UNA COMUNIDAD SANITARIA GLOBAL PARA ENFRENTAR LAS PANDEMIAS

El espectro de una pandemia de gripe porcina ha traído al tapete la necesidad de respuestas más rápidas y efectivas a una amplia serie de amenazas a la salud pública. Pero, a fin de responder más eficazmente, es necesario crear un sistema más abierto para el intercambio de vital información sanitaria y de investigaciones a través de todos los sectores, disciplinas y límites geográficos, económicos y culturales. En un mundo con cada vez más emergencias es imprescindible la colaboración de todos, incluyendo a los pacientes y a los sectores más afectados.

Los pioneros en investigaciones médicas y científicas están ahora poniendo los cimientos para una comunidad sanitaria global consistente en un sistema de intercambio de informaciones e innovaciones capaz de acelerar el paso y mejorar la efectividad de descubrimientos decisivos.

El concepto de comunidades sanitarias de fuentes abiertas se originó en parte con el pionero del comercio por Internet, Marty Tenenbaum. En 1998, cuando estaba en la cúspide del éxito como empresario de Silicon Valley y lanzaba las primeras transacciones comerciales y subastas vía web, Tenenbaum enfermó de una rara forma de melanoma. Frustrado por la falta de medicamentos adecuados para esa enfermedad, inició online una alianza entre pacientes e investigadores llamada CollabRx (www.collabRx.com ) que facilita la creación de compañías biotecnológicas virtuales para acelerar el proceso de desarrollo de tratamientos para enfermedades que de otra manera no recibirían la atención de las principales compañías farmacéuticas.

En promedio, dice Tenenbaum, el desarrollo de un nuevo medicamento de primera línea lleva 17 años y cuesta mil millones de dólares. Con números como éstos, la mayor parte de las compañías farmacéuticas centran su atención en medicamentos de gran venta, con millones de consumidores potenciales. Algunos de esos medicamentos se dirigen a necesidades ampliamente sentidas pero muchos otros atienden más a la demanda de consumidores adinerados dispuestos a generosos gastos para mejorar su belleza o para su placer. Este sistema de incentivos sesgados olvida a la vasta mayoría de enfermedades “huérfanas” que matan o dejan inválidos a millones de pobres, pero que no generarán el lucro que las corporaciones farmacéuticas están buscando. Con la expansión de la biología computacional, algunos tipos de procesos médicos pueden ser conducidos a un costo que incluso un grupo de pacientes puede permitirse financiar colectivamente.

Otro experimento de fuentes abiertas en el campo de la ciencia se ha demostrado ya notablemente exitoso. La Public Library of Science (www.plos.org) fue creada en el 2000 por el ganador del Premio Nobel de Ciencias Harold Varmus y otros eminentes investigadores médicos. Su objetivo es “abrir las puertas de las bibliotecas de conocimiento científico del mundo al dar a todo científico, médico, paciente o estudiante de todos los países un acceso ilimitado a las últimas investigaciones científicas”.

Ahora también se ha lanzado PLoS One, un experimento único en la publicación rápida y financiada por los investigadores de un enorme volumen de documentos científicos. Además, PLoS One está equipado con herramientas innovadoras para el usuario que permiten a los lectores comentar y evaluar los documentos en diálogo abierto con sus autores. Gavin Yamey, un editor jefe de PLoS , lo llamó “Open Access 2.0” y cree que los editores científicos pronto hallarán que ya no es posible continuar mirando a la investigación promisoria detrás de barreras legales y financieras. El genio de la creatividad originada en la gente salió fuera de la lámpara y, en opinión de muchos de los integrantes del movimiento abierto de innovación, todo es para bien.

Las emergencias mundiales como la gripe porcina ilustran la necesidad de un intercambio de información más libre acerca de sobre qué se está trabajando y sobre qué no, de modo que podamos adaptar, adoptar y compartir rápida y eficientemente los resultados de nuestros experimentos. En el caso de la salud, tanto la pública como la personal, es necesitario traer a más millones de personas y muchos más componentes al proceso de innovación. Las experiencias de los pacientes, de las víctimas de enfermedades que no pueden obtener cuidados, de los sanadores tradicionales y alternativos, de los innovadores no incluidos en instituciones existentes y por lo tanto más libres de pensar y de muchos otros son esenciales para hacer frente eficazmente a los cada vez más complejos desafíos que hoy en dia se presentan.

El mayor desafío será el de superar las profundamente arraigadas barreras estructurales y los antiguos patrones de competencia y aislamiento. Ahora nos vemos forzados por la necesidad a colaborar como nunca antes, porque los desafíos que enfrentamos requieren una diversidad de habilidades y de perspectivas.

No hay campo más apropiado para comenzar esa convergencia que el de la búsqueda de curas para las más devastadoras enfermedades del mundo. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Mark Sommer, periodista y columnista estadounidense, dirige el programa radial internacional A World of Possibilities (www.aworldofpossibilities.com).

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