A medida que las emisiones de gases invernadero destruyen los ecosistemas del Ártico, países como Canadá gastan millones pero no para detener el proceso, sino para aprovecharlo.
A fines de agosto, Canadá anunció un programa de prospección que demandará 93,7 millones de dólares para explorar los recursos energéticos y minerales de la región.
El primer ministro canadiense Stephen Harper señaló que existen "otros e innumerables preciosos recursos enterrados bajo la tundra y el hielo marino". Se estima que el sector privado invertirá unos 469 millones de dólares para su exploración y explotación.
"Se cree que una cuarta parte del gas y petróleo aún no descubiertos en el mundo se encuentra bajo el Ártico", agregó Harper.
Esta carrera para explotar los recursos naturales de las áreas ambientalmente más delicadas del planeta alarma a los expertos internacionales reunidos esta semana en Islandia para la conferencia "Más allá del Año Internacional Polar: Problemas emergentes y reemergentes de derecho internacional y política en las regiones polares".
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El objetivo del simposio de tres días, concluido este martes, fue formular recomendaciones a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a los gobiernos sobre cómo proteger las regiones polares.
"Muchos expertos creen que esta cuestión no es manejable con el derecho internacional vigente", dijo A.H. Zakri, director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de las Naciones Unidas, con sede en Yokohama, organizador de la conferencia junto con la Universidad de Islandia.
"La presión sobre las altamente vulnerables áreas polares aumenta rápidamente y muchos observadores creen necesario establecer nuevas reglas, acordadas internacionalmente, que tomen en cuenta esta nueva realidad", agregó.
Los expertos reunidos en Islandia identificarán las consecuencias jurídicas y políticas de fenómenos como la apertura del Pasaje Noroccidental, que va del océano Atlántico al Pacífico a través del archipiélago ártico de Canadá.
Los participantes identificarán las prioridades en materia de legislación e investigación y ofrecerán a los gobiernos su asesoramiento sobre qué debería hacerse ahora y en el futuro, dijo el presidente de la conferencia, David Leary.
"El cambio climático es el tema prioritario para las regiones polares. Islandia tuvo este verano el día de mayor temperatura en su historia", señaló a IPS. "Espero que de este encuentro surjan algunas severas recomendaciones respecto del cambio climático."
A medida que el recalentamiento global abre el océano Ártico a la navegación, la pesca y la explotación de otros recursos, la contaminación plantea una grave amenaza para la región, advirtió Leary.
"Las rutas de navegación en el Ártico se encuentran entre las más riesgosas del mundo, dada la falta de luz natural, el frío extremo, los témpanos de hielo en movimiento, los fuertes vientos y la escasa visibilidad", dijo Tatiana Saksina, del Programa Internacional del Ártico del Fondo Mundial de la Naturaleza.
El ambiente marino en el Ártico es particularmente susceptible a los efectos de la contaminación y limpiar derrames de petróleo sería extremadamente dificultoso, si no imposible, señaló.
"Sin embargo, no existen normas internacionales de cumplimiento obligatorio para regular la contaminación que producen las operaciones de las instalaciones marítimas. También se requieren con urgencia estrictos estándares para el transporte del petróleo ártico", agregó.
Saksina también advirtió que ya se registra sobrepesca, frecuentemente ilegal, en los mares de Bering y Okhotsk.
Los buques también acarrean especies no autóctonas en el agua que emplean como lastre.
Estos "invasores" pueden llevar a la extinción a las especies nativas y alterar los ecosistemas marinos, algo que ya ha ocurrido en distintas partes del mundo. Las aguas del Ártico son particularmente vulnerables y se requieren estrictas regulaciones, afirmó Leary.
También es imprescindible adoptar estándares de cumplimiento obligatorio para la construcción, diseño, equipamiento y manejo de buques de pasajeros dedicados al turismo, ya que muchos de los que realizan cruceros en el Ártico y la Antártida no están preparados para navegar por el hielo.
El turismo eleva la cantidad de barcos que visitan ambos polos. La una vez remota región antártica recibe ahora más de 40.000 turistas cada año.
"Habrá accidentes. ¿Cómo se limpiará un derrame de petróleo? ¿Quién rescatará a los pasajeros y tripulaciones?", se preguntó Leary.
En noviembre, un buque con más de 150 turistas zozobró cerca de la Antártida luego de chocar con hielo. Todas las personas a bordo fueron rescatadas y no hubo derrame de petróleo, pero no todos los accidentes serán tan afortunados, agregó.
"Existe la urgente necesidad de contar con un régimen internacional exhaustivo, a medida de las condiciones únicas de las regiones polares", aseguró Saksina.
La urgencia está dada por el hecho de que el Ártico se derrite rápidamente, lo que dejará a la región sin su sólida cubierta de hielo en verano, quizás de aquí a cinco años, según algunas estimaciones", agregó.
Saksina alertó que "sin reglas ambientales internacionales, la explotación no planificada ni regulada dañará los recursos más necesarios para un futuro sustentable en el Ártico".
"No hay tiempo que perder, ni razón para esperar", concluyó.