Los muy promocionados Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio —que se proponen entre otras cosas reducir 50 por ciento el hambre y la pobreza para 2015 respecto de los niveles de 1990están siendo seriamente socavados por las crisis alimentaria, financiera y climática planetarias.
"No afrontamos otra cosa que una emergencia de desarrollo", afirmó el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon.
Cuando estamos a mitad de camino para la fecha fijada de 2015, "es claro que no estamos en la senda correcta para alcanzar las metas, especialmente en África".
"Y nuevos desafíos globales una disminución económica, los altos precios del combustibles y el cambio climáticoamenazan con revertir el progreso que hemos conseguido", alertó.
La advertencia llega en vísperas de una reunión de líderes mundiales sobre los Objetivos, prevista para el 26 de este mes, previa a la sesión número 63 de la Asamblea General.
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Al presentar el jueves su estudio de 51 páginas sobre los Objetivos, el secretario general sostuvo que los problemas climáticos podrían poner en riesgo los avances logrados en reducción de la pobreza.
Pero Alison Woodhead, de la organización Oxfam International, tiene otro punto de vista sobre la crisis. Ella sostuvo que el informe demuestra que ha sido la inacción de los gobiernos lo que causó una "emergencia de pobreza".
"La creciente crisis alimentaria y la caída económica son razones suficientes para que los líderes actúen, sin excusas para el fracaso", afirmó.
La ONU espera que al menos 90 jefes de Estado y de gobierno participen en lo que es considerada una "reunión de alto nivel" sobre los Objetivos.
Woodhead sostuvo que los líderes que vayan a Nueva York deberían acordar un plan de acción para poner fin a la extrema pobreza en los próximos siete años.
"Sin un fuerte liderazgo, los progresos sobre los Objetivos retrocederán, no avanzarán, y éste es un momento clave", afirmó.
Los Objetivos incluyen una reducción de 50 por ciento de la extrema pobreza y del hambre, lograr la educación universal primaria, promover la igualdad de género, reducir dos tercios la mortalidad infantil y tres cuartos la materna, combatir la propagación del VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental y crear una alianza Norte-Sur por el desarrollo.
Una cumbre de 189 líderes mundiales realizada en septiembre de 2000 se comprometió a alcanzar todo esto para el año 2015. Pero los resultados han sido muy decepcionantes, especialmente en África subsahariana.
El estudio divulgado el jueves señala que el reciente avance en el Sur en desarrollo (incluyendo el aumento de la matriculación escolar, la productividad agrícola y los progresos hacia la erradicación de la malaria) "demuestra que un éxito rápido es posible cuando políticas sanas son armonizadas con una creciente asistencia internacional y apoyo técnico".
"Pero muchos países no están encaminados. Muchas de las metas no se alcanzarán en África, si continúan las actuales tendencias. E incluso en países de ingresos medios, grandes bolsones de personas siguen viviendo en la extrema pobreza", añadió.
Aunque el número de personas que viven en la extrema pobreza cayó más de 400 millones, la mayor parte de esta disminución se produjo en Asia oriental, particularmente en China.
Pero África subsahariana y las ex repúblicas soviéticas experimentaron un aumento en el número de pobres entre 1990 y 2005, según el estudio.
El director de la Campaña del Milenio de la ONU, Salil Shetty, reconoció que las crisis alimentaria, financiera y climática mundiales empeoraron la situación.
"Y gran parte de la responsabilidad descansa en los hombres de pocos especuladores financieros, emisores de contaminantes y consumidores de petróleo", añadió. Shetty dijo que cuando faltan sólo siete años para que venza el plazo, es clave que los países ricos se comprometan a alcanzar estos compromisos.
Consultado sobre si la próxima reunión de alto nivel tendrá algún resultado concreto, Shetty dijo a IPS: "Estamos a mitad de camino, y un renovado compromiso político al máximo nivel sería importante en sí mismo".
"Pero es bueno que la sociedad civil presione para un plan de acción con plazos, desde ahora hasta 2010", dijo.
Esta reunión también será muy importante para enmarcar las discusiones para el encuentro sobre Financiamiento para el Desarrollo, que se realizará en Doha en noviembre, añadió.
Consultado sobre cuánta confianza tenía en que la mayoría de las naciones en desarrollo alcanzaran las metas para 2015, Shetty dijo que algunos países pobres en el mundo, incluyendo a Bangladesh, Ghana, Malawi, Mozambique, Ruanda, Tanzania y Zambia estaban en camino de lograrlo.
Esto también se aplica para algunos países más grandes, como Brasil, que se acerca a alcanzar todas las metas, excepto la referida a saneamiento.
"Es claro que si los líderes nacionales en el Sur en desarrollo hablan en serio de alcanzar las metas, no hay razón para que un país quede rezagado", afirmó.
"Tenemos que aumentar las operaciones", sostuvo, y señaló que los países ricos no han cumplido muchos de sus compromisos, como demostró con cifras la semana pasada otro informe especial de la ONU.
Shetty señaló que los volúmenes de ayuda se estaban retrasando, particularmente los del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia).
"La calidad de la asistencia es todavía pobre como vimos (en la conferencia sobre ayuda internacional de la semana pasada) en Accra. Y los países pobres tienen un acuerdo muy injusto en las negociaciones comerciales de Doha", agregó.
Shetty también sostuvo que los productores petroleros debían reducir los precios del crudo, que tienen un impacto directo en los costos de los alimentos. "Los más pobres del mundo son los más afectados por estos precios exorbitantes, llevando el costo de los alimentos a niveles que no pueden alcanzar", indicó.
Por su parte, la industria financiera debe dejar de hacer especulaciones imprudentes, práctica que repercute en la economía mundial. Que pocos individuos, corporaciones y países hagan grandes ganancias a expensas de los más pobres no sólo es una falta de ética, sino una mala economía también, según Shetty.
