El creciente problema de la basura marina está afectando a los océanos y a las playas de todo el mundo, y las autoridades deben actuar ya para resolver y prevenir una mayor degradación ambiental, alerta un informe divulgado este lunes, Día Mundial de los Océanos.
El nuevo estudio, "Basura marina: un desafío mundial", fue elaborado en colaboración por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la organización Conservación Oceánica. Es el primer intento de estudiar la basura existente en los 12 principales mares regionales.
Los lugares estudiados son: el mar Báltico, el Negro, el Caspio, los mares de Asia oriental, los mares de África oriental, el Mediterráneo, el Atlántico Norte, el Pacífico noroccidental, el Mar Rojo, el Golfo de Aden, los mares del sudeste asiático, el Pacífico Sur y el Caribe
"Éste es un gran problema que se agrava", dijo la directora de la Oficina de Regional del Pnuma para América del Norte, Amy Fraenkel, al presentar el informe en conferencia de prensa.
Las conclusiones del trabajo indican que, a pesar de varios esfuerzos internacionales, regionales y nacionales para revertir la contaminación, alarmantes cantidades de basura lanzadas al mar siguen poniendo en peligro la seguridad y la salud de la población, amenazan a la flora y fauna, dañan los equipos náuticos y distorsionan las áreas costeras en el mundo.
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"El océano es nuestro sistema de apoyo para la vida: provee gran parte del oxígeno que respiramos, los alimentos que comemos y el clima que necesitamos para sobrevivir. Sin embargo, la basura sigue amenazando su salud", dijo Vikki Spruill, presidente de Conservación Oceánica. "El resultado es que nuestro océano está enfermo y son las actividades humanas lo que han hecho esto".
Las actividades en tierra son la mayor fuente de contaminación. En Australia, las investigaciones cerca de las ciudades indican que hasta 80 por ciento de la basura marina tiene fuentes terrestres.
Éstas incluyen a los vertederos en las riberas de los ríos, las aguas de inundaciones, los fluidos industriales, las aguas servidas municipales no tratadas, la basura de playas o áreas de recreación, el uso turístico o recreativo de las costas, la pesca y actividades industriales, los astilleros y las tormentas naturales.
Mientras, las principales fuentes marinas de contaminación son las actividades de pesca y navegación, la extracción minera a alta mar, los desechos legales e ilegales, los equipos de pesca abandonados, perdidos o descartados y los desastres naturales.
El informe incluye una compilación de los principales desechos encontrados entre 1989 y 2007. Restos de empaquetados de cigarrillos, papeles y bolsas de plástico encabezan la lista.
El plástico, especialmente las bolsas y las botellas de polietileno tereftalato, es el tipo más persistente de basura marina, y representa 80 por ciento de toda la recolectada en los mares regionales.
Los plásticos pueden ser confundidos por comida por varios animales, incluyendo mamíferos marinos, aves, peces y tortugas. Un estudio de cinco años en el Mar del Norte concluyó que 95 por ciento de esas aves tenían plásticos en sus estómagos. Mientras, estudios del plancton en el Atlántico nororiental hallaron muestras de plástico que datan de los años 60.
Las actividades relacionadas con el tabaco también están al tope de la lista de fuentes de basura marina. Conservación Oceánica concluyó que las colillas de cigarrillos representan 28 por ciento de la basura en las playas del mundo. Los filtros y los paquetes representan 40 por ciento de toda la basura marina en el Mediterráneo, mientras, en Ecuador, la basura relacionada con el tabaco constituyó la mitad de toda la encontrada en las costas en 2005.
"La basura marina es síntoma de un problema mayor: el mal uso y la persistente mala administración de los recursos naturales", afirmó el director ejecutivo del Pnuma, Achim Steiner. "Las bolsas de plástico, las botellas y otros residuos en los océanos y mares podrían disminuir drásticamente con una mejor administración y reducción de la basura, así como con iniciativas de reciclaje".
El sector de turismo y el de recreaciones han tenido un impacto significativo en la situación de los mares y las costas en todo el mundo. Según el informe, en algunas de las áreas turísticas del Mediterráneo, más de 75 por ciento de la producción anual de basura es generada en la temporada de verano. Las actividades en la costa responden por 58 por ciento de la basura marina en el Báltico, y por casi la mitad en Japón y Corea del Sur.
Además, la basura marina puede causar serias pérdidas económicas, dañando embarcaciones, afectando la pesca, contaminando el turismo y las instalaciones agrícolas.
Por ejemplo, en Gran Bretaña, 92 por ciento de los pescadores de las islas Shetland reportaron problemas recurrentes con basura en las redes, y se estima que cada barco perdió entre 10.500 y 53.300 dólares al año por esto. Los costos del problema en la industria local podrían ascender a 4,3 millones de dólares.
El informe propone adoptar multas como disuasivo. Por ejemplo, en Estados Unidos, el crucero Regal Princess fue multado por 500.000 dólares en 1993 por lanzar 20 bolsas de basura al mar.
"Ahora es tiempo de la acción", dijo Philippe Cousteau, miembro de la junta de EarthEcho International y de Conservación Oceánica. "Hay soluciones que todos, en cualquier parte del mundo, podemos adoptar para hacer una diferencia positiva para nuestro planeta de agua".
Además, el informe recomienda desarrollar un plan de acción regional sostenible a largo plazo para afrontar el problema, o adoptar un protocolo internacional.