El keniata Manu Chandaria, de 79 años, es considerado uno de los empresarios pioneros más respetados de África oriental, y su compañía es un modelo a seguir para las que sueñan con convertirse en multinacionales.
A fines de los años 60, cuando los africanos todavía tiraban una moneda al aire para decidir cómo distribuir sus recursos, el patriarca de Comcraft Group se topó por casualidad con una persona visionaria que le aconsejó buscar mercados fuera de fronteras para su empresa familiar.
"Nuestro asesor, el señor Ernest Vasey, quien fue ministro de Finanzas de Kenia y de Tanzania, antes de ser el representante residente del Banco Mundial en Pakistán, nos aconsejó lo siguiente: ustedes son proveedores de África oriental, ellos aceptaron sus productos, pero ahora que son independientes deben invertir en otros países", relató Chandaria.
"De lo contrario, van a perder parte del mercado. Alguien más va a empezar a producir en esos países", añadió.
Con 200 filiales, Comcraft Group, especializada en acero y hierro, se encuentra en más de 40 países en los cinco continentes.
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Las ganancias netas de la corporación alcanzan los 20.000 millones de dólares, según la prensa keniata. Sin embargo, Chandaria prefirió vivir de forma humilde.
El surgimiento mítico de Comcraft Group alienta a una miríada de empresas keniatas a tratar de entrar al sagrado y envidiable, pero difícil terreno de las mejores corporaciones internacionales.
En los últimos tres años, dos compañías keniatas, la aérea Kenya Airways y la de telefonía celular Safaricom, comparten el codiciado premio de ser las más respetadas de África oriental.
Quince de las 49 empresas que cotizan en bolsa cambiaron su estatus local por credenciales internacional al penetrar mercados extranjeros, indicó Donald Ouma, gerente de investigación y análisis político de la Bolsa de Valores de Nairobi (BCN), la sexta de África en materia de capitalización.
Es notorio que de las 15 multinacionales de este país, sólo una, Diamond Trust Bank Ltd. tiene a una mujer, Nasim Devji, como gerenta y directora ejecutiva del grupo.
La última incursión en la región la hizo Nakumatt Holdings, propietaria de la mayor cadena de supermercados de África oriental. La compañía invirtió tres millones de dólares para ingresar al mercado de Ruanda.
La expansión fue natural porque la estrategia de largo plazo de la organización apunta a abrir tres sucursales en Uganda, cuatro en Tanzania y una más en Ruanda, señaló Thiagarajan Ramamurthy, director de operaciones de Nakumatt Holdings.
Tras esa expansión tendrá nueve filiales fuera de Kenia, además de la red local, que pasará de 19 a 30 sucursales.
"La inversión estimada ascenderá a 20 millones de dólares. Creemos en el crecimiento y en que las compañías locales tienen la profesionalidad y la gama de productos para dar una batalla competitiva, si no mejor que las empresas extranjeras", dijo Ramamurthy a IPS.
La cadena tiene orígenes humildes que se remontan a los años 80 en el rico poblado agrícola de Nakuru, 180 kilómetros al sudeste de Nairobi.
La mayoría de las compañías locales que se hicieron multinacionales son estatales. Eso facilita el control de sus finanzas. Pero también podría aducirse que las hace más vulnerables a la burocracia, que suele demorar los procesos de decisión.
El continuo optimismo de la economía local, registrado por primera vez en 2003, propició la expansión de multinacionales locales.
Esa tendencia acelerará la integración de la Comunidad de África Oriental (CAO), caracterizada por su interrumpido proceso, según Titus Ruhiu, director de la Cámara Nacional de Comercio de Kenia.
Para un estudio que todavía no ha sido publicado, "La fuerza de los números visión de gerentes generales de África oriental", de 64 páginas, se preguntó a los 276 entrevistados si estaban a favor de integrar las economías de la región.
La investigación fue coordinada por la empresa internacional PricewaterhouseCoopers.
Noventa por ciento de los gerentes generales encuestados dijeron que sí. El restante 10 por ciento expresó su temor a que en un ambiente de libre comercio, las compañías keniatas eliminen a las de los países vecinos.
La gran mayoría de los gerentes generales dijeron que la integración regional es "esencial para mejorar la eficiencia operativa de las empresas al permitir el libre movimiento de recursos y al volver más competitiva a África oriental en el mundo, cada vez más interrelacionado".
"El restante 10 por ciento de los entrevistados no estuvieron de acuerdo en que la integración total sea lo correcto para la región, y mencionaron los desequilibrios políticos y sociales del bloque como una de sus principales preocupaciones", comentó Charles Muchene, director del estudio y director en Kenia de PricewaterhouseCoopers.
"Algunos países expresaron su inquietud respecto de Kenia por sus presuntos altos niveles de industrialización y desarrollo económico", apuntó.
"Temen que uno de esos desequilibrios económicos lleve a la eliminación de las industrias de otros estados miembro cuando se habilite la libre circulación", señaló Maurice Mwaniki, gerente de aduanas de PricewaterhouseCoopers.
Las empresas regionales reaccionan a los indicios del mercado y marcan el paso de la integración económica de la CAO, escribió en el estudio Francis Kamulegeya, de PricewaterhouseCoopers en Uganda.
Pero advirtió que "para muchas compañías la CAO todavía no es una realidad".
La CAO está integrada por Burundi, Kenia, Ruanda, Tanzania y Uganda.
Kenia encabezó la lista de países por producto interno bruto de la región con 29.509 millones de dólares, seguida de Tanzania, 16.181 millones, y Uganda con 11.214 millones, en 2007, según cifras del Banco Mundial.
Los últimos en ingresar, Burundi y Ruanda, tienen economías sustancialmente menores que las de los otros tres miembros fundadores de la CAO.
La economía de Kenia es, por cierto, más grande que la de sus vecinos, con exportaciones a Botswana, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia, pero su crecimiento no fue fácil.
Cuando el keniata Fina Bank Ltd. se estableció en Ruanda tuvo que lidiar con el problema de la barrera idiomática. Ese país es francoparlante, en tanto este es angloparlante. Además, sus sistemas legales son distintos.
El Banco Comercial de Kenia, en parte propiedad del Estado, está presente en Sudán del Sur y tuvo que afrontar la falta de regulación e infraestructura local.
Algunos gerentes piensan que la participación de las compañías keniatas en la región y el continente puede ampliarse.
"La influencia sudafricana se propaga por el continente con compañías como MTN, Multichoice, Stanbic, Steers, Nandos y Shoprite, que amplían su alcance y se hacen conocidas", señaló Linus Gitahi, gerente general de Nation Media Group.
"Pero las compañías africanas todavía no han dejado una huella sustancial en África. La pregunta que cabe hacernos como empresarios es ¿por qué no somos lo suficientemente atrevidos como para hacer frente al desafío?".