CAMBIO CLIMÁTICO-AUSTRALIA: Buen comienzo, pero no suficiente

Un informe preliminar sobre la capacidad de Australia para combatir el cambio climático pide al gobierno que tome medidas urgentes.

El estudio de una comisión presidida por el economista Ross Garnaut señala que "el mundo enfrenta un alto riesgo de un peligroso recalentamiento más rápido de lo que se ha creído generalmente".

Ben Pearson, del capítulo australiano de la organización ambientalista Greenpeace, dijo a IPS que el informe subraya la necesidad de hacer algo cuanto antes. "Esencialmente, sus conclusiones se han puesto a tono con lo que los científicos han estado advirtiendo desde hace ya un tiempo", agregó.

Garnaut recibió el encargo de los gobiernos territoriales, estatales y federal para conducir la revisión sobre el impacto que la lucha contra el cambio climático tendrá en la economía australiana.

Aunque el informe final se conocerá en septiembre, y un borrador se difundirá en junio, las conclusiones preliminares alertan que "Australia será un gran perdedor, probablemente el mayor entre los países industrializados, a causa de un profundo cambio climático".
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El clima ya es cálido, seco y variable. "La sensibilidad de nuestra agricultura asume una especial importancia por el papel que el sector juega en la economía, mayor que en otros países industrializados", advirtió el estudio.

La ministra de Cambio Climático y Agua, Penny Wong, dijo que el trabajo de la comisión "será un importante aporte para el desarrollo de políticas gubernamentales en una serie de temas vinculados con el recalentamiento global".

Sin embargo, Garnaut parece pedir al gobierno un mayor compromiso del que está dispuesto a asumir, por lo menos en este momento.

Australia, dijo Garnaut, debe fijar estrictas metas de reducción de gases invernadero, en parte responsables por el recalentamiento global, para 2008, 2020 y 2050, "que implican ajustes de costos similares a los aceptados por otros países industrializados" e hizo referencia al "liderazgo" ofrecido por la Unión Europea (UE).

En este momento, la UE está en el proceso de aprobar leyes que la comprometerán a reducir sus emisiones de dióxido de carbono 20 por ciento respecto de los niveles de 1990, para 2020.

Wong dijo que el gobierno haría recortes "sustanciales" para 2050 sobre los niveles de 2000, de entorno a 60 por ciento.

Pero Garnaut argumenta que para llegar a un acuerdo global efectivo, que incluya a los países en vías de desarrollo, y especialmente a China e India, para reducir los riesgos del cambio climático a un "nivel razonable", Australia debe hacer más que eso.

Sin embargo, el gobierno no parece dispuesto a reconsiderar sus metas de emisión para 2050. Wong dijo que aunque las decisiones del primer ministro laborista Kevin Rudd se basarán en evidencias científicas, aclaró que el compromiso sobre los recortes fue ofrecido al pueblo australiano durante la campaña electoral previa a las elecciones de noviembre de 2007, que devolvieron a los laboristas al poder.

Pearson se declaró decepcionado. "Esperamos que la ministra Wong acepte que la ciencia y la evidencia muestra que debemos reducir las emisiones más de 60 por ciento", dijo, y pidió que el gobierno se adapte a los datos más recientes.

"El problema es que las cosas se mueven rápido en este mundo. Creo que ellos adoptaron esa meta hace un par de años", dijo a IPS.

El activista de Greenpeace, en coincidencia con Garnaut, destacó que es "vital" que Canberra adopte una meta para 2020. Los activistas han reclamado un recorte de 40 por ciento respecto de las emisiones de 1990, considerando que los estudios revelan que Australia es el mayor contaminador por habitante y figura entre los primeros puestos en términos absolutos.

Un elemento clave, dijo Wong, será la introducción en 2010 de la Agenda de Comercio de Emisiones (ETS, según sus siglas en inglés), por la que los operadores industriales reciben permisos de emisión hasta cierta cantidad de dióxido de carbono al año. Si prevén que excederán lo permitido, pueden comprar permisos adicionales en el denominado "mercado de emisiones".

Pero Garnaut cree que estructurar un esquema efectivo de ETS "será dificultoso y planteará excesivas demandas sobre "escasos" recursos económicos y "limitados" de orden político. Hacen falta, señaló, "medidas complementarias para atraer inversiones dirigidas a la eficiencia energética y el transporte y la agricultura sustentables".

Desde la difusión del informe preliminar de Garnaut, el gobierno se ha esforzado en presentar sus acciones contra el cambio climático desde un ángulo favorable. Wong señaló que las proyecciones actuales indican que las emisiones se ubicarán en un nivel de 120 por ciento respecto de 1990, frente a una estimación de 2006 que las colocaba en 127 por ciento.

La contaminación, agregó, se reducirá otro 20 por ciento por los planes para asegurar que toda la oferta eléctrica provenga de fuentes renovables para 2020.

Pearson coincide en que el gobierno ha dado importantes pasos positivos, como la ratificación del Protocolo de Kyoto, que estableció en 1997 metas para reducción de emisiones y que la anterior administración conservadora del ex primer ministro John Howard (1996-2007) se había negado a firmar.

Pero advirtió que "queda mucho por hacer. Rudd será juzgado por lo que haga de ahora en más".

"Este es el tiempo del trabajo duro", concluyó Howard, "de realizar las tareas realmente dificultosas que realmente iniciarán la transformación de la economía australiana hacia una que esté basada en la energía limpia".

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