Las autoridades de Malawi temen que apenas la mitad de los portadores del bacilo de la tuberculosis accedan al análisis y el tratamiento. Pero no pueden estar seguros de nada: ni siquiera tienen estadísticas precisas sobre el alcance de la enfermedad.
El experto Daniel Nyangulu, asesor técnico del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis, calculó que esta enfermedad es una de las más mortales en el país, junto con el paludismo o malaria y el VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
En las vísperas del Día Mundial de la Tuberculosis, este martes, el Programa calculó que "cada año se tratan hasta 30.000 personas y 8.000 mueren por la enfermedad", dijo Nyangulu. "Es un enorme problema de salud pública", se lamentó.
Este mal se agravó muchísimo desde la década del 80, cuando los centros de salud registraban apenas a 5.000 pacientes al año.
El temor de que solo la mitad de los infectados accedan al tratamiento son respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la cual el año pasado hubo más de 50.000 nuevos casos de tuberculosis en el país.
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La OMS recomienda como meta la curación de 85 por ciento de los portadores. A Malawi está a apenas 13 por ciento del total para cumplir esa meta. Pero todos los datos existentes son apenas estimaciones.
Por lo tanto, el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis se ha embarcado en una campaña para brindar acceso universal al análisis y el tratamiento.
En áreas rurales de difícil alcance, donde no hay centros de atención a la salud, se instalaron puntos de recolección de flema.
Miembros de las comunidades locales se ofrecen como voluntarios para recolectar esputos de personas con síntomas de tuberculosis. Luego, los transportan al centro de salud más cercano para someterlos a análisis.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta 85 por ciento de la población de Malawi vive en áreas rurales, donde 60 por ciento de los habitantes viven bajo la línea de pobreza de un dólar por día.
Para esas personas es difícil buscar atención médica cuando la necesitan, especialmente si las instalaciones de salud pública están lejos de sus aldeas y carecen de dinero para pagarse el transporte.
"Mediante estudios hemos descubierto que la mayoría de los habitantes de las aldeas no acceden fácilmente a servicios como la detección de la tuberculosis. Esto se debe, principalmente, a las distancias que deben viajar para llegar a los centros de salud más cercanos, y también a los elevados niveles de pobreza", explicó Nyangulu.
Los habitantes de áreas rurales tienen que trasladarse en promedio de cinco kilómetros para llegar a una clínica u hospital.
La falta de conocimiento sobre la tuberculosis también contribuye a que pocos habitantes de Malawi sean sometidos a análisis, dijo Nyangulu.
La mayor parte de la población rural carece de información sobre la enfermedad y no reconoce los síntomas.
La comunidad rural de Mtsiriza, en las afueras de Lilongwe, se ha beneficiado de las iniciativas de acceso universal lanzadas por el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis.
Ahora que se establecieron allí centros de recolección de esputos, la población concurre masivamente. El Programa también alienta servicios de atención en el hogar, realizados por voluntarios de la comunidad que observan y siguen el tratamiento de los pacientes con tuberculosis.
John Chiguduli, de 48 años, es uno de los pacientes que se curaron la tuberculosis tras detectársele la enfermedad el nuevo centro de Mtsiriza.
"Estuve enfermo aproximadamente un año, y no pude trabajar en absoluto. Me sentía muy débil, pero no podía acceder a servicios de análisis porque el hospital está lejos de aquí y yo no tenía dinero para el transporte. Solamente me diagnosticaron tuberculosis cuando se instaló un centro médico aquí, en mi aldea", dijo a IPS.
Chiguduli cree que lo que salvó su vida fue la iniciativa del Programa de llevarle atención a la salud a la población, en vez de esperar que ésta pudiera llegar a los centros habituales.
"Casi me muero. Los servicios de análisis llegaron a mi área justo a tiempo para salvarme", dijo Chiguduli, que ahora puede labrar sus campos de nuevo.
La iniciativa comunitaria también promueve el análisis a todos los miembros de un hogar donde hay un paciente con tuberculosis, especialmente a los niños.
Además, el Programa ofrece "chequeos activos" en sus centros de análisis de tuberculosis, lo que significa que los exámenes de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) se realizan en combinación con los primeros.
De este modo, el gobierno intenta identificar la gran cantidad de coinfecciones de tuberculosis y VIH, que el Departamento (ministerio) de Salud estima en 77 por ciento.
El Programa también estableció centros de atención inmediata en las principales clínicas del país, como los hospitales de especialidades, para permitir que la población acceda a servicios de análisis de tuberculosis sin tener que hacer largas filas.
Las horas de espera en los hospitales suelen ser muchas, porque Malawi afronta una seria escasez de personal de la salud.
El Departamento señala que hasta 120 enfermeras y enfermeros registrados abandonan el país cada año, en busca de trabajos mejor pagados en el mundo en desarrollo.
Actualmente, un solo enfermero o enfermera cuida a 50 pacientes, mientras que no hay ni siquiera un médico por cada 64.000, según cifras de la misma dependencia.
Además de llevar los análisis de la tuberculosis a las áreas rurales como parte de su estrategia de acceso universal, el Programa hace esfuerzos especiales para brindar servicios de exámenes a otros puntos donde prolifera la enfermedad, como las cárceles…
"La mayoría de las cárceles del país están superpobladas, y eso las convierte en un caldo de cultivo para la tuberculosis", dijo Nyangulu.
Ahora se alienta a las autoridades carcelarias a ofrecer análisis para detectar la tuberculosis a cada nuevo prisionero, así como brindar regularmente esos servicios a todos ellos, agregó.
Pero los expertos en salud se dan cuenta de que los esfuerzos por frenar la tuberculosis serán menos efectivos si Malawi no tiene estadísticas precisas sobre la situación de la enfermedad en el país.
Por lo tanto, el Departamento de Salud planea embarcarse en un estudio de prevalencia nacional este año.
"Precisamente ahora sólo tenemos estimaciones, pero necesitamos cifras específicas para poder tratar todos los casos adecuadamente", dijo Nyangulu.