Legisladores de los 13 países más contaminantes llamaron a crear un fondo verde en el protocolo sobre cambio climático a aprobarse en diciembre en Copenhague, para que las naciones en desarrollo se impongan una economía limpia.
Se trata de una necesidad urgente, dada "la considerable cantidad de recursos que deben usar" los grandes países emergentes para reducir sus emisiones de gases invernadero, dijo este viernes el británico Stephen Byers, presidente de la Organización Global de Legisladores para el Equilibrio Ambiental (Globe).
Byers lo sostuvo en la apertura de una reunión de Globe, en la que participan unos 100 legisladores del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) en la capital italiana este viernes y el sábado.
También participan representantes de las cinco naciones en desarrollo que emiten más gases de efecto invernadero —China, Brasil, India, México y Sudáfrica— y expertos en la materia.
Las naciones ricas deben reconocer la "enorme cantidad de dinero que deberán transferir" a los pobres para que reestructuren sus sectores industrial, agrícola, energético y transportista, a fin de reducir las emisiones de gases invernadero y contener el cambio climático, señaló Byers.
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"Estamos hablando de mucho dinero", puntualizó frente al foro de Globe: 2.000 millones de dólares.
Esta conferencia es preparatoria de la cumbre del G-8, a realizarse en julio en Italia, y de presión sobre los gobiernos que discuten los términos del convenio que reemplazará al Protocolo de Kyoto, que vence en 2012.
Este protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), acordado en esa ciudad japonesa en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a 37 países industriales a reducir sus emisiones de gases invernadero en al menos 5,2 por ciento para 2012, respecto de los niveles de 1990.
El tratado que reemplace al Protocolo de Kyoto deberá ser ratificado en la 15 Conferencia de las Partes de la CMNUCC, a realizarse en la capital danesa del 7 al 18 de diciembre. Con ese fin ya se realizó una ronda de negociaciones en la ciudad alemana de Bonn a principios de este mes.
Habrá otra en esa misma ciudad entre el 10 y el 14 de agosto. Le seguirá otra en Bangkok del 28 de septiembre al 9 de octubre y la última será en Barcelona del 2 al 16 de noviembre.
"Es urgente compartir con las naciones en desarrollo una tecnología que emita poco dióxido de carbono y que satisfaga sus necesidades legítimas de energía y de crecimiento económico sin agravar el desequilibrio ambiental de nuestro planeta", señaló la ministra de Ambiente italiana Stefania Pretigiacomo.
Con ese fin "es esencial concebir mecanismos legales y financieros para garantizar el desarrollo y transferir la tecnología necesaria mediante una empresa de riesgo compartido entre públicos y privados. Eso es esencial con miras a la conferencia de Copenhague", remarcó.
El senador mexicano José Luis Espinoza Piña llamó a crear "un fondo verde internacional dentro del marco legal que será ratificado" en la reunión de diciembre.
Debe ser un "programa financiero audaz, multilateral, eficiente y equitativo. Todos los países deben contribuir y construir en torno a la idea de responsabilidades compartidas, pero diferenciadas", remarcó Espinoza Piña, también presidente de la comisión de recursos ambientales y naturales del parlamento de su país.
La propuesta es que la contribución de cada país dependa de la cantidad de emisiones de dióxido de carbono por habitante y de su producto interno bruto.
Además, el fondo debe apuntar a actividades que no estén contempladas en el Protocolo de Kyoto, como la extracción y la explotación de gas metano, los vertederos de residuos y el reemplazo de bombillas de luz comunes por unas de bajo consumo.
El metano es uno de los gases de efecto invernadero más peligrosos y más perjudicial que el dióxido de carbono. En los dos últimos siglos, su concentración en la atmósfera pasó a ser más del doble, en gran medida a raíz de actividades realizadas por los humanos.
Ese gas representa ahora 16 por ciento de las emisiones de gases invernadero derivadas de la actividad humana.
La relativa abundancia de metano y su procesamiento no muy contaminante lo convierten en un combustible atractivo. Pero es muy difícil de transportar desde su origen, porque a temperatura y presión ambiental su estado es gaseoso.
El fondo verde también debe apuntar a reestructurar el sector industrial en las naciones en desarrollo, según la propuesta de Espinoza Piña, como las industrias extractivas, las de cemento y de acero, grandes consumidoras de energía.
En medio de la crisis financiera internacional y de los grandes esfuerzos realizados por los gobiernos de países industrializados para estimular su economía, "se vuelcan muchos recursos a los sectores tradicionales, causantes del recalentamiento global que acelera el cambio climático", reconoció Byers.
La coyuntura actual no es propicia para la existencia de un fondo verde para las naciones industrializadas.
Pero Katherine Richardson, bióloga marina y catedrática de la Universidad de Copenhague, entre varios científicos más, insistieron en la necesidad de atender el cambio climático en las naciones en desarrollo.
"El cambio climático es injusto", señaló Richardson. "Fue causado principalmente por las naciones industrializadas, pero afecta mayormente a las personas más pobres de las naciones subdesarrolladas, en especial las que son menos responsables de causar el cambio climático".
Para revertir la injusticia se necesita una red de adaptación efectiva y con suficientes recursos para hacer frente al cambio climático. "Tenemos dos desafíos para este siglo, luchar contra la pobreza y contra el cambio climático", apuntó.
"No puedes luchar contra uno sin combatir al otro", añadió Richardson.
El apoyo financiero y la transferencia de tecnología fueron considerados uno de los "cuatro temas esenciales" que deben resolverse en las negociaciones internacionales preparatorias del nuevo convenio que reemplazará al Protocolo de Kyoto.
Los otros tres son la cantidad de emisiones de gases invernadero que deben reducir las naciones industrializadas para 2020, la claridad sobre las actividades que tendrán que emprender las naciones en desarrollo para limitar el aumento de sus emisiones y "un régimen de gobernanza".