A pesar de la significativa inversión en prevención y tratamiento, la reducción en Botswana de la prevalencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, es apenas modesta, especialmente entre las mujeres.
Según cálculos oficiales, uno de cada seis mayores de 15 años vivían con VIH el año pasado en este país, el primero en brindar tratamiento antirretroviral gratuito en todo su territorio y en introducir análisis rutinarios para detectar el virus en centros de salud pública.
Sin embargo, el gobierno no quiere admitir su fracaso y alega que la alta prevalencia puede ser una buena señal.
"En algunos casos, y definitivamente en el nuestro, la alta prevalencia significa un programa de tratamiento exitoso", dijo el director de la Agencia Nacional de Coordinación del Sida, Batho Molomo.
"Si más personas fallecieran de sida, la prevalencia bajaría. Pero si se mantiene a más gente viva con un exitoso programa antirretroviral, como es nuestro caso, es probable que la prevalencia suba o se estabilice", explicó.
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Molomo atribuyó la lenta caída a numerosas razones posibles.
"Esa estabilización puede estar vinculada con el equilibrio entre una baja cantidad de infecciones nuevas y una baja cantidad de muertes. Hasta el momento en que podamos medir explícitamente las nuevas infecciones no podemos atribuir la alta prevalencia al fracaso de los programas", insistió.
Molomo también subrayó el hecho de que entre las personas de 15 a 19 años la prevalencia del VIH se redujo de 32,4 por ciento en 1995 a 17,2 por ciento en 2007. "En efecto, no estamos fracasando en el combate a la epidemia", aseguró.
El gobierno estimó que el programa nacional de tratamiento evitó unas 52.000 muertes de adultos para fines de 2007. Pero expertos en salud advirtieron que, sólo el año pasado, 14.000 adultos y 690 niños contrajeron el virus en Botswana, cuya población es de 1,7 millones de habitantes.
SIN CAMBIO DE COMPORTAMIENTO
Activistas contra el sida atribuyen la escasa caída de la prevalencia al enfoque de las campañas, que, según ellos, no alienta cambios de comportamiento, especialmente entre grupos jóvenes y minoritarios, ni combate la discriminación contra portadores de VIH.
Según la Encuesta de Impacto del Sida 2004 en Botswana, 76 por ciento de los entrevistados de entre 15 y 24 años reconocieron haber tenido relaciones sexuales con un compañero con el que no cohabitaban en los últimos 12 meses.
Los estudios también concluyen que la cantidad de jóvenes encuestados que mantuvieron relaciones sexuales sin protección luego de consumir alcohol casi se triplicó, de cinco por ciento en 2002 a 14,7 por ciento en 2007.
El gobierno espera abordar el problema mediante una campaña pública de concienciación que incluya la promoción en las aulas de la abstinencia y del retraso en un año del inicio de la vida sexual activa, mejoras en el acceso a condones y aliento de la circuncisión masculina voluntaria.
También espera reducir la cantidad de hombres y mujeres que tienen múltiples compañeros sexuales e incrementar 60 por ciento el correcto uso del condón.
Pero activistas contra el sida creen que las autoridades deben concentrarse en grupos de alto riesgo, y lamentan que la mayoría de los esfuerzos preventivos hasta ahora hayan estado dirigidos a mujeres embarazadas y, más recientemente, a los jóvenes.
"Hemos fracasado en llegar a las minorías y a grupos marginados, o a los más en riesgo, como trabajadores y trabajadoras sexuales, hombres que tienen sexo con hombres y mujeres que tienen sexo con mujeres", dijo Cindy Kelemi, coordinadora de tratamientos y alfabetización de la Red de Botswana sobre Ética, Derecho y VIH/Sida.
Kelemi también criticó la legislación sobre VIH en el país. "Hay políticas que dificultan el acceso al tratamiento para los recién nacidos que no son ciudadanos. Si el padre es ciudadano y la madre no, el niño no puede acceder al tratamiento y la madre no puede acceder al plan Prevención de la Transmisión del VIH de Madre a Hijo", señaló.
"Además, Botswana no tiene una ley que aborde el problema del VIH/sida en los lugares de trabajo, por lo cual los patronos pueden discriminar a los empleados", explicó Kelemi.
HOMBRES FUERA DE FOCO
Uno de los principales inconvenientes de las campañas de concienciación es que pasan por alto a los hombres, según David Ngele, director de la Red de Personas que Viven con Sida en Botswana.
"Los hombres ejercen el poder en los hogares, a causa de la naturaleza patriarcal de las sociedades africanas más tradicionales. Por eso es importante que apoyen a las mujeres en la Prevención de la Transmisión del VIH de Madre a Hijo, en los análisis y en la práctica de un sexo seguro", dijo Ngele.
"Pero los hombres fueron dejados atrás porque el gobierno específicamente tomó como objetivo áreas como las clínicas prenatales", agregó.
Campañas preventivas aisladas como éstas han tenido poco éxito, como indican estadísticas oficiales. La prevalencia nacional de VIH de mujeres embarazadas de entre 15 y 49 años que asisten a clínicas de atención prenatal solamente se redujo cuatro por ciento, a 33,4 por ciento, entre 2003 y 2007.
Sin embargo, funcionarios del departamento de salud siguen siendo optimistas, y alegan que las cifras no cuentan toda la historia. Según ellos, se ha logrado un avance significativo en la reducción de la transmisión del VIH de madre a hijo.
"Estimamos que sin el programa la transmisión de madre a hijo sería de 40 por ciento, pero ahora es de cuatro por ciento. Éste es un éxito claro", dijo el consejero de control y evaluación de la Agencia Nacional de Coordinación del Sida, Boga Fidzani.