El miedo a nuevas regulaciones gubernamentales y a las pérdidas financieras por el cambio climático llevó a tres grandes bancos de inversiones y agentes de bolsa de Estados Unidos a adoptar pautas ambientales para fortalecer su apoyo a la industria del cobre.
Citigroup, JP Morgan Chase, y Morgan Stanley tres de los mayores nombres en Wall Streetpresentaron el lunes sus nuevos "Principios del carbono", según los cuales las compañías que busquen financiamiento para adquirir nuevos generadores en base a carbón deberán presentar planes para minimizar y mitigar la contaminación de dióxido de carbono.
El dióxido de carbono es uno de los llamados gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario según la mayoría de los científicos.
"La necesidad de estos principios es motivada por los riesgos que afronta la industria energética, ya que las utilidades, los productores independientes, los reguladores, los prestamistas y los inversores sufren las incertidumbres de las políticas regionales y nacionales sobre el cambio climático", señaló Citigroup en una declaración.
Con el anuncio del lunes, Wall Street dio su primer paso para ponerse al día con el sector de los seguros, que por años ha luchado con los estragos causados por el cambio climático: los huracanes no sólo afectan a las personas y a la infraestructura, sino también a las compañías aseguradoras.
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La decisión de estos tres bancos también llega en medio de un creciente interés en el carbón como un recurso abundante para reducir la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero.
Se calcula que Estados Unidos tiene reservas de carbón por 200 años, la mayoría en las montañas Apalaches y en el sudoeste.
Las firmas estadounidenses han sufrido hasta ahora poca presión de su gobierno en torno al cambio climático. Pero esto podría estar cambiando con el aparente agravamiento de las pérdidas causadas por fenómenos climáticos en el país y a los esfuerzos políticos para que Washington se ponga en línea con la comunidad internacional en este tema.
Como consecuencia, las compañías de energía afrontan un creciente riesgo de una intervención gubernamental, que podría espantar a los bancos que las financian.
Por eso, cada vez más ejecutivos ven la necesidad de adoptar voluntariamente reglas como las del lunes.
"El recalentamiento planetario está cambiando el panorama competitivo", señaló Dale Bryk, abogado del grupo de presión ambientalista Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.
"La energía limpia es el nombre del juego hoy. Las facilidades convencionales del carbón ya están siendo objetivos de un intenso examen. Pensamos que cada vez más dinero irá para soluciones limpias y eficientes", añadió Bryk. Su organización y el grupo Defensa Ambiental asesoraron a los bancos en su iniciativa.
Siete compañías energéticas también ayudaron a diseñar el programa: American Electric Power, CMS Energy, DTE Energy, NRG Energy, Public Service Enterprise Group, Sempra, y Southern Company.
La tendencia a adoptar voluntariamente políticas ambientales llega también a los inversores. En los últimos años, accionistas en compañías de energía y de minería han presentado iniciativas no vinculantes pero sí de alto perfil para que las firmas revelen sus liberaciones de dióxido carbono y su participación en proyectos para reducir y administrar las emisiones.
Importantes empresas de todas las industrias recibieron ese tipo de pedidos de información de parte del Proyecto de Revelación de Carbono, una coalición de 385 inversores institucionales con unos 57 billones de dólares en acciones.
Desde 2000, la coalición presiona a las empresas para que informen cuánto dióxido de carbono emiten a la atmósfera.
Ambientalistas apoyaron el anuncio del lunes.
"Si esta política previene la financiación del carbón, será productiva", dijo Rebecca Tarbotton, director de campañas mundiales de la Red de Acción por los Bosques, que lucha contra las inversiones en el cobre.