de la enfermedad, indicó.

"En India, 42 por ciento de las muertes son causadas por enfermedades transmisibles", añadió.

El especialista también cuestionó el argumento del gobierno de que contuvo la propagación de influenza A/H1N1 mediante medidas de vigilancia. "Éstas dependen de buenos sistemas de salud pública, lo que no ocurre en India, donde reina el caos a raíz de los recortes presupuestales", explicó Das Gupta.

En este país se invierte menos de uno por ciento del producto interno bruto en salud pública, lo que obliga a muchas personas a recurrir a la atención privada.

Especialistas en salud pública llevan años advirtiendo que el presupuesto es muy inferior al necesario. Jeffrey Sachs, presidente del panel internacional de asesoramiento a la Misión Nacional de Salud Rural de India, propuso elevar la cifra a alrededor de cinco por ciento.

En ese contexto, la capacidad del gobierno de montar una respuesta efectiva ante casos como el de la influenza A/H1N1 es muy limitada. En vez de las precauciones adoptadas, como realizar chequeos en los aeropuertos a los recién llegados, el gobierno debió contener la propagación del virus haciendo jugar a su favor las condiciones subtropicales.

"Hubiera sido mejor dejar que la epidemia siguiera su evolución natural. Por supuesto, tomando medidas preventivas ante la llegada del invierno, cuando aumenta la vulnerabilidad del norte", indicó Das Gupta.

El 11 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó a 6 el nivel de alerta de la influenza, lo que quiere decir que la enfermedad existe en todo el mundo. La directora general, Margaret Chan, reconoció entonces que es imposible contener o revertir la propagación del virus.

Pero recién esta semana, las autoridades indias reconocieron que era más importante contener el pánico que el virus, que en definitiva resultó causar síntomas y tener una virulencia similar a la gripe estacional.

"A medida que se propaga el virus, la gente se irá inmunizada y la cantidad de nuevos casos disminuirá", indicó el director general de los servicios de salud, R. K. Srivastava.

Las fallas del gobierno fueron expuestas por un grupo independiente de especialistas en salud pública del Centro de Medicina Social y Salud Comunitaria de la Universidad Jawaharlal Nehru, que pidió "mayor claridad en el manejo y la atención de la influenza A/H1N1 para mantener informada a la población sobre su etiología, tratamiento y gestión".

"La histeria creada por la prensa y la reacción del Ministerio de Salud y Bienestar Familiar no es propicia para un manejo racional y bien informado de la situación", reza el comunicado suscrito por varios profesionales.

El tratamiento debe restringirse a los hospitales públicos indicados y divulgar pautas respecto de la etapa en que los casos sospechosos, no sólo los confirmados mediante análisis clínicos, recibirán antivirales específicos, según los especialistas.

Los planes del gobierno de impulsar la cooperación entre el sector privado y el público también fracasaron.

El gigante y multimillonario Hospital Apollo se negó a seguir las instrucciones dadas por las autoridades a las instituciones privadas porque la atención de posibles portadores del virus A/H1N1 podía poner en riesgo a otros internados.

"No podemos someter a nuestros pacientes, entre los que hay inmunodeprimidos, al riesgo de infecciones. Por lo tanto, no tenemos lugar para realizar chequeos médicos, recolección de muestras ni recibir enfermos, señaló un comunicado del hospital.

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