El Fondo Global de Saneamiento, establecido en marzo, es considerado un mecanismo vital para alcanzar uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: que dos tercios de la población mundial tengan suficiente acceso al agua para 2015.
La creación del Fondo, conocido por sus siglas en inglés GSF, responde a la intención de "avanzar hacia las metas del Milenio", adoptadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000, "e ir incluso más allá", dijo Jon Lane, director ejecutivo del Consejo de Colaboración para el Suministro de Agua y Saneamiento, con sede en Ginebra.
Por el momento no es posible ofrecer "evidencia numérica" sobre el impacto del Fondo, dotado con un presupuesto anual de 100 millones de dólares, en la ayuda a las naciones más pobres, agregó.
"Pero la existencia de un mecanismo de financiamiento que funcionará con enfoques centrados en las necesidad de la gente y la generación de demanda es un paso en esa dirección", aseguró.
El GSF eligió a Madagascar como uno de los primeros países para desarrollar una experiencia piloto.
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"Nos sentimos honrados por esta muestra de confianza. Estos fondos nos permitirán aumentar nuestro apoyo, acciones de toma de conciencia y movilización de recursos para ayudar a la población más vulnerables de comunidades remotas", dijo el presidente de Madagascar, Marc Raval Omanana, el mes pasado en la Conferencia Internacional del Agua en Estocolmo.
Según un estudio conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 62 por ciento de los africanos no cuentan con instalaciones sanitarias adecuadas, como inodoros, que eviten su contacto con los excrementos.
Asimismo, alrededor de 2.600 millones de personas en todo el mundo, entre las que se encuentran 980 millones de niños, viven sin inodoro en sus casas y son vulnerables a un amplio espectro de amenazas a su salud.
Más de 5.000 menores de cinco años mueren cada día a causa de la falta de higiene e instalaciones sanitarias, lo que resulta en más de 1,5 millones de muertes relacionadas con la diarrea, según datos de la ONU.
El costado positivo, según el estudio conjunto, es que alrededor de 1.200 millones de personas en todo el mundo han accedido a mejores condiciones de saneamiento entre 1990 y 2004.
Pero, en caso de continuar la tendencia actual, no se alcanzará el objetivo del milenio en materia de saneamiento para 2015. Faltará, en tal eventualidad, que ese derecho sea gozado por más de 700 millones de personas.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio contemplan lograr para ese año, respecto de sus niveles de 1990, una reducción a la mitad de la pobreza extrema y el hambre, el acceso universal a la educación primaria, la promoción de la equidad de género, una disminución de dos tercios en la mortalidad infantil y de 75 por ciento en la materna, combatir la expansión del VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y establecer una asociación Norte-Sur para el desarrollo.
Otra meta incluye los aspectos relacionados con el agua y el saneamiento, para garantizar la sustentabilidad ambiental.
El 25 de septiembre, la ONU celebrará una reunión de líderes mundiales para evaluar los logros y fracasos en el camino hacia esos objetivos.
El foro mundial ha estimado que se necesitan al menos 10.000 millones de dólares adicionales para responder a las necesidades en materia de agua y saneamiento.
En este contexto, los 100 millones anuales contemplados en el presupuesto del GSF "parecen ser apenas el uno por ciento de lo que hace falta", dijo Lane a IPS.
Pero si se considera que la mayor parte de ese dinero será gastada por los hogares que necesitan las mejoras, el impacto de esa ayuda se vuelve más significativo, argumentó.
Los 100 millones de dólares no constituyen un techo, sólo la aspiración del GSF para realizar una contribución significativa.
"Hay muchos donantes y el GSF no intenta convertirse en una suerte de monopolio", señaló Lane.
"Si tomamos el ejemplo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, se ha convertido en una gran estructura, pero el dinero que maneja es una pequeña porción del total destinado a combatir el VIH/sida", agregó.
Más que el monto del dinero que manejará, la importancia del GSF radica en que su actividad llamará la atención de otros sobre el problema y los animará a destinar más recursos para el saneamiento, dijo Lane.
En momentos en el que las naciones en desarrollo luchan para atender las necesidades sanitarias de su población en aumento, China es señalada como un ejemplo a seguir. Beijing ha invertido más de 8.000 millones de dólares sólo en redes cloacales y plantas de tratamiento de aguas residuales.
"La calidad del aire en China aún deja algo que desear, pero lo que han logrado en materia de saneamiento es impresionante y sustentable", dijo el príncipe Guillermo Alejandro, heredero de la corona holandesa y presidente del Directorio de Asesores sobre Agua y Saneamiento del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Lane admitió que no muchas agencias del foro mundial vuelcan fondos al saneamiento, pero señaló que la ONU no es una herramienta de financiamiento. La mayor parte del dinero procede de la ayuda bilateral, dijo.
"Hecha esta aclaración, la brecha entre lo que aporta el sistema de la ONU y el requerimiento estimado de 10.000 millones de dólares es enorme", agregó.