El 16 y 17 de mayo se celebrará en Lima una nueva cumbre entre los países de América Latina y el Caribe y la Unión Europea (UE). Estas reuniones al máximo nivel, alternando entre Europa y América, constituyen una ocasión para tratar temas importantes entre ambas regiones, escribe Joaquín Roy, académico de relacgrandes iones internacionales en la Universidad de Miami
Sin embargo, esta cooperación se enfrenta a unos obstáculos imponentes. Por un lado, la UE ha cambiado en los últimos años debido a la ampliación de 15 a 25, y ahora 27 miembros. La mayoría de estos países no se interesan por una región con la que han tenido escasas relaciones, y por lo tanto las prioridades de la UE se han traspasado a la vecindad y las regiones de importancia estratégica. Por otro lado, en América se observa una persistente resistencia a la integración regional, frenada por la lenta formación de uniones aduaneras. Se rechaza el concepto de la supranacionalidad, que se confunde con una supuesta pérdida de soberanía. Por encima, se continúa la preeminencia de la figura presidencial, unida al resurgimiento de regímenes populistas, y la consiguiente primacía de los temas nacionales.
/Excluida su publicación en España y Estados Unidos/