En 1925, Mahatma Gandhi dijo que «el saneamiento es más importante que la independencia política». Más de 80 años después, el acceso al saneamiento básico sigue estando fuera del alcance para 546 millones de personas en África subsahariana.
En África oriental, ningún país está encaminado hacia el cumplimiento del séptimo Objetivo de Desarrollo de la ONU para el Milenio, que aspira a reducir a la mitad la cantidad de personas sin acceso a agua limpia para beber y a un saneamiento decente.
Los ocho Objetivos fueron definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y tienen a 2015 como fecha límite.
Pese a que los gobiernos de este continente son signatarios de varias declaraciones sobre mejora del saneamiento, muchos hogares del oriente africano todavía carecen del acceso a retretes con cisterna o letrinas a cielo abierto.
Defecar al aire libre es algo normal, y los "retretes voladores", la práctica de deponer en sacos de plástico y arrojarlos lejos en la mitad de la noche, son la regla más que la excepción en muchos asentamientos informales.
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"Ésta es la manera en que vivimos. No tenemos retretes ni un lugar para eliminar de modo seguro nuestros desechos. A causa de esto, y de la falta de agua suficiente, así como de las alcantarillas abiertas que pasan por nuestras casas, estamos en riesgo de contraer enfermedades", dijo Nicholas Ambeyo.
Este hombre habló con IPS en su hogar de Kibera. Con una población cercana a un millón de habitantes, Kibera es uno de los tugurios más grandes de África. Está a aproximadamente siete kilómetros del centro de Nairobi.
"De hecho, mientras estamos conversando, mi esposa acaba de llegar del hospital con mis dos hijos, que fueron tratados por el cólera", relató.
Las instalaciones sanitarias de mala calidad a menudo causan problemas de salud. Por ejemplo, 30 por ciento de la carga de enfermedades de Kenia está relacionada con el saneamiento. Muchos niños mueren de enfermedades vinculadas con la diarrea, entre ellas disentería, cólera y fiebre tifoidea, según el Ministerio de Salud Pública y Saneamiento.
La ONU señala que esas muertes podrían prevenirse invirtiendo en retretes, agua e higiene.
Aun así, la cobertura de retretes en Kenia todavía es escasa. Hay letrinas disponibles para menos de 50 por ciento de la población, según el viceministro de Salud Pública y Saneamiento, James Gesami.
Aunque Kenia y otros países del oriente africano se comprometieron a aumentar el financiamiento para el saneamiento en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sustentable en 2002 —prometiendo reducir la proporción de habitantes sin instalaciones básicas de saneamiento— el asunto no fue priorizado en los presupuestos nacionales desde entonces.
"El saneamiento es un tema recientemente elaborado y no hemos brindado los recursos adecuados a ese sector, pero ahora las cosas están cambiando", dijo Gesami a IPS.
Las estadísticas del gobierno muestran que el presupuesto asignado al saneamiento en Kenia actualmente es de 13 millones de dólares al año, demasiado poco para que el país alcance el Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre saneamiento.
Se estima que este país requerirá alrededor de 40 millones de dólares anuales si quiere lograr ese Objetivo para 2015.
En Sudán, la situación no es muy diferente, incluso en el norte, que se mantuvo relativamente estable durante las dos décadas de conflictos civiles.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo publicado este año indica que Sudán está lejos de lograr el Objetivo de saneamiento, especialmente en áreas afectadas por la guerra. El acceso a un saneamiento mejorado en el sur del país es de 6,4 por ciento, muy por debajo de la meta de 53 por ciento establecida para 2015.
El acceso a un saneamiento mejorado en el norte se ubica en 39,9 por ciento, un poco más cerca del Objetivo de 67 por ciento. Asignaciones presupuestarias mínimas para el saneamiento han vuelto difícil para el gobierno brindar a la mayoría de ciudadanos pobres instalaciones básicas de retretes y letrinas.
A esto se han atribuido los difundidos brotes de enfermedades diarreicas, según Elobeid Mohammad, coordinador del Sudan National Discourse, una organización no gubernamental dedicada al agua y el saneamiento.
"La diarrea, especialmente entre los niños, es común durante el otoño, a causa de las lluvias y las alcantarillas obstruidas. Se trata de una enfermedad que puede prevenirse garantizando el acceso a los retretes y a la higiene. Al hacer esto, el gobierno puede ahorrar dinero y bombearlo a otros sectores cruciales del desarrollo", dijo Mohammad a IPS.
Charles Hakizimana, presidente del Consejo de Ministros Africanos sobre el Agua, dijo que los esfuerzos por mejorar la cobertura se vieron traicionados por la pobreza extrema, ilustrando la situación con un ejemplo de Burundi.
"Hubo casos en los que las agencias para el desarrollo proporcionaron material a las comunidades para cavar letrinas, pero (los beneficiarios) los vendieron y continúan defecando en los arbustos. A menudo la gente dice: Dennos alimentos primero, no hay necesidad de construir letrinas abiertas cuando no tenemos nada que poner en ellas", explicó Hakizimana.
Además, hay obstáculos sociales que impiden brindar saneamiento a todos. Por ejemplo, en varias partes de África oriental es un tabú que los suegros compartan una letrina con sus nueras, o que las suegras lo hagan con sus yernos. Como habitualmente en una casa hay solo una letrina, quienes no pueden compartirla optan por defecar al aire libre, contaminando el ambiente.
Construir letrinas separadas para diferentes miembros de la familia es demasiado costoso. Los expertos en saneamiento dicen que las comunidades necesitan ser informadas para cambiar sus actitudes, y aceptar que no está mal que los familiares compartan un retrete para evitar la contaminación ambiental.
Según la ONU, el solo volumen de desechos humanos es motivo de preocupación. "Sin sistemas efectivos de saneamiento, los desechos humanos fluyen directamente en los cursos hídricos y contaminan el agua subterránea. Los suministros de agua están comprometidos, los ríos se convierten en alcantarillas fétidas y las reservas pesqueras se ven amenazadas", establece un informe publicado por UN-WATER.
Hablando en calidad de anfitrión de una evaluación regional del saneamiento realizada en noviembre en Nairobi, Edward Kairu, presidente de la Red de la Sociedad Civil Africana sobre Agua y Saneamiento, dijo: "Nuestros gobiernos deben tomar la delantera. Se necesita hacer mucho. Si continuamos como de costumbre, el Objetivo del Milenio sobre saneamiento corre el riesgo de no cumplirse en absoluto en nuestros países".