Representantes de 135 países acordaron la creación de un banco de datos internacional sobre pedofilia, una medida que, según los participantes del Tercer Congreso Mundial de Enfrentamiento a la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes, es clave articular el combate a ese delito.
La declaración abarca temas como el tráfico de niñas niños, la explotación sexual de menores y los "nuevos escenarios", como la pedofilia en Internet. El documento fue considerado "un avance" por los participantes consultados por IPS.
María Helena Iglesias, de la Oficina Internacional Católica de la Infancia, dijo que es necesario cuantificar esos crímenes que han crecido "de manera alarmante" a través de la red mundial de computadoras.
Por su parte, Carmen Oliveira, subsecretaria de Derechos Humanos de Brasil, sostuvo que solamente esfuerzos conjuntos de los países podrán erradicar ese delito "típicamente transnacional".
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En ese sentido, mencionó un reciente acuerdo apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo para el intercambio de información sobre crímenes sexuales contra niños, y la capacitación policial conjunta entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Oliveira destacó en particular la necesidad de armonizar leyes no contempladas en instrumentos como los Estatutos del Niño y Adolescentes de los diferentes países.
Cuando fue aprobado nuestro Estatuto del Niño y el Adolescente, en 1990, Internet no tenia la dimensión que tiene hoy", subrayó en entrevista con IPS al referirse a una nueva ley brasileña que tipifica como crimen la pornografía con menores en la red.
Los participantes del Congreso se refirieron también a otros temas como la prostitución infantil. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2000, la cifra de niños y niñas víctimas de la explotación sexual en redes de prostitución o pornografía ascendía a 1,8 millones.
Nils Kastberg, representante para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), llamó la atención sobre la responsabilidad de los países ricos en ese delito, y señaló 25 por ciento del trafico de niños y adolescentes ocurre naciones europeas.
Los "hombres ricos" que abusan de niños pobres también es un problema a enfrentar, sostuvo Kastberg.
El funcionario además se refirió a los abusos sexuales cometidos muchas veces "en casa", por familiares, amigos o conocidos, o en medios donde frecuenta el niño, como clubes, instituciones educativas o religiosas.
En ese sentido, hizo un llamado a "todas las religiones" para involucrarse en la erradicación de la violencia sexual contra menores y a las escuelas para, "sin hipocresías", instruir a los niños a identificar cuándo son victimas de abusos por parte de los mayores y cuándo tienen que decir claramente: "No me toque"
Un estudio de 2006 de la Organización Mundial de la Salud, citado en el encuentro de Río de Janeiro, estima que 150 millones de niñas y 73 millones de menores de 18 años han sido obligados a mantener relaciones sexuales forzosas o han sido víctimas de otras formas de violencia y explotación sexual con contacto físico.
Oliveira subrayó que el combate a esos abusos también exigirá cambios sociales y culturales, como en el caso de "matrimonios forzosos y prematuros".
Unicef calcula que hay unas 82 millones de niñas en todo el mundo, algunas de apenas 10 años, que se casan antes de cumplir los 18.
El plan de acción del Congreso también convoca a los gobiernos a promulgar leyes que protejan a todos menores bajo su jurisdicción, incluyendo a los hijos de los migrantes indocumentados, "de forma que todos puedan gozar de plena protección legal".
A diferencia de otros congresos en donde las recomendaciones de los adolescentes participantes fueron hechas en forma paralela a las principales sesiones, en éste, el grupo convocado participó de todo el proceso.
Un tipo de participación que según Kastberg debe reproducirse como modelo en los próximos encuentros que aborden cuestiones de menores, porque ellos también "son parte de la solución" de acuerdo Unicef.