SALUD-ÁFRICA: Renovado combate al paludismo

La clave de una nueva estrategia multimillonaria dirigida a eliminar las muertes por paludismo (malaria) en todo el mundo para 2015 es ampliar la disponibilidad de métodos de diagnósticos y de tratamiento preventivo.

Pero esa meta, anunciada el mes pasado por la Roll Back Malaria Partnership, una iniciativa del sistema de la ONU con participación del sector privado, puede ser difícil de lograr, advierten expertos.

La malaria es una importante amenaza en algunas de las naciones más pobres del mundo, cuyos frágiles sistemas carecen del dinero y los recursos suficientes para hacerle frente a otras enfermedades severas y mortales.

En 2006 se registraron más de 247 millones de casos de malaria, alrededor de 880.000 de los cuales resultaron fatales, según el Informe Mundial sobre el Paludismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentado el 18 de septiembre.

Nueve de cada 10 de esas muertes se registraron en África, establece el informe. No existe vacuna contra la malaria, enfermedad transmitida a los humanos a través de mosquitos infectados con el parásito Plasmodium. Algunas cepas pueden ser mortales si el paciente no se recibe tratamiento.

La Roll Back Malaria Partnership, en la que revistan gobiernos, instituciones multilaterales, de la sociedad civil, académicas y empresas, aspira a salvar 4,2 millones de vidas para 2015, a través de su Plan de Acción Global contra la Malaria.

El plan exige un impulso enorme en la cobertura de medidas preventivas simples y efectivas.

Entre esas medidas se incluye la distribución de 730 millones de mosquiteros, fumigar 127 millones de hogares, y promover el acceso a análisis y medicinas bloqueantes de la malaria, especialmente para las mujeres embarazadas, que corren alto riesgo.

El plan también demanda brindar más tratamiento: 228 millones de dosis de una nueva clase de tratamiento conocido como Terapia Combinada a base de Artemisina (TCA), y 19 millones de dosis de fármacos menos efectivos, como cloroquina y primaquina.

Los expertos en salud a menudo prefieren la TCA por sobre los tratamientos más antiguos, que han desarrollado cepas de Plasmodium resistentes al tratamiento.

El presidente del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la estadounidense Universidad Johns Hopkins, Robert Black, advirtió que no es recomendable adoptar un enfoque único para diversos países en la lucha contra la malaria.

Por ejemplo, ministerios de Salud exigidos al máximo en algunas naciones pueden no ser capaces de coordinar una campaña masiva contra esta enfermedad en un marco temporal tan breve.

"Los tratamientos propuestos reducirán la transmisión y la cantidad de casos. Creo que es posible lograr un mejor control", dijo Black. "Pero los métodos deben ser establecidos país por país para que el dinero sea bien gastado. Además, la salud primaria y los servicios básicos deben ser fortalecidos para obtener buenos resultados."

Aun con estas herramientas brindadas sin cargo, garantizar su uso adecuado será un desafío. Diminutos presupuestos de salud públicas en las naciones africanas han dejado hospitales subfinanciados y alentado el un éxodo de trabajadores médicos al exterior.

Más trabajadores de la salud, voluntarios y basados en la comunidad, deberán ser capacitados para ayudar en la implementación.

"Sólo podemos lograr resultados con financiamiento, intervenciones y asistencia técnica", dijo Ray Chambers, enviado especial del secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el Paludismo, en una teleconferencia desde Nueva York.

Luego de eso, "importará lo que ocurra en el lugar con la distribución, la educación y el uso de los mosquiteros".

El plan exige a la comunidad internacional invertir 5.300 millones de dólares el año próximo, elevar la cifra a 6.200 millones en 2010 y luego 5.100 millones anuales hasta 2020. Eso quintuplica el gasto anual actual en los esfuerzos contra la malaria, de 1.100 millones de dólares.

El financiamiento para desarrollar fármacos nuevos y más efectivos, además de la investigación para llegar a una vacuna, están recibirán otros 8.900 millones de dólares en un plazo de 10 años, señala el plan.

Sin embargo, a África le faltaron 1.600 millones para completar el financiamiento de los programas contra la malaria entre 2007 y 2009, agrega.

En un futuro, los donantes pueden estar motivados a dar generosamente porque los estudios de caso muestren que las "inversiones" para detener la enfermedad generaron "retorno", dijo Chambers.

Gracias a este enfoque, las naciones africanas de Eritrea y Ruanda lograron en reducir a menos de la mitad sus casos de malaria entre 2000 y 2006, señaló.

Zanzíbar, territorio insular de Tanzania en el océano Índico, dejó la malaria fuera de la lista de principales amenazas a la salud pública para su población de más de un millón de habitantes.

Tanzania recibió 334 millones de dólares para tomar medidas contra el paludismo este año del Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida y de la Iniciativa del Presidente contra la Malaria (PMI).

La cantidad de casos de malaria en las islas se redujo a un "nivel bajo", según el sitio web de la PMI, financiada por el gobierno de Estados Unidos. Eso significa que a Zanzíbar le falta poco para cumplir con los criterios de la OMS para ser considerado libre de paludismo (menos de un caso confirmado entre 1.000 personas con fiebre), señala.

El enfoque adoptado en Zanzíbar tuvo tres componentes: una combinación de TCA, redes con insecticida de larga duración, para mujeres embarazadas y niños menores de cinco años, y fumigación con insecticida en 90 por ciento de los hogares, dijo Jeffrey Salaiz, encargado de Asuntos Públicos en la embajada de Estados Unidos en Tanzania.

Dos esfuerzos previos por la erradicación de la enfermedad en las islas en los años 60 y 80 no lograron afianzarse debido a la falta de financiamiento, opinó Salaiz.

El actual éxito de Zanzíbar en el combate a la malaria debería seguir su curso si los residentes continúan tomando medidas de prevención, por ejemplo, instalando mosquiteros en sus viviendas, dijo.

Todavía, la mayoría de las 109 naciones donde la malaria es endémica están rezagadas en relación a un objetivo de desarrollo para el control de la enfermedad, según el Informe Mundial sobre el Paludismo 2008 de la OMS.

Uno de los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio aspira a frenar y revertir la incidencia de la malaria para 2015.

Gobiernos y organizaciones humanitarias asignaron en septiembre una nueva financiación de 3.000 millones de dólares para el apuntalamiento del Plan de Acción Global contra la Malaria.

El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria prometió 1.620 millones para financiar 100 millones de mosquiteros; el Banco Mundial, 1.100 millones para expandir un programa de refuerzo contra la malaria; y la Fundación Bill y Melinda Gates 168,7 millones para la Iniciativa de Vacuna contra la Malaria PATH.

El gobierno de Gran Bretaña, la Global Business Coalition (Coalición Empresarial Mundial), la ONU y la compañía Mattel prometieron el resto.

"Si ocurre la tormenta perfecta, alcanzaremos el Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre la malaria en el plazo fijado. Pero, lo que es aún mucho más importante, esperamos llegar a casi cero muertes de malaria para 2015. Creo que está a nuestro alcance", dijo Chambers.

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