Mientras la ONU se prepara para una reunión clave sobre cambio climático en Polonia el mes próximo, activistas insisten en que cualquier nuevo acuerdo internacional contra el recalentamiento planetario debe incluir a los grupos más vulnerables, en especial a los pueblos indígenas.
"Todo el proceso de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) será defectuoso si no se les permite participar a las comunidades que sufren de primera mano el cambio climático", señaló la organización defensora de los derechos humanos Minority Rights Group (MRG, por sus siglas en inglés), con sede en Londres.
"Es natural que pensemos en cómo el cambio climático nos afecta a todos, al planeta entero, y por eso hay una tendencia a no considerar los impactos en grupos particulares", dijo el director ejecutivo de MRG, Mark Lattimer.
Los defensores de los derechos humanos, reconoció, llegaron tarde al debate, que ha estado desde hace tiempo dominado por ambientalistas.
"Sin embargo, los pueblos indígenas que viven en ambientes frágiles no sólo tienen más probabilidades de ser afectados por el cambio climático, sino que ya están siendo afectados, a veces en formas devastadoras", dijo Lattimer a IPS.
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Se espera que en la próxima reunión de la ONU en la occidental ciudad polaca de Poznan, que se desarrollará del 1 al 12 de diciembre, se acuerde un programa de trabajo en anticipo a una importante conferencia internacional sobre cambio climático prevista para diciembre de 2009 en Copenhague.
Ambas reuniones tendrán la misión de preparar un completo régimen mundial contra el recalentamiento planetario a ser implementado a partir de 2012, cuando venza el Protocolo de Kyoto, que exige a los países industrializados la reducción sus emisiones de gases invernadero.
Al ser consultado sobre si la comunidad internacional debería ser responsabilizada por la continuada marginación de los pueblos indígenas, Lattimer señaló que en las negociaciones intergubernamentales con frecuencia se deja de lado a la sociedad civil, que ha demorado décadas para encontrar una voz efectiva en los procesos de derechos humanos y desarrollo de la ONU.
En las negociaciones sobre cambio climático, que son mucho más recientes, todavía está excluida, con frecuencia deliberadamente, añadió.
"Los gobiernos piensan en las comunidades indígenas, que podrían ser desplazadas o incluso erradicadas de sus tierras, como parte del problema, cuando en realidad deberían se parte de la solución", sostuvo.
Durante un seminario de la ONU el año pasado, Daniel Salau Rogei, de la Organización para el Alcance a los Simbaa Maasai, y él mismo miembro de la tribu maasai de Kenia, explicó que su comunidad era nómada y estaba constituida en su mayoría por granjeros dependientes de sus tierras tradicionales, y por eso se han visto afectados por los cambios del clima.
Los maasai se consideran a sí mismos parte de la naturaleza y, de hecho, más de 75 por ciento de las especies salvajes keniatas se encuentran en el territorio de esta comunidad.
Pero las tierras maassai están amenazadas por el cambio climático, así como por las compañías de tala y otros negocios internacionales que explotan sus recursos naturales y sus especies biológicas, añadió.
El estudio del MRG señala que los efectos del cambio climático se sienten particularmente en las comunidades minoritarias porque viven en áreas ecológicamente diversas y su subsistencia depende directamente del ambiente.
Hay dos razones por las cuales las minorías y las comunidades indígenas son más afectadas que otras por el recalentamiento planetario.
La primera es que tienen una relación única con la naturaleza, y por lo general dependen del ambiente para sobrevivir.
La segunda es que viven en áreas pobres y marginadas, y en algunos países ya son víctimas de la discriminación por parte de sus gobiernos.
Entre estas comunidades se encuentran desde los sami en Noruega, Suecia y Finlandia, hasta los cultivadores de arroz jemeres en el Delta del Mekong.
Las comunidades indígenas en particular viven en ecosistemas frágiles, desde pequeñas islas en el océano Pacífico, pasando por regiones montañosas y tierras áridas de África hasta zonas cubiertas de hielo en el Ártico.
El informe también concluyó que el derretimiento de los hielos y el proceso de desertificación que ocurre como consecuencia del recalentamiento planetario impide a los animales acceder a comida y por tanto también se ve afectada la cría de ganado.
"Esto deriva en una pérdida de ganado, lo cual reduce los ingresos y conduce a la pobreza, el hambre y la escasez de comida", indicó.
El impacto a largo plazo incluye la muerte de la población o la migración a las ciudades, por lo general condenando a generaciones enteras a la pobreza, así como cambios en la formas de vida tradicionales.
Consultado sobre si las futuras negociaciones sobre cambio climático podrían cambiar cuando asuma el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, en enero próximo, Lattimer destacó que éste ha prometido que durante su administración será más responsable en temas ambientales y adoptará un enfoque más multilateralista.
"Esto es bien recibido, pero Estados Unidos ha sido tradicionalmente escéptico de los derechos de los pueblos indígenas", señaló.
Washington fue uno de los apenas cuatro gobiernos que votaron contra la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, acordada el año pasado por la Asamblea General.
"Los grupos indígenas esperan un cambio de enfoque, pero es probable que sean decepcionados", alertó.