AMBIENTE-MAURICIO: Entre la electricidad y el compost

El estado insular de Mauricio produce 400.000 toneladas de desechos cada año. Su único vertedero está lleno y el gobierno discute si incinera los residuos para producir electricidad o los convierte en abono orgánico, en beneficio de los agricultores.

Marcha de protesta de Mission Verte. Crédito: Nasseem Ackbarally/IPS
Marcha de protesta de Mission Verte. Crédito: Nasseem Ackbarally/IPS

Cientos de camiones atraviesan diariamente las calles de Mauricio, recolectando desperdicios que luego arrojan en la localidad sudoccidental de Mare Chicose.

Los 200 habitantes de esta pequeña aldea se han quejado durante años de problemas respiratorios, enfermedades de la piel y otros males causados por la contaminación en ese sitio hediondo. Exigen a las autoridades que reubiquen sus hogares.

Hasta ahora, sus reclamos han caído en oídos sordos, pero es posible que sus problemas estén llegando a su fin. Creado en los años 90 para recibir 300 toneladas diarias de desechos, al vertedero llegan 1.200. Su ciclo de vida se ha reducido de veinte a ocho años, colmándose rápidamente.

A QUEMAR RESIDUOS
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El gobierno propone cambiar la práctica de enterrar los desechos por la de quemarlos. La empresa nacional Gamma Civic, en asociación con la estadounidense Covanta, propone instalar un generador-incinerador en La Chaumière, sobre la costa occidental de la isla.

Esta planta eliminará las tres cuartas partes de la basura y generará electricidad para ayudar a satisfacer la creciente demanda.

El elevado costo de los combustibles fósiles es otro incentivo para promover fuentes alternativas. Actualmente, alrededor de 80 por ciento de las necesidades de electricidad de la isla se producen a partir de combustibles fósiles.

La empresa de riesgo compartido entre Gamma Civic y Covanta —Gamma Energy Ltd.— invertirá alrededor de 160 millones de dólares en una planta que quemará 300.000 toneladas de residuos sólidos anualmente para producir 24 megavatios, o aproximadamente seis por ciento de la demanda eléctrica nacional.

Esa energía se venderá al Consejo Central de Electricidad, el proveedor nacional. Además de lo que se pagará a Gamma Energy por alimentar la red nacional, la empresa recibirá 39 dólares del Estado por cada tonelada de residuos quemados.

NO TAN RÁPIDO

Pero ambientalistas alegan que el gobierno está por cometer un gran error.

El activista Vassen Kaupaymuthoo dijo que la incineración no se adapta a Mauricio porque más de 70 por ciento de los desechos del país son «verdes» (orgánicos).

«El gobierno dice que necesita más electricidad para el desarrollo económico de la isla. Mauricio tiene un enorme potencial eólico —de unos 450 megavatios— que sigue sin explotar. Esto es 10 veces más que lo que podría producir una gran planta térmica», dijo a IPS.

Según Kaupaymuthoo, la isla debería resolver el problema de la demanda eléctrica con proyectos eólicos, y hacer frente a los desechos reciclándolos.

Miles de ciudadanos de Mauricio protestan contra el proyecto del incinerador mediante marchas públicas, alertas de prensa y peticiones ante el gobierno. Sostienen que supone un gran riesgo para la salud de la población y el ambiente, a raíz de la emisión de contaminantes, particularmente dioxinas.

Desde comienzos del año han marchado dos veces hacia el sitio propuesto para el proyecto de conversión de desechos en energía, gritando eslóganes contra el promotor.

Organizaciones no gubernamentales también presentaron una demanda contra Gamma Energy antes de que el Tribunal Ambiental cuestionara la evaluación de impacto en la materia que las autoridades extendieron a la empresa.

UNA SOLUCIÓN MÁS VERDE

La sociedad civil sugiere como solución un «enfoque de reducir, reutilizar y reciclar».

«Hemos instalado enormes contenedores en varias partes de la isla para recoger plásticos, papeles y vidrios por separado para elaborar compost (abono orgánico). Nuestros miembros viajan por toda la isla desde el año pasado para sensibilizar a la gente sobre esas tres ‘r'», dijo Catherine de Spévill, del colectivo que se opone a la incineración de desechos.

Otras instituciones, como la meridional municipalidad de Curepipe, hacen lo mismo mientras la planta de la firma Polypet Recyclers le pagando a la población para que recolecte botellas plásticas para reciclarlas y exportarlas a otros países.

Christine Sauzier, integrante de la organización Mission Verte (Misión Verde), considera que la población está muy entusiasmada con esta idea.

«Alentamos a la gente a elaborar compost a partir de los desechos verdes a fin de devolverle al suelo lo que él nos dio a nosotros, en vez de tirarlo», dijo a IPS.

La fabricación de compost no es nueva en Mauricio. Desde 1995, la Federación Nacional de Clubes de Agricultores Jóvenes viene produciendo compost en varias aldeas, y usándolo en los campos donde sus miembros cultivan verduras y frutos.

Simla Caria, de esa Federación, recorre la isla para promover la elaboración de abono orgánico, principalmente hablando con las mujeres en sus propias casas.

«Antes, la gente no sabía que podía hacer compost a partir de desechos y usarlo en la agricultura. Ahora lo sabe y muchos se unen a nosotros en este esfuerzo», dijo.

Las organizaciones no gubernamentales están convencidas de que el volumen de desechos puede reducirse tanto que no sea necesario ni un incinerador ni otro gran vertedero.

Indradev Balgobin, ex integrante de la Federación y uno de los iniciadores del proyecto de fabricación de compost en Mauricio, cree posible convertir en abono orgánico toda la basura, «siempre y cuando haya mercado para esto en los países de la región».

Pero, defendiendo su proyecto, Gamma Energy argumenta que el incinerador constituirá una solución sostenible al manejo de desechos en la isla.

El director de desarrollo de proyectos de la compañía, Shaun Knight, dijo a IPS que el incinerador-generador compensará la necesidad de importar combustibles fósiles al producir electricidad.

Knight desestimó cualquier riesgo para la salud pública y el ambiente, dado que se aplicarán equipos de control de contaminación aérea de avanzada para evaluar continuamente las emisiones, en línea con los estándares de la Unión Europea (UE).

«Eso requiere que periódicamente tomemos muestras de esos gases, particularmente dioxinas y metales. Y eso nos dará la capacidad de asegurarnos de que la planta cumpla con las leyes de la UE», agregó.

Interrogado en el parlamento el 30 de junio, el ministro de Energía y Empresas públicas, Rashid Beebeejaun, recordó que el asesor especial del primer ministro, Joël de Rosnay, al frente del proyecto «Mauricio Isla Duradera», insistió en que se deberían incorporar filtros adecuados con la última tecnología.

Mientras, continúa la presión sobre Gamma Energy Ltd. y el gobierno, con la esperanza de que el primer ministro Navinchandra Ramgoolam frene este proyecto.

Pero el mandatario desestimó las críticas al proyecto de convertir desechos en energía, calificándolas de «poco realistas». También dijo que las manifestaciones callejeras realizadas en base a información errónea no pueden dictar las políticas de su gobierno.

* Este artículo es parte de una serie producida por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales) para la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).

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