SALUD-NIGERIA: Medicinas que matan

Aumenta la preocupación por la seguridad de la población en Nigeria luego de que, a fines del año pasado, miles de niños y niñas fueron hospitalizados con diarrea y vómitos tras consumir el jarabe «My Pikin», y al menos 84 murieron.

Investigaciones realizadas por el Ministerio Federal de Salud y la Organización Mundial de la Salud concluyeron que el jarabe, cuyo nombre significa "mi bebé" en inglés pidgin nigeriano, contenía dietileno glicol, un químico altamente tóxico usado en la ingeniería de refrigeración.

Un proceso legal con seis acusaciones fue iniciado la semana pasada contra Kola Okunola, jefe ejecutivo de Barewa Pharmaceutical Limited, productora de la marca.

Njoku Bright, cuya hija de 14 meses murió el 28 de noviembre de 2008 tras tomar el jarabe, dijo que la tragedia es culpa de quienes tienen la responsabilidad de impedir la venta de productos adulterados.

Según él, la Agencia Nacional para la Administración y Control de Alimentos y Medicamentos (NAFDAC) no tuvo la debida diligencia para efectivamente regular y vigilar el sector farmacéutico y la venta de químicos, así como para garantizar su seguridad y distribución.

"Los niños no habrían muerto si el gobierno hubiera efectivamente asumido sus responsabilidades", sostuvo.

El caso del jarabe "My Pikin" fue un ejemplo muy publicitado de medicamentos inseguros, pero muchos otros casos de drogas adulteradas o falsificadas no han sido informados. Cynthia Alaba, pequeña comerciante y madre de cuatro, casi perdió a su hijo de 15 años en enero luego de que éste consumiera medicamentos adulterados.

"Mi hijo tuvo malaria, pero yo no tenía suficiente dinero para llevarlo al hospital. Entonces, como antes, simplemente le compré un medicamento contra la malaria. Después de tres días no había mejoría. Por el contrario, empeoraba", contó a IPS.

La mayoría de las personas en Nigeria optan por automedicarse debido al alto costo de la atención hospitalaria, así como de los exámenes de laboratorio. Los pacientes deben pagar entre cinco y 14 dólares por cita con un médico, dependiendo del hospital.

Es más barato ir a una farmacia y pedir una medicina contra la malaria, que por lo general cura la dolencia. Pero, sin una supervisión médica adecuada, no se cumplen con las recetas y las dosis correspondientes. Sin controles, hay riesgo de que estas medicinas estén adulteradas o caducas.

Afortunadamente para Alaba, un amigo que la visitó le informó que el medicamento que ella compró había sido declarado por la NAFDAC incapaz por ser falsificado.

"Le compré otra marca y mi hijo se puso bien otra vez. Si no fuera por mi amigo, estaríamos hablando de otra cosa", dijo.

Muchos nigerianos, jóvenes y viejos, han muerto a causa de productos falsificados o adulterados introducidos constantemente en el mercado por farsantes inescrupulosos.

El presidente para el estado de Lagos de la Sociedad Farmacéutica de Nigeria, Though Biodun Familusi, dijo que la adulteración no era algo que ocurriera sólo en este país, pero reconoció que la situación aquí era cada vez más grave.

"La situación empeoró tras la política de liberalización (hace 20 años, bajo el régimen militar de Ibrahim Babangida), cuando el mercado se abrió a cualquiera. Se le permitió a personas no profesionales comprar, importar y distribuir medicamentos", explicó a IPS.

"Charlatanes tomaron control del mercado y comenzaron a importar. La distribución sin control de los medicamentos es la principal causa de la adulteración. Esas medicinas pueden ser fácilmente vistas en los mercados de Onitsha, Idumota y Kano, y son manejadas por gente no profesional", agregó.

Familusi exoneró de culpa a la NAFDAC por las muertes causadas por "Mi Pikin", señalando que una vez que la agencia visita una compañía y examina un medicamento en particular, la autoriza a seguir con sus actividades.

"Pero no es posible para la NAFDAC seguir visitando esa compañía para constatar la producción todo el tiempo. Es en ese lapso que cualquier cosa puede suceder", afirmó.

Christie Obiazikwor, portavoz de la NAFDAC, corroboró la opinión de Familusi. "Podemos hacer inspecciones de rutina y vigilar a las compañías, pero no es posible estar en todo lugar todo el tiempo", afirmó.

"Lo que ocurrió en el caso de ‘My Pikin’ fue que, aunque hay unidades de control interno de calidad en las compañías, ésta en particular no lo tenía", explicó a IPS.

No obstante, Obiazikwor señaló que el nuevo director general de la NAFDAC, Paul Orhi, aseguró que se crearía una nueva estructura para garantizar que los mecanismos internos de calidad se aplicaran en las firmas farmacéuticas.

Además, señaló que se trabajará para revisar la ley sobre medicamentos adulterados o falsificados con el fin de asegurar castigos más severos a los que la violen. Actualmente, los que incumplen la norma pueden ser castigados a un máximo de 15 años o a una multa de 3.500 dólares.

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