COMERCIO: OMC prescribe más liberalización

Los errores de la globalización se enmiendan con más globalización, es el mensaje del Informe sobre el Comercio Mundial 2008 divulgado por la OMC en un momento crítico para el sistema multilateral que esa institución administra.

La OMC (Organización Mundial del Comercio) sugiere insistir en la apertura de los mercados, equilibrada con políticas complementarias, lo que equivaldría a la aceptación de algún papel para el Estado, aunada a iniciativas internacionales que "permitan abordar más eficazmente los riesgos que entraña la globalización".

La conjunción del comercio y la globalización, o sea la interdependencia económica entre los países, han contribuido a mejorar las vidas de muchos millones de personas en el mundo, sostuvo Pascal Lamy, director general de la OMC, en la presentación del informe este martes.

Sin embargo, los beneficios distribuidos por esa unión no han alcanzado a todos, reconoció Lamy. "Son los excluidos y los rezagados", precisó.

Por ese motivo, la opción de una mayor integración de la economía mundial no siempre ha gozado de popularidad y en consecuencia el escepticismo sobre el comercio es cada vez mayor en determinados ámbitos, admite el Informe.
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Ese cuadro se enmarca en una fase decisiva de la Ronda de Doha, las negociaciones lanzadas en noviembre de 2001 en la capital de Qatar para profundizar la liberalización del comercio.

Estas negociaciones, varias veces al borde de la ruptura por divergencias de intereses principalmente entre países industrializados y en desarrollo, afrontan la semana venidera un debate crucial con participación de ministros de unos 35 a 40 países, de los 153 que integran la OMC.

Lamy se valió de esos antecedentes para plantear una disyuntiva terminante con respecto a la suerte de la globalización.

Los acuerdos que alcancen los ministros la semana próxima serán juzgados como un indicador de la voluntad y la capacidad de la comunidad internacional para compartir las riendas de la globalización de una manera eficaz y equitativa, dijo.

"No estoy diciendo que cualquier acuerdo es mejor que ninguno. Lo que sugiero es que, con lo que tenemos sobre la mesa de negociaciones, la incapacidad para llegar a una convergencia sustancial y de beneficio mutuo sería traumática", advirtió.

Por esta razón, el Informe de 2008, dedicado al "comercio en un mundo en proceso de globalización", no podía llegar en mejor ocasión, subrayó Lamy.

El documento, presentado por el economista jefe de la OMC, Patrick Low, examina los beneficios derivados del comercio internacional y los retos que plantea un mayor grado de integración.

Las encuestas internacionales indican que la mayoría de la población reconoce los beneficios que provienen de la globalización, pero sin impedir que haya inquietudes sobre los retos que acompañan ese fenómeno, dice el Informe.

Aunque una gran mayoría consideran que el comercio internacional beneficia a sus países, también temen las perturbaciones y desventajas de la participación en la economía mundial.

El estudio recomienda la adopción de políticas nacionales para contrarrestar las limitaciones que merman los beneficios potenciales del comercio, como la inversión pública en infraestructura física, al igual que las reducciones de costos mediante una reforma del comercio y la reglamentación.

En el plano de la cooperación internacional, el documento menciona las negociaciones sobre facilitación del comercio que reducen costos de traslado y traspaso fronterizo de los bienes.

De la misma manera alude a la iniciativa de Ayuda para el Comercio, que tiende a favorecer a los países en desarrollo con la creación de la capacidad de oferta y la reducción de otras limitaciones al intercambio.

Lamy estimó que el comercio puede aportar una pequeña parte de las soluciones necesarias para afrontar la actual situación económica internacional "que no tiene precedentes", dijo.

"No es que los factores concurrentes carezcan de precedentes, lo que no se ha registrado nunca antes es la simultaneidad de esos factores", aclaró.

Más importantes aun son los efectos sociales y políticos de lo que está ocurriendo. "Esta vez son mayores que en crisis anteriores porque básicamente golpean primero a los más pobres", describió.

Con relación a lo que el comercio podría brindar para solucionar la crisis, el director de la OMC mencionó el caso del encarecimiento de los alimentos, originado en un desequilibrio entre oferta y demanda, cuya solución obvia es el aumento de la oferta, dedujo.

El lugar donde existe una capacidad de incremento de la oferta y a un costo ambiental bajo es, en la mayoría de los casos, en los países en desarrollo.

Pero es obvio también que nadie va a invertir en el sector de la oferta agrícola si tiene que combatir contra los recursos financieros que permiten a Estados Unidos, Europa y Japón, entre otros, otorgar subvenciones a sus granjeros.

El director de la OMC se mostró optimista respecto de las chances de cerrar un acuerdo en las negociaciones de la semana próxima en Ginebra. "Ahora las posibilidades son mayores que hace unas semanas", dijo.

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