Si todo sigue como está planeado, los pasajeros del tren Jerusalén-Tel Aviv no podrán ver más al hermoso Arroyo Yitla.
Las autoridades prevén construir un puente de 144 metros de largo para que pase un tren de alta velocidad sobre el pequeño cañón en los montes de Jerusalén conocido como Arroyo Yitla. Residentes y ambientalistas insisten en que prefieren un túnel para que se mantenga el hábitat intacto.
La empresa estatal ferroviaria Israel Railways trabaja desde hace seis años en una nueva línea de alta velocidad entre Jerusalén y Tel Aviv, pasando por el aeropuerto Ben Gurión. Algunas de las partes occidentales del trayecto cercanas a Tel Aviv y a la central aérea ya han sido construidas, pero el trecho a través de las colinas de Jerusalén todavía está en el papel. La parte más polémica del plan es la construcción del puente. La Autoridad de Naturaleza y Parques y la Sociedad para la Protección de la Naturaleza lideran la oposición al proyecto.
«En la mañana o en la tarde, vengo aquí y rápidamente subo a la cima, y mi corazón se ensancha», cuenta Eyal Arad, residente de la cercana aldea Nataf, mientras bebe un café en los acantilados del cañón, a unos metros de donde se prevé la construcción del puente.
Arad visita el lugar desde hace siete años, de los 21 que vive en Nataf, y hace lo que puede para protegerlo. Ha colocado una gran señal pidiendo a los vehículos de cuatro ruedas que mantengan distancia. Pero es al tren al que no puede parar.
[related_articles]
El viaje de Tel Aviv a Jerusalén toma en los actuales trenes entre 83 y 97 minutos, la mitad del tiempo que en automóvil en las horas de poco tráfico.
Pero, dado el creciente tráfico en la Autopista 1, que conecta ambas ciudades, crece el apoyo a una vía más rápida. El tren de alta velocidad cubriría esa distancia, de 65 kilómetros, en 28 minutos.
La disputa por el llamado Puente 8 en sobre el cañón continúa. «El Arroyo Yitla está situado en el corazón de una de las arboledas mediterráneas mejor preservadas en las colinas de Jerusalén», dijo Ze’ev Hacohen, guardabosques de la Autoridad de Naturaleza y Parques.
«Este puente es completamente innecesario», dijo Avraham Shaked, coordinador de programas de conservación en el distrito de Jerusalén de la Sociedad para la Protección de la Naturaleza en Israel. «La única forma que un tren puede ir a Jerusalén es por túnel, por debajo del arroyo».
El plan de Israel Railways podría alejar a las gacelas, halcones y hienas de la zona, y poner en riesgo una variedad ya amenazada de flora y fauna.
La Autoridad de Naturaleza y Parques señaló que «la cercanía del planificado Puente 8 se encuentra un cañón que es uno de los más profundos e impresionantes de las colinas de Jerusalén, y que funciona como hábitat para una gran variedad de especies de plantas de acantilado y hogar de nidos para especies predadoras como halcones, buitres y lechuzas».
Un comité independiente publicó un informe en octubre pasado reconociendo la importancia ecológica y vulnerabilidad del cañón, así como el beneficio de la alternativa subterránea para el tren. Pero los expertos sostuvieron que no era bueno demorar el proyecto y apoyaron el plan, aunque con modificaciones para minimizar el impacto ambiental. No obstante, lideradas por Shaked y Hacohen, las organizaciones ambientales no se rinden. Acusan a la compañía de trenes de ineficiencia y de haber dejado que el costo del proyecto pasara de 512 millones de dólares en 2004 a casi 7.000 millones de dólares hoy, ignorando el ambiente.
«Esto no hubiera pasado en Alemania, Austria, Suiza, Francia o en cualquier otro lugar. No se necesitarían ambientalistas que luchen», dijo Shaked.
El director de la división de coordinación de Israel Railways, Yaron Ravid, dijo que se prevé la finalización del proyecto dentro de seis o siete años. «Si los ambientalistas siguen peleando contra este tren, será demorado y finalmente fracasará. Actualmente está demorado sólo por ellos», dijo.
Éste es el mes en que las aves predadoras suelen cazar sus presas sobre las coloridas flores del cañón. También será el mes en que se tomará una decisión sobre el puente, pues se acerca el plazo para responder a las objeciones presentadas al proyecto.
Arad hace lo que puede. «Los fines de semana, cuando hay buen clima, esta zona se inunda de excursionistas. Por eso, a todos los que conozco les pido que la visiten. Les digo que vengan rápido antes de que esté arruinada».
Y Shaked hace campaña a su propia manera. «Podemos tener trenes en todas partes del país, pero no quedará nada del país», afirmó.
* Este artículo es parte de una serie producida por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales) para la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org). Queda excluida su publicación en Italia.