Las naciones más pobres muestran tímidos avances en su tratamiento del agua, pero ha habido poca o ninguna mejoría tangible en relación al saneamiento, dos necesidades básicas para la vida.
"Es uno de los más grandes escándalos del mundo", sostuvo el director ejecutivo del Instituto Internacional sobre el Agua de Estocolmo (SIWI), Anders Berntell.
Al hablar en la 18 Conferencia Internacional del Agua que se celebra desde el lunes y hasta este viernes en la capital sueca, Berntell subrayó que 2.500 millones de personas aún carecen de acceso adecuado a saneamiento, lo que causa unas 1,4 millones de muertes infantiles prevenibles por enfermedades diarreicas cada año.
En el marco de éste, el Año Internacional del Saneamiento, convocado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta Semana Mundial del Agua auspiciada por el SIWI se concentrará en los problemas de salubridad en todo el planeta.
A la conferencia, que incluye más de 40 talleres, asisten un récord de 2.400 participantes, incluyendo funcionarios de gobierno, donantes, académicos, ingenieros, científicos y representantes del sector privado y de organizaciones internacionales.
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Los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, que buscan reducir 50 por ciento la extrema pobreza y el hambre para 2015 respecto de los niveles de 1990, también tienen como meta bajar a la mitad el número de personas sin acceso a saneamiento básico.
Pero esta meta nunca se alcanzará, alertó el SIWI, si no se invierten por lo menos 10.000 millones de dólares todos los años, hasta 2015, en mejorar los servicios sanitarios.
Mientras, un estudio conjunto realizado a inicios de este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destacó un avance en el tema del agua. El número de personas sin acceso a agua potable cayó por debajo de los 1.000 millones, contra los 1.400 millones del año pasado.
El príncipe Willem-Alexander de Holanda, presidente de la Junta Asesora de la Secretaría General de la ONU sobre Agua y Saneamiento (UNSGAB), dijo a los delegados que más de la mitad de la población mundial cuenta con agua bombeada a sus hogares, y que el número de personas que usan suministros de agua no mejorados sigue cayendo.
Sin embargo, señaló que, en cuanto a saneamiento, la situación es completamente diferente, y citó "hechos y cifras perturbadoras que ilustran las consecuencias de no tener acceso al saneamiento".
"Muchas personas aún no están familiarizadas con las estadísticas y ni siquiera están al tanto de que hay una crisis mundial de saneamiento", afirmó.
Esas personas, políticos y líderes de opinión, nunca sufrieron la carencia de saneamiento adecuado, y si lo sufrieron, fue hace tanto tiempo que no recuerdan las circunstancias indignas e inhumanas que implica, añadió.
"Estas personas usan lujosos baños, conectados a un efectivo sistema de sumidero. Y probablemente no están al tanto de que ese tipo de retretes y de sistemas de saneamiento son vitales para una vida saludable", afirmó.
El príncipe señaló que es difícil para estas personas imaginar cuán inseguro, sin mencionar vergonzoso, es defecar en público, en el medio de una calle, o para las mujeres en las áreas rurales tener esperar a que se ponga el sol para ir detrás de un arbusto o un campo alejado, corriendo grandes riesgos de ser violadas o asaltadas.
Sin embargo, no está todo perdido, dijo el príncipe, gracias a cuya recomendación la ONU declaró 2008 Año Internacional del Saneamiento.
"Este año aún no ha terminado, y me gustaría ver qué es lo que se ha alcanzado hasta ahora", dijo Willem-Alexander.
De hecho, es un momento apropiado para decidir qué se necesita hacer en los últimos meses del año y acordar una hoja de ruta para alcanzar las Metas del Milenio en relación al agua y al saneamiento.
Destacó las varias iniciativas y conferencias nacionales, regionales e internacionales que se han realizado este año.
Las conferencias regionales LatinoSan, AfricaSan, EaSan y SacoSan produjeron declaraciones sin precedentes que constituyen un fuerte fundamento para desarrollar el sector del agua y del saneamiento en esas regiones.
Hubo importantes progresos en América Latina y Asia en términos de acceso a saneamiento mejorado, añadió.
En África, el número de personas con acceso a agua crece en forma sostenida, pero este aumento no acompaña el incremento poblacional. Más personas significan más desechos.
No obstante, según el estudio conjunto de la OMS y Unicef, la preocupante conclusión es que a este ritmo el mundo no alcanzará la meta relacionada con el saneamiento por más de 700 millones de personas. "Si queremos alcanzar la meta, tenemos que darles acceso a saneamiento mejorado a por los menos 173 millones de habitantes", dijo el príncipe.
Pero también hubo datos positivos. En junio se realizó la Cumbre de la Unión Africana sobre Agua y Saneamiento en el balneario egipcio de Sharm El Sheik, a la que asistieron 52 jefes de Estado y de gobierno. Estos adoptaron en forma unánime una declaración que le daba prioridad al tratamiento de estos temas.
En este caso, afortunadamente las palabras están siendo traducidas en hechos con grandes resultados, destacó el príncipe. "Cuando visité Etiopía a comienzos de este año, me enteré de que 1,3 millones de letrinas fueron construidas en 18 meses en la provincia de Naciones del Sur", indicó.
La UNSGAB se propuso un desafío: romper el tabú relacionado con el saneamiento, hablando sin tapujos de temas concretos referidos a los retretes y a los excrementos humanos.
"Seguiremos llamando al pan, pan, y al vino, vino. O quizás debería decir: al retrete, retrete. Y, damas y caballeros, espero poder inspirarlos a que hagan lo mismo, porque todavía hay un largo camino por delante", dijo el príncipe a los delegados.