Figuras de la oposición y activistas de Egipto critican al gobierno de Hosni Mubarak por un acuerdo que firmó con Israel para venderle gas natural licuado (GNL) a precios que consideran excesivamente reducidos.
"El gas egipcio está siendo vendido a Israel a precios muy por debajo del promedio internacional", dijo a IPS Ibrahim Yosri, ex jefe de asuntos legales y tratados de la cancillería de Egipto. "Este acuerdo es una prueba de que al régimen gobernante no le preocupa la opinión pública, y que insiste en privarle al público egipcio de sus justos bienes nacionales".
El 28 de julio, Egipto formalmente aceptó vender entre 12.500 millones y 16.000 millones de metros cúbicos de GNL anuales a Israel durante un periodo de entre 17 y 22 años. El consorcio de energía egipcio-israelí Egyptian Mediterranean Gas (EMG) suministrará el producto a la firma israelí Dorad Energy a un costo total informado de entre 2.100 millones y 3.300 millones de dólares.
El acuerdo provocó gran controversia política, considerando la amplia condena popular a las políticas de Israel, particularmente las relacionadas con la población palestina en la franja de Gaza y Cisjordania.
"Está absolutamente prohibido que apoyemos a un país actualmente en guerra con el Islam y que ocupa la tierra de Palestina", dijo a medios de prensa independientes Nasr Farid Wassil, ex gran muftí (jurisconsulto islámico) de Egipto. "Todas las relaciones económicas con un país así deberían romperse", añadió.
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A pesar de su impopularidad, este acuerdo no es el primero: bajo un tratado energético anterior, Egipto ha estado exportando GNL a Israel desde mayo de 2008. Extraído del norte de la península de Sinaí, el gas es llevado vía submarina desde la localidad costera de Al Arish hasta la ciudad portuaria israelí de Ashkelon.
El primer acuerdo, firmado en 2005, permitió a EMG vender 1.700 millones de metros cúbicos de GNL anuales a la estatal Corporación Eléctrica Israelí por un periodo de 15 años. El importe del producto nunca fue oficialmente informado, lo que motivó especulaciones de que había sido vendido a precios reducidos.
Egipto es uno de los pocos estados árabes, junto a Mauritania y Jordania, que mantienen relaciones diplomáticas plenas con Israel. Sin embargo, la cooperación bilateral se ha visto obstaculizada por la desaprobación popular egipcia a las políticas israelíes.
En los últimos años, las opiniones contra Israel aumentaron a causa de la ofensiva y el bloqueo que ese país llevó a cabo contra la franja de Gaza, que comparte una frontera de 14 kilómetros con Egipto. El asedio israelí, entre diciembre y enero, dejó más de 1.500 muertos y otros 5.000 heridos.
El año pasado se lanzó una iniciativa pública contra todo tipo de acuerdo sobre exportación de GNL.
"El gas natural egipcio pertenece al pueblo egipcio, no al gobierno", dijo entonces a IPS el portavoz de la Campaña Popular contra las Exportaciones de Gas y ex parlamentario Mohammed Anwar Al Sadat. "Si van a venderlo, deberían al menos hacerlo a precios internacionales", añadió.
La campaña incluyó una demanda presentada por Yosri y varios activistas políticos contra el acuerdo de 2005.
"Todos los estudios, oficiales e independientes, indican que Egipto está en gran necesidad de estos recursos energéticos para su propio futuro desarrollo", afirmó Yosri. "Y aun más, los actuales precios de las ventas son muy bajos".
En noviembre pasado, un tribunal administrativo falló a favor de Yosri y sus co-demandantes. Citando la falta de aprobación parlamentaria y la vaguedad del tratado, la corte ordenó prohibir las exportaciones.
Pero el gobierno apeló y la Suprema Corte ordenó en febrero congelar la implementación del fallo, ahora pendiente de futuras deliberaciones.
Respondiendo a las críticas al tratado de 2005, el gobierno de Mubarak anunció su intención de revisarlo. El ministro de Petróleo, Sameh Fahmy, prometió en junio ante el parlamento que se "revisarían todos los acuerdos de exportación de gas con todos los países, incluyendo con Israel".
Tras la firma del acuerdo de julio pasado, Mubarak anunció que el gobierno había "hecho revisiones y enmiendas a los actuales contratos del gas con todos los países, con el fin de maximizar las ganancias para Egipto".
Citado en la edición del 4 de este mes del periódico Al Ahram, el mandatario subrayó que "Egipto no está vendiendo gas a Israel a precios reducidos, como algunos afirman".
Pero el experto en energía Ibrahim Zahram, miembro de la campaña contra las exportaciones, sostuvo que el precio del gas "estaba devaluado en el primer acuerdo, y lo sigue estando".
"El primer acuerdo estableció un precio de 1,25 dólares por millón de unidades termales británicas (BTU), comparado con los precios internacionales de unos 15 dólares por millón de BTU", dijo a Zahran a IPS.
"Bajo el nuevo acuerdo, el precio fue elevado a 1,75 dólares por millón de BTU, aunque los precios internacionales siguen igual. Rusia, por ejemplo, vende actualmente a su vecina Ucrania el gas a 15 dólares el millón de BTU", añadió.
"Con estos precios ampliamente reducidos, Egipto está efectivamente subsidiando a Israel", sostuvo.
Las deliberaciones finales de la Suprema Corte sobre la demanda comenzarán en octubre. Yosri sostuvo que también presentarán una queja por los términos del nuevo acuerdo.
*Excluida su publicación en Italia.