Noventa por ciento de los habitantes de la aldea de pescadores de Katosi, en el meridional distrito ugandés de Mukono, padecen alguna forma de parasitosis con gusanos por beber agua contaminada del lago Victoria. El aprovechamiento de las lluvias busca paliar el problema.
Uganda gasta cerca de 10 millones de dólares anuales en tratar el cólera, la enfermedad parasitaria conocida como esquistosomiasis y otras causadas por la mala calidad del agua.
El tiempo productivo que se pierde por culpa de los problemas de salud y el cuidado de los afectados tiene un impacto financiero aún mayor.
En los últimos años, el gobierno ugandés llevó a cabo varias campañas nacionales orientadas a la provisión de agua segura como manera de impedir estos males.
Pero entre 40 y 60 por ciento de los ugandeses todavía carecen de acceso a agua potable, según el Consejo de Desarrollo Hídrico. La situación es peor en las áreas rurales y entre la población pobre de las ciudades.
[related_articles]
Leonard Kulumba, de la Fundación para el Desarrollo de las Mujeres de Katosi, alienta la recolección del agua de lluvia como manera de mitigar el problema.
"Quisimos crear una cadena de agua segura, porque los estudiantes bebían agua de los estanques y el tiempo que les insumía recolectar esa agua de los pozos era más largo del necesario. Les podía llevar casi dos horas, que de otro modo habrían usado para estar en clase. Así que les ayudamos instalando tanques de cemento para (almacenar agua de lluvia y) ahorrarles esa tarea", explicó.
"Las niñas no estaban seguras con los aldeanos en los pozos. A veces se producían batallas con los alumnos (enviados a buscar agua), así que quisimos salvarlos de esos peligros", agregó.
Las mujeres de Katosi construyen los tanques para sí mismas y capacitan a miembros de la comunidad en materia de higiene básica.
Namaganda Masitulah, líder comunitaria y beneficiaria, dijo que su tanque le permitió ahorrar mucho dinero, que antes usaba para comprar agua a quienes la traían del lago, para uso doméstico y para dar de beber a sus animales.
"Algunas de nosotras somos viudas, y el proyecto nos ayudó mucho. Cuando vinieron a investigarnos hallaron que la mayor parte de la población tenía esquistosomiasis porque el lago estaba contaminado. Nos aconsejaron tratar el agua y también que nos sacaran los gusanos", relató.
La esquistosomiasis, también conocida como bilharziosis, es causada por un gusano platelminto que se halla en el agua dulce, a lo largo de las costas de lagos y estanques, y al que se asocia estrechamente con los caracoles.
La enfermedad no suele ser fatal, pero daña los órganos internos y puede afectar el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los niños.
Aparte de recolectar agua de lluvia para uso doméstico, la Fundación para el Desarrollo de las Mujeres de Katosi se dio cuenta de que, aunque sus niños disfrutaban de un agua limpia y segura en el hogar, tomaban sucia en la escuela. Así, suministraron tanques a las cuatro del área.
"Antes de que construyeran el tanque, teníamos una gran escasez. Como estamos cerca del lago, no podíamos obtener agua limpia. Ahora sí, y los estudiantes la están usando muy bien", dijo el reverendo Kintu Yosamu, director de uno de esos centros educativos.
Cosechar agua de lluvia es apenas la primera parte de la cadena de agua segura que la Fundación está creando.
Quienes integran esta entidad también enseñan a los miembros de la comunidad la importancia de lavarse las manos, hervir agua para matar los gérmenes, mantener limpios los contenedores y, más recientemente, el uso de filtros Biosand (bioarena) para esterilizar el líquido.
Los filtros son cajas de concreto rellenas con una capa de arena muy fina, a las que luego se les coloca un poco más gruesa en el fondo.
Cuando el agua ingresa desde la parte superior, se filtra lentamente a través de la arena y puede ser recolectada desde un caño que se construye en la parte de abajo.
En las primeras tres semanas de uso se forma una película biológica, constituida por microorganismos que se hallan en el agua que se filtra.
Junto con la arena fina, estos microorganismos atrapados se convierten en un medio muy efectivo para esterilizar el agua.
La Red de Agua y Saneamiento de Uganda, una agrupación nacional de organizaciones no gubernamentales y comunitarias, recomienda que el modelo usado en Katosi se extienda a todas las áreas rurales si el país quiere mejorar el acceso al agua segura.
Pero algunos expertos, como el profesor Charles Basalirwa, del Departamento de Geografía de la Universidad de Makerere, creen que esto puede no ser suficiente.
"En áreas como el norte de Uganda, donde la mayoría de los techos consisten en pasto, el agua de lluvia puede cosecharse simplemente a partir de los árboles, como se hacía antiguamente", dijo, aunque señaló que se trata de una fuente hídrica muy limitada.
"Además, hay un problema: ¿dónde se guarda esta agua? Los costos de los contenedores de almacenamiento, como los tanques de plástico, son muy altos, y también los que pueden construirse usando cemento, material que en estos días es muy costoso", planteó.
Pero para quienes integran la Fundación para el Desarrollo de las Mujeres de Katosi, por lo menos, la recolección de agua de lluvia ya ha demostrado ser una solución sostenible para un problema desafiante.