Un grupo de trabajo de la ONU concluyó este martes en la capital uruguaya la primera evaluación de un plan piloto para mejorar la eficiencia del foro mundial en el trabajo por el desarrollo con los gobiernos nacionales. La financiación sostenida sigue siendo el principal reto.
Los dos co presidentes de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el irlandés Paul Kavanagh y el tanzano Augustine Philip Mahiga, subrayaron la importancia de la colaboración de los donantes para permitir las reformas necesarias.
"Un funcionario argentino en la ONU dijo una vez que se necesitan tres para bailar el tango ( ) Los tres bailarines en esto son el equipo de la ONU, que debe estar más coordinado, el gobierno del país en cuestión, que en todas sus instituciones y ministerios debe también ser más conexo, y los donantes, que asimismo tienen que ser más congruentes cuando definen sus prioridades", dijo Kavanagh en rueda de prensa.
"Tiene que haber coherencia en los tres socios: la ONU, el gobierno del país y los donantes. No es que haya resistencia (en los países a las reformas), pero hay que romper con todas las maneras de hacer las cosas, y eso toma su tiempo", señaló por su parte Mahiga.
El diplomático tanzano señaló que el financiamiento adicional era uno de los principales desafíos para concretar la reforma del sistema de la ONU.
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"Esta nueva iniciativa requiere financiación adicional de parte de la ONU. Esto es algo que tiene que concretarse con la movilización de recursos. Pero en esta área hay buenas noticias. Los socios para el desarrollo, los donantes, han respondido positivamente. El reto es sostener esa asistencia", afirmó.
Kavanagh y Mahiga, embajadores permanentes de sus respectivos países en el foro mundial, finalizaron en Montevideo una gira por los países elegidos para probar el plan piloto de reforma llamado "Unidos en la Acción", que pretende maximizar y concentrar los esfuerzos de desarrollo de los gobiernos y las agencias del foro mundial.
Las naciones seleccionadas son Albania, Cabo Verde, Mozambique, Pakistán, Ruanda, Vietnam, Tanzania y Uruguay. Este último es el único considerado de "renta media". A la iniciativa se sumó posteriormente Malawi.
Mahiga explicó a IPS que la situación era muy diferente en todos estos lugares, pero indicó que había similitudes generales, como el compromiso oficial con el plan piloto.
Ambos embajadores subrayaron la necesidad de que todos estos gobiernos asuman el liderazgo del proceso de desarrollo y definan sus prioridades sin presión externa.
Los diplomáticos, que presentarán a fines de este mes un informe ante la Asamblea General sobre su gira, se reunieron en Uruguay con el canciller Gonzalo Fernández, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (de rango ministerial), Enrique Rubio, y el coordinador residente de la ONU en Uruguay, Pablo Mandeville.
Además, se entrevistaron con representantes de España, Holanda, Italia y Noruega, países que contribuyeron como donantes en el Programa Conjunto 2007-2010 "Construyendo capacidades para el desarrollo", que el gobierno izquierdista uruguayo de Tabaré Vázquez suscribió con la ONU.
Este plan, que se espera atraiga 15 millones de dólares en los próximos cuatro años, permitirá que las agencias cooperantes, el gobierno y los municipios trabajen en forma armónica, cuando antes actuaban en forma bilateral o independiente.
El embajador irlandés sostuvo que la llegada de fondos se hará más fluida cuando los donantes tengan más confianza en la efectividad de las agencias del foro mundial.
Kavanagh señaló que en los últimos años hubo una disminución de la proporción de ayuda que ha prestado la ONU. "Parte de la razón para eso es que hubo una disminución también de la confianza en la eficacia del sistema", indicó.
En el caso de Vietnam, hace 30 años, de toda la asistencia internacional al desarrollo que fluía a ese país, 30 por ciento provenía de la ONU. Hoy está en el orden del uno o dos por ciento, indicó.
"En los países menos adelantados que hemos visitado, la magnitud de esa asistencia está normalmente en el orden de entre cinco y seis por ciento. Por tanto, el objetivo de este ejercicio es revertir esta tendencia y tener a todos los diversos elementos que existen en los organismos de la ONU funcionando en el terreno en forma operativa de manera más efectiva juntos como un único equipo", dijo.
De esta manera, "se convencerá a los donantes de que el dinero proveniente de los contribuyentes está obteniendo mayor valor, cuando ese dinero es canalizado por el sistema de la ONU", señaló.
"La idea de mejorar la coherencia del trabajo de desarrollo del sistema de la ONU no es un fin en sí mismo. Sí, queremos ser más coherentes, pero el objetivo subyacente es un sistema más efectivo", indicó el embajador irlandés.
"Quizás lo más importante es persuadir a los países en desarrollo y a los de renta media de que las actividades de la ONU representan la prestación de servicios más efectiva, no de acuerdo con los programas y prioridades fijados por otros, sino en respuesta a las necesidades del país en cuestión", afirmó.
El plan piloto está centrado en los llamados "cuatro unos": Los objetivos son coordinar un programa conjunto de desarrollo entre las agencias de la ONU y el gobierno nacional, definir un marco presupuestario que reúna todas las fuentes e instrumentos de financiación, congregar en una sola oficina a las agencias del foro mundial en el país para optimizar recursos, y asegurarse de que estas tengan una sola voz, para evitar duplicaciones o contradicciones.
Se espera que la Asamblea General, sobre la base del informe que presentarán Kavanagh y Mahiga, concluya su propia evaluación para el año próximo, cuando comenzará la etapa de ejecución de las reformas en los demás países miembro.