BIRMANIA: EL BOICOT NO DOBLEGA AL RÉGIMEN MILITAR

¡Cortar todo contacto con Hamas! ¡No hablar con Israel! ¡Mantenerse alejado de Birmania! En el pasado hubo exhortaciones de este tipo desde varios lados para romper contactos con regímenes que no nos gustan. Pero vale recordar estas palabras del ex ministro de relaciones exteriores israelí, general Moshe Dayan, quien tenía más de halcón que de paloma: “Si usted quiere hacer las paces no hable con sus amigos sino con sus enemigos.”

Sin embargo, demasiadas personas parecen tener un punto de vista opuesto al de Dayan y pocas tienen una idea realista acerca de si romper contactos sirve de algo en situaciones conflictivas.

Está claro que el diálogo no es un objetivo en sí mismo. La meta es reducir los conflictos y salvar vidas y debemos tener claro en todo momento cuales son nuestros valores básicos, que incluyen el respeto por los individuos, los derechos humanos y la democracia.

Durante más de 20 años he sido un defensor de los derechos humanos y de la democracia en Birmania, con la esperanza de que en ambos aspectos se registraran progresos. Pero siempre sufrí desilusiones al respecto. En enero pasado, estuve en Birmania y pude ver que en muchos aspectos el país se ha estancado durante las últimas décadas. La respuesta de Occidente ante la falta de democracia en Birmania ha sido el aislamiento. Pero hasta ahora no se ha tenido éxito en lograr que el régimen militar realice las imprescindibles reformas políticas y económicas. Por lo tanto, es hora de que enfoquemos la cuestión de un nuevo modo.

El aislamiento raramente conduce a mejoramientos en un país, pero a menudo crea considerables problemas para las personas que allí viven. La experiencia muestra que el desarrollo democrático está estrechamente vinculado al surgimiento de una clase media. Precisamente, la clase media tiene los recursos para comprometerse políticamente en la promoción de la libertad de expresión e involucrarse en cuestiones sociales. De acuerdo con el presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, Indonesia sería todavía una dictadura y Timor Oriental continuaría bajo su dominio colonialista si Indonesia hubiera sido aislada del mismo modo que ahora lo está siendo Birmania. El desarrollo democrático ha estado también estrechamente vinculado al surgimiento de una clase media en Tailandia, Corea del Sur y varios países de Asia Oriental. .

A causa del aislamiento, pocos birmanos reciben estímulos del mundo exterior y no tienen conciencia de cuan lejos está quedando atrás su país, tanto económica como tecnológicamente, en relación con naciones vecinas como Tailandia y China. Si los dirigentes militares de Birmania tuvieran más oportunidades para viajar al exterior, algunos podrían llegar a decir, como Mijail Gorbachov, “no podemos vivir así más tiempo.”

Uno de los sellos distintivos de Noruega es que estamos abiertos a hablar con todo el mundo. Porque pudimos hablar con Hamas y estuvimos entre los primeros en establecer contacto con el Gobierno de Unidad de la Autoridad Nacional Palestina, hemos tenido un único acceso a las negociaciones en el conflicto de Oriente Medio. En Sri Lanka estuvimos entre los pocos que han tenido contacto tanto con los Tigres Tamiles como con las autoridades del país. Hemos sido los primeros en reunirnos con los maoístas nepaleses. Ahora, los maoístas están representados en la Asamblea Nacional y el Primer Ministro pertenece a ese partido. Asimismo, hablamos con las guerrillas comunistas en Filipinas y tuvimos contactos con grupos rebeldes en Burundi y Sudán. Cuando las partes en pugna de un Zimbabue desgarrado por los conflictos decidieron establecer un gobierno de unidad nacional comenzamos un diálogo con todos ellos.

El año pasado Birmania fue golpeada por el devastador ciclón Nargis. Los resultados de la ayuda de emergencia prestada entonces mostraron que era posible conseguir el auxilio que tanto necesitaba el pueblo de Birmania. Las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales hicieron en aquella oportunidad un maravilloso trabajo y los participantes en el auxilio describieron la situación como “un espacio humanitario”. Junto con otros países occidentales y asiáticos, Noruega ha contribuido a llenar este espacio, que se abrió después de que el Secretario General de la ONU y el régimen birmano conversaron entre ellos.

Birmania está enfrentando importantes desafíos a causa de la crisis financiera. El régimen militar está planificando la realización de elecciones, que seguramente no serán libres ni limpias. La Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi sigue sometida a arresto domiciliario. Desafortunadamente, hay pocas esperanzas de conseguir algún progreso democrático en un futuro cercano. Pero debemos ver la situación con una perspectiva histórica, con la seguridad de que en definitiva la apertura y el diálogo serán más eficaces que el aislamiento. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Erik Solheim, Ministro de Medio Ambiente y Cooperación Internacional de Noruega.

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