Swazilandia es el principal candidato a convertirse en el segundo país de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) que eliminará el paludismo, según el pronóstico de expertos en salud.
El paludismo o malaria mata en todo el mundo a más de un millón de personas cada año, la mayoría de ello niños. Casi 90 por ciento de las víctimas viven en África subsahariana. El año pasado, cinco personas murieron en Swazilandia murieron a causa de esa enfermedad.
El Plan Estratégico de la SADC contra la Malaria —que aspira a eliminar este mal de la región— lista a Swazilandia, Sudáfrica, Botswana y Namibia como países donde la eliminación de este flagelo es posible.
Es probable que Swazilandia se convierta en la primera de esas cuatro naciones en alcanzar el objetivo.
Si Swazilandia se las arregla para erradicarla por tres años consecutivos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declarará libre de malaria.
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Mauricio fue el primer país de la SADC en recibir el certificado en ese sentido. El último caso en esa austral isla africana se registró en 1997. Mauricio fue, por lo tanto, el primer país de la región en alcanzar una de las metas listadas en los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio: eliminar la malaria para 2015.
A comienzos de este mes, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria asignó a Swazilandia 13,9 millones de dólares para sus programas para combatir la enfermedad, luego de que el país logró reducir los casos de 45.000 en 2000 a menos de 10.000 el año pasado.
Alrededor de un tercio del millón de habitantes del país en vulnerable a la enfermedad.
Según el director del Programa Nacional de Control de la Malaria, Simon Kunene, el gobierno usará el dinero que le dio el Fondo Mundial para mejorar el control de enfermos de paludismo atendidos tanto en hospitales y clínicas como en sus hogares.
El Programa también planea repartir más mosquiteros tratados con insecticida en las áreas más afectadas, para reducir las infecciones.
No existe vacuna contra la malaria, enfermedad transmitida a los humanos a través de mosquitos infectados con el parásito Plasmodium. Algunas cepas pueden ser mortales si el paciente no se recibe tratamiento.
El año pasado, cada hogar de Swazilandia entregó redes, a razón de una por cada embarazada y otra por cada menor de cinco años. Ahora, la organización procura ofrecer un mosquitero a cada miembro del hogar.
"Cada familia recibirá tres redes más, lo que debería ser suficiente, porque Swazilandia tiene un promedio de seis personas por hogar", dijo Kunene.
Además, el gobierno introducirá equipos de diagnóstico rápido para acelerar la detección de enfermos de paludismo. Una de estas pruebas determina la presencia de los parásitos en apenas unos minutos con apenas una pequeña gota de sangre extraída de un dedo.
Como Swazilandia tiene pocos laboratorios de análisis de sangre, las áreas rurales generalmente quedan fuera de los exámenes de malaria. Por lo tanto, la enfermedad se detecta por los síntomas, como dolores de cabeza, fiebre, escalofríos y vómitos. Eso demora el diagnóstico y el tratamiento.
"Con los tests rápidos, el personal de enfermería será capacitado para realizar análisis de sangre y diagnosticar a los pacientes en 10 minutos", dijo Kunene.
El dinero del Fondo Mundial también ayudará a Swazilandia a mejorar la calidad del tratamiento del paludismo al introducir la terapia basada sobre el artesunato (TCA), un fármaco avanzado que mata rápidamente los parásitos de la enfermedad.
Aunque es costosa, la TCA es más efectiva que la cloroquina, más usual, según expertos en salud.
Swazilandia cumplió el año pasado con la Declaración de Abuja, que exige a los estados africanos reducir a la mitad los casos de malaria para 2010. Se trata de una buena señal, afirmó Anson Zwane, de la OMS.
La Iniciativa de Desarrollo del Área de Lubombo, proyecto de colaboración regional entre Swazilandia, Mozambique y la oriental provincia sudafricana de KwaZulu-Natal, también "ayudó tremendamente a reducir la malaria", dijo Kunene.
La Iniciativa fue lanzada en 1999 por el rey de Swazilandia, Mswati III, y los entonces presidentes de Sudáfrica, Thabo Mbeki (1999-2008), y Mozambique, Joachim Chissano (1986-2005).
El gobierno espera que erradicar la malaria no sólo mejore la salud de sus habitantes, sino que también mejore la capacidad de desarrollo de la región de Lubombo, al crear empleos sustentables y alentar la equidad en el acceso a las oportunidades económicas.
El gobierno y los partidos políticos se dieron cuenta de que los inversores sólo recalarán en el área para contribuir con el desarrollo agrícola y turístico una vez que se reduzca el riesgo de malaria y que se implementa un programa de control sustentable de la enfermedad.
Hasta la fecha, el mayor desafío que afronta Swazilandia para eliminar completamente el paludismo es la falta de oficinas sanitarias en puestos fronterizos, donde personas procedentes de otros países ser analizados y tratados antes de ingresar, señaló Kunene.
Otro desafío es mantener a los políticos involucrados en el apoyo a programas relacionados con la malaria.
"Ahora que Swazilandia redujo drásticamente la malaria, los políticos podrían perder el interés. El peligro es que asuman que los programas contra la enfermedad se han vuelto superfluos", explicó.
"Eso sería fatal, porque la malaria puede regresar más fuerte que antes" si no se la erradica por completo, y en ese caso "lo que se volvería superfluo serían todos nuestros esfuerzos anteriores", agregó.