La sociedad civil de Kenia reclamó al Fondo Monetario Internacional (FMI) mayor representación en sus órganos de decisión y la creación de una instancia de resolución de disputas.
La propuesta siguió al anuncio del FMI de que iba a aumentar los montos para préstamos a los países de bajos ingresos y de que suspendería el cobro de intereses a esas naciones hasta 2011 inclusive, a fin de atenuar las consecuencias de la recesión internacional.
En el marco del proceso de preparación de un borrador con recomendaciones de la sociedad civil para reformar el sistema de gobernanza del FMI, la coalición New Rules for Global Finance (Nuevas Reglas para las Finanzas Mundiales) mantuvo numerosos intercambios con organizaciones de distintos países.
New Rules reagrupa a varias organizaciones no gubernamentales a favor de realizar reformas de largo alcance en la dirección y operaciones de las principales entidades financieras multilaterales, entre ellas el FMI y el Banco Mundial.
En 2008, el FMI propuso un enfoque basado sobre cuatro pilares que incluye una oficina de evaluación independiente, un grupo de trabajo de directores ejecutivos del organismo, un comité de eminencias y un espacio de interacción directa con organizaciones de la sociedad civil.
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El ex director ejecutivo del ente que reagrupa a 21 países africanos angloparlantes en el FMI, Peter Gakunu, pidió una mayor representación en el directorio de ese organismo multilateral de crédito..
Los africanos tienen muy baja representación en órganos de decisión, subrayó Gakunu, también ex asesor de la presidencia de Kenia.
"Las naciones en desarrollo, en especial las africanas, tienen una representación inadecuada. Que este continente sólo cuente con dos directores ejecutivos es injusto", añadió.
También reclamó mayor presencia de personal técnico y ejecutivo africanos en general.
"Los funcionarios son muy importantes en términos del desarrollo de políticas y este continente está muy mal representado. Necesitamos encontrar una forma de aumentar su participación", remarcó Gakunu.
África tuvo durante mucho tiempo sólo dos delegados en el Directorio Ejecutivo del FMI, que representaban a los países subsaharianos con tres por ciento de los votos. Hace muy poco adquirió un tercer asiento.
En cambio, el director ejecutivo de Estados Unidos tiene poco más de 16 por ciento de los votos, pese a que uno de cada cuatro países miembros del FMI es africano y de que el grueso de sus operaciones está en este continente.
Gakunu reclamó mayor transparencia en las condiciones de los préstamos.
"Deben realizarse más consultas antes de sellar un acuerdo. En la actualidad, las condiciones se discuten con los ministerios de Economía y Finanzas sin consultar a la población y a veces pueden haber presiones", apuntó.
También deben hacerse reformas en los países porque las autoridades pueden no tener interés en explicitar las condiciones asociadas a los préstamos, reconoció.
Es evidente que el FMI debe realizar reformas y modificar su política de préstamos, señaló Eve Odete, de Oxfam.
"Salta a la vista que las condiciones impuestas para los préstamos ahogan a las economías africanas", añadió.
El informe de recomendaciones de New Rules destaca que hubo un consenso entre organizaciones de la sociedad civil para cambiar el alcance y la naturaleza de los requisitos asociados con los préstamos.
"Esas condiciones son el origen del estigma que llevan los préstamos del FMI, y que condujo a muchos países emergentes a cancelar sus deudas con la institución y a partir de entonces asegurarse" reservas propias para urgencias futuras, "una práctica que condujo a la actual crisis financiera" del propio organismo, sostiene el documento.
El asunto de la transparencia también preocupa mucho a la sociedad civil.
"Todos los documentos del FMI deben suponerse de carácter público, con pocas y explicitadas excepciones relativas a informaciones de mercado delicadas o al personal", añade el documento de la coalición.
El director gerente de la institución, Dominique Strauss-Kahn, reconoció en marzo que la política del FMI no había sido siempre la correcta.
El organismo no sólo prestaba dinero sino que creía que debía resolver lo que consideraba como "problemas" en los países beneficiarios. Entonces Strauss-Kahn prometió condiciones más racionales.
Ese mismo mes, el FMI cambió su política de préstamos para facilitar el proceso y creó una nueva línea de crédito para las economías bien gestionadas.
Las organizaciones de la sociedad civil se mostraron preocupadas de que la crisis financiera internacional le dé nueva vida al FMI.
En mayo, varios países africanos golpeados por el descalabro económico recurrieron al organismo en busca de ayuda. Los préstamos ese mes ascendieron a 1.600 millones de dólares, el doble que en 2008, según sus cifras oficiales.
La sociedad civil también reclamó la creación de un órgano de resolución de conflictos, que permitirá aprender de experiencias pasadas y contribuir a mejorar los programas del FMI, reza el informe redactado por la coalición New Rules for Global Finance.